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El proyecto Life Forest CO2 crea mecanismos para que los bosques 'secuestren' más carbono

Proyecto Life Forest.

Redacción Cordópolis

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El proyecto Life Forest CO2, en el que trabaja el grupo de investigación de 'Evaluación y restauración de sistemas agrícolas y forestales' de la Universidad de Córdoba (UCO), ha creado mecanismos administrativos para usar la capacidad de secuestro de carbono de los bosques a la hora de compensar las emisiones de CO2.

Así lo ha indicado la institución universitaria en una nota en la que ha detallado que los efectos del cambio climático implican un desequilibrio del ciclo del carbono y, para evitarlo, se buscan estrategias para reducir el exceso de emisiones de CO2 a la atmósfera.

Para cumplir los criterios del Protocolo de Kioto, España necesita secuestrar más carbono ya que, hasta ahora, se pagan altas sumas de dinero todos los años por el exceso de emisiones a la atmósfera, y eso es algo a lo que se le está buscando una solución desde el campo científico.

El proyecto Life Forest CO2, en el que trabaja el grupo de investigación de 'Evaluación y restauración de sistemas agrícolas y forestales' de la UCO, dirigido por el profesor Rafael María Navarro, se ha encargado de desarrollar mecanismos administrativos para optimizar la capacidad de secuestro de carbono en los bosques.

A pesar de la creencia extendida sobre que la mejor manera de captar CO2 de la atmósfera es mediante la plantación de árboles, se ha demostrado que la silvicultura --que es la disciplina que gestiona los bosques-- funciona mejor y aumenta más la capacidad de secuestro de carbono.

Aunque continúa habiendo mucho debate al respecto, “el problema real radica en que no existen mecanismos que permitan emplear la silvicultura como estrategia de compensación”. Por eso, el proyecto Life Forest CO2, en el que participa la UCO junto con otros seis socios, trata de darle una solución al respecto.

La idea original de la investigación parte de la necesidad de poner en valor la silvicultura como herramienta para secuestrar carbono y, más en concreto, se centra en la selvicultura aplicada a las repoblaciones forestales de zonas mediterráneas, ya que se ha demostrado que “el gran reservorio de carbono es el suelo, más que la vegetación”, explican los investigadores del proyecto, Rafael María Navarro y Guillermo Palacios.

En este sentido, ya se han logrado importantes avances porque, a pesar de que hasta ahora, el Protocolo de Kioto no reconocía a la silvicultura como un mecanismo de compensación de CO2, el Acuerdo de París sí lo reconoce. Esto abre una nueva vía para que los gobiernos creen herramientas que dinamicen el mercado de carbono a nivel nacional y autonómico.

“Gran ahorro económico”

“España debería estar secuestrando varios millones de toneladas de CO2 al año y todo lo que emitimos por encima de los límites establecidos hay que pagarlo”, ha aclarado el profesor Navarro. Por tanto, el uso de la silvicultura como estrategia de secuestro de carbono “supondría un gran ahorro económico para el país, y mejoraría considerablemente el estado de nuestros bosques”. Y eso, junto con otras buenas prácticas, como por ejemplo las que se pueden llevar a cabo en la agricultura, ayudarían a compensar las emisiones.

“Lo que está claro es que la unión hace la fuerza”, por eso, el profesor Navarro ha opinado que “si el sector forestal pusiera en marcha un mecanismo de compensación a través de la gestión de bosques, serían muchos millones de toneladas las que se secuestrarían”.

Además, esto “no solo sería bueno a nivel económico o medioambiental, sino que también generaría muchos puestos de empleo en el sector primario, enriquecería el mundo rural y beneficiaría a la España vaciada”.

El proyecto ha finalizado en junio de este año y, hasta entonces, sus investigadores han mantenido reuniones con responsables de cambio climático de diversas instituciones a nivel autonómico y nacional. “Tuvimos una reunión con los responsables de cambio climático del Ministerio donde manifestaron su voluntad de que estos mecanismos estén recogidos en la futura Ley del Cambio Climático”, ha detallado Navarro.

Mediante esta ley se pretende establecer un protocolo en el que las comunidades autónomas puedan gestionar los sistemas forestales en función de la capacidad de carbono.

A nivel de Andalucía ya existe el denominado SACE (Sistema Andaluz de Compensación de Emisiones) que es un régimen mediante el que las empresas contribuyen voluntariamente a luchar contra el cambio climático. Pero aún hace falta que este sistema sea operativo. En otra de las comunidades donde también se desarrolla el proyecto, Murcia, ya se han puesto en marcha los mecanismos de compensación. Por lo que, esperan que próximamente se apliquen también en Andalucía.

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