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Un acusado de intentar matar a sus hijas y a su mujer provocando un accidente de tráfico niega los hechos

El acusado, en la sala de vistas

Alejandra Luque

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La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba ha celebrado este viernes un juicio a un hombre acusado de tres intentos de asesinato -uno contra su mujer y dos contra sus dos hijas- después de intentar estrellar el coche que conducía y en el que viajaban los cuatro integrantes de esta familia. Durante la vista, el encartado ha negado los hechos y ha asegurado que todo fue fruto de un accidente. La mujer, que tiene activa una orden de alejamiento contra él, también ha rechazado que su marido quisiera matarlas, a pesar de que sí declaro anteriormente que este fue el motivo del accidente.

Por estos hechos, el Ministerio Fiscal le pide 29 años de prisión y otros seis por conducir sin permiso y bajo los efectos del alcohol y las drogas. Sin embargo, al final de la sesión, la Fiscalía ha introducido una condena alternativa. Es decir, en el caso de que no haya quedado acreditado que la intención del hombre era acabar con la vida de su mujer y de las de sus dos hijas, sí pide que sea condenado por un delito de conducción con manifiesto desprecio por la vida de sus familiares. En este caso, la pena de prisión quedaría reducida a cinco años, a una multa de 14.400 euros y a ocho años de privación del derecho de conducir.

En su escrito de acusación, la Fiscalía recogía que, tras una intensa discusión de madrugada entre la pareja, el hombre había cogido a las dos hijas y a su mujer y las habría introducido a la fuerza en el vehículo. Tras esto, el encartado condujo desde Pozoblanco hasta Hinojosa del Duque, dando volantazos, y al término de una recta, giró el volante y se estrelló contra un montículo de arena. Los cuatro acabaron hospitalizados con heridas de diversa consideración, entre las que destacaban las de la mujer, que ingresó en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

En su declaración, el hombre ha asegurado que sobre él pesa otras penas de prisión que ya ha cumplido y que el 9 de septiembre de 2019, el día de los hechos, estuvo bebiendo alcohol y consumiendo drogas. Cuando llegó de madrugada a su casa, sobre las 5:30, comenzó a discutir con su mujer, quien le pedía que la llevara a casa de su madre, sita en Hinojosa del Duque. Según su declaración, la discusión fue elevándose por momentos y la mujer despertó a las niñas para que las tres se fueran a casa de la abuela materna. Tal y como ha dicho, le comentó a su mujer que no estaba en condiciones de conducir “pero ella seguía y seguía con que se quería ir”. Además, ha negado que introdujera a las niñas y a su mujer en el coche ni que usara la fuerza.

Durante el trayecto, según su versión, la discusión continuó, pero que no pegó ningún volantazo. Lo que sí puedo ocurrir, ha explicado, es que en algún momento soltara las manos del volante, mirara para atrás y perdiera el control del vehículo, pero que no conducía rápido. “Ahí sí dije, ‘Nos matamos, nos matamos’, pero no que quisiera matarlas a ellas”. Según él, en una curva a la derecha, para evitar una salida de vía, dio un volantazo a la izquierda, provocando el accidente. Tras estos hechos, el juzgado le impuso una orden de alejamiento con respecto de su mujer, con la que continúa casado.

Los guardias civiles de Tráfico que realizaron la inspección ocular de la vía han señalado que en la calzada no había rastros de frenada, pero sí una marca de derrape hacia la izquierda para evitar la salida de la vía. Aunque el coche no llegó finalmente a estrellar contra el montículo de arena, sí dio varias vueltas de campana. Aunque los agentes no han podido determinar a qué velocidad conducía el encartado, sí han manifestado que era “inadecuada”. Muestra de ello fueron los metros de desarrollo del accidente, es decir, la distancia que recorrió el turismo dando vueltas de campana. En total, según uno de los agentes, fueron 170 metros. “Si el conductor hubiera ido a 90 kilómetros por hora, velocidad máxima permitida, el desarrollo del accidente no habría sido tan largo”.

Intento de suicidio y cambios de versiones de la mujer

Tras la declaración del encartado, ha hecho lo propio la mujer, que ha exculpado a su marido de todos los cargos por los que le acusan tanto la Fiscalía como el Defensor Judicial del Menor, ya que ella rechazó denunciarle. Ha asegurado que días previos al accidente ingirió pastillas con el objetivo de acabar con su vida “porque estaba con depresión”. Tras la discusión durante la madrugada del 9 de septiembre, le pidió a su marido que la llevara a casa de su madre, aun sabiendo que había bebido y que estaba drogado. Ha asegurado que tanto ella como las niñas se metieron voluntariamente en el coche y que no ocurrió nada de lo que la Fiscalía refleja en su escrito de acusación: “En ningún momento me amenazó y en ningún momento nos ha querido matar. Tampoco nos dijo en el coche que nunca más íbamos a ver ni Hinojosa ni Pozoblanco. Tampoco nos dijo: ‘Adiós, Reme, nos vamos a matar’”. Cabe señalar que la afirmación relativa a estos dos pueblos de Córdoba la realizó, en una sala Gesell de los juzgados, una de las menores que iba en el interior del coche aquella noche.

“La culpa fue mía porque yo sabía que no podía conducir”, ha llegado a decir la mujer en sede judicial, que ha declarado en presencia de su marido, aunque separados por un biombo. Pese a estas manifestaciones, la Fiscalía le ha recordado que en su primera declaración le explicó, tanto a la trabajadora social, primero, como a la Guardia Civil, después, que su marido la había intentado matar. Sobre ello, ha asegurado que la “presionaron mucho” para que declarara contra él, que ella no sabe leer y que la firma que reza en su declaración no es suya, documento que no ha sido impugnado por ninguna de las partes.

A pesar de estas afirmaciones, la trabajadora social que la asistió en el hospital ha ratificado su informe en el que consta que la mujer le trasladó que era víctima de violencia de género. Aquella noche, según le manifestó, su marido “llegó a la casa, la cogió del brazo muy enfadado y la metió a ella y a las niñas en el coche, con represalias y amenazas de muerte”. En esta conversación entre la profesional y la mujer, esta le dijo que su marido “fue dando volantazos hasta que perdió la dirección, diciendo ‘Os voy a matar’”. Aunque la mujer ha asegurado que “estaba muy mal y recién salida de la UCI”, y ha alegado que no se acuerda de nada, esta profesional ha manifestado que “no estaba aturdida por la medicación, sino fresca y muy nerviosa, con miedo e intranquila”.

De hecho, ha explicado que después de que la mujer le confesara esto, ella acudió al juzgado para que la jueza se trasladara al hospital a tomarle declaración. Mientras que esto ocurría, entró a la habitación de la mujer un familiar de su marido. Tras este encuentro, del que no ha trascendido su contenido, la mujer cambió la versión de los hechos. A esto también se ha referido uno de los guardias civiles que atendió a la mujer en el hospital, quien ha asegurado que la víctima le manifestó que lo ocurrido no había sido fortuito, sino que su marido había querido acabar con su vida y con las de sus hijas. “Ella tenía mucho miedo porque en el hospital estaban las dos familias y ella misma no quería tener contacto con la Guardia Civil. De hecho, la familia de él intentaba evitar” que la Benemérita se entrevistara con ella. Tras toda la mañana atendiendo a la mujer en el hospital, este agente ha reconocido que “aunque nos manifestaba verbalmente” que era víctima de violencia de género, “al principio no quería firmar la denuncia, pero finalmente sí accedió”.

Durante el encuentro entre los guardias civiles y la mujer, esta les habría manifestado que “lleva siendo maltratada durante diez años y que había sufrido todo tipo de violencia. No obstante, ella lo justificaba. El hombre tenía sobre ella un control férreo sobre su vestimenta, no la dejaba maquillarse ni salir de casa, además de unos celos excesivos. Tampoco le permitía tener móvil”. Sobre esta cuestión, la mujer ha asegurado que en el momento de los hechos no tenía móvil “porque estaba roto”, pero su hija de 14 años sí disponía de uno.

Por otro lado, en el juicio también ha declarado una de las menores que actualmente ya es mayor de edad. En su declaración ha asegurado que su padre no las obligó a entrar en el coche, que no iba dando volantazos, que no profirió amenazas y que conducía una velocidad “normal”. En la sala le han preguntado sobre unas declaraciones que formuló a una de sus tías en las que le aseguraba que su padre había amenazado a su madre con matarla, afirmaciones que ha negado haber realizado.

Tras escuchar a todas las partes y visionar una prueba preconstituida, el Ministerio Fiscal ha introducido esas modificaciones penales. Sin embargo, el Defensor Judicial del Menor se han adherido al escrito de conclusiones iniciales de la Fiscalía, en el que solicita para el encartado 29 años de prisión por los delitos de asesinato. Además, ha solicitado la condena en costas, incluyendo las suyas. El juicio ha quedado visto para sentencia.

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