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ISLAMOFOBIA
El investigador cordobés que persigue la sombra de la islamofobia en España

Sergio Gracia, investigador de CINVED

Juan Velasco

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¿Está creciendo la islamofobia en España? Esa es la pregunta a la que ha tratado de responder el investigador cordobés Sergio Gracia, director del Centro de Investigación de la Extrema Derecha (Cinved) en su análisis para el European Islamophobia Report (EIR), un informe que se publica anualmente desde el año 2015 y que analiza la situación de la población musulmana en Europa.

Gracia, colaborador habitual de este periódico, ha debutado este año como analista de este prestigioso informe. Lo ha hecho de la mano de Inés Bolaños Somoano. Juntos han estudiado la evolución del odio contra la población musulmana e islámica en España en el año 2021, y sus conclusiones son, como poco, preocupantes, pues detectan un auge de este tipo de odio.

En términos generales, Bolaños y Gracia recurren a diversas fuentes, entre ellas las estadísticas de delitos de odio del Ministerio del Interior. En España, según revela el EIR, Interior no desglosa por tipo de delito, por lo que no pueden mostrar los delitos de odio específicos contra los musulmanes. En cualquier caso, sí detectan que en los últimos cinco años ha habido un aumento del 41% en los delitos de odio, y que de todos ellos, el 37,6% fueron de motivación racial o xenófoba.

Además, el informe del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (Oberaxe) sobre el discurso de odio en los medios sociales sí recoge un aumento de entre el 9,5% y el 14,7% en el discurso de odio islamófobo. Paralelamente, la OSCE incluye 45 incidentes por motivos religiosos en su informe de 2020.

Algunos de estos incidentes son de sobra conocidos y se reseñan en el informe. En 2021 hubo dos asesinatos y un apuñalamiento a personas musulmanas en la región de Murcia, donde, según el informe, “operan varios grupos neonazis que exhiben abiertamente símbolos prohitlerianos”. Se trata del asesinato de Momoun Koutaibi a golpes con una barra de hierro en Alhama de Murcia; la muerte de Younes Bilal en Mazarrón, tras recibir tres disparos en un bar; o el apuñalamiento de un hombre de 40 años de origen marroquí en Cartagena.

También en Murcia la mezquita de San Javier, fue vandalizada, quemada y finalmente grafiteada con las palabras “Muerte al Islam”. Y, más allá de la región levantina, en 2021 hubo más incidentes violentos, como la agresión a un hombre en Madrid al que le preguntaron “¿Crees en Alá?”, antes de golpearle.

Islamofobia en el discurso político

En términos generales, Gracia y Bolaños explican que la pandemia ha acrecentado los delitos de odio en torno al diferente, utilizando y señalando a este como chivo expiatorio, y que para ello, el principal medio de difusión fueron las redes sociales, donde se ha generado un discurso que “ha sido potenciado y legitimado por el creciente movimiento ultraderechista”.

Éste, según los investigadores, “ha utilizado a la inmigración como catalizador para sacar lo peor de la sociedad”. La extrema derecha ha explotado la islamofobia creando en torno a ella un discurso del miedo, vendiendo una supuesta amenaza de nuestros privilegios, y recuperando para ello “el discurso anti islámico que campa por nuestro país desde los años 90”, lamentan Gracia y Bolaños en el informe, en el que recuperan algunos de los discursos políticos islamófobos pronunciados en España en 2021.

Aluden concretamente a las palabras del presidente del partido político Vox en Ceuta, que dijo: “El Partido Popular (PP) se ha entregado a la 'marroquinización' de Ceuta”. También recuerdan las declaraciones del portavoz de Vox en la Asamblea de Ceuta, Carlos Verdejo, quien se dirigió a la diputada Fatima Hamed diciendo que “es una fanática de los libros, una antisemita y una racista”, y afirmó que el diputado Mohamed Alí, “al no criticar al rey (Mohamed VI), demuestra dónde están sus lealtades”.

También recuerdan las acciones islamófobas dirigidas directamente a la comunidad musulmana española que ha protagonizado Vox, como la de las elecciones catalanas, enmarcados en la campaña “Stop Islamización” del partido, que acabaron provocando el cierre temporal de su cuenta oficial de Twitter; o la de las elecciones municipales de Madrid, en las que el partido “exhibió carteles contra los inmigrantes MENA (Menor Extranjero no Acompañado) en la red de metro de la ciudad” . Además, recuerdan que una diputada del mismo partido protagonizó un vídeo en el que presentaba a los musulmanes de Ceuta como una amenaza para la “cultura cristiana”.

Las mujeres musulmanas sufren discriminación múltiple

Si bien Gracia y Bolaños recuerdan que en España no hay limitaciones a prácticas islámicas tan polémicas como el hijab o el burka, sí que recalcan que los gobiernos y los partidos políticos “aplican o exigen una legislación que se dirige directamente a los musulmanes como sujetos religiosos, tratándolos de forma diferente a los miembros de otras comunidades religiosas”. Esto, señalan, tiene efectos en cuestiones como la educación o los centros de trabajo.

“Los centros educativos aprovecharon o crearon nuevos 'códigos internos' que prohíben el uso del velo islámico dentro de sus instituciones. Las mujeres han sido discriminadas por llevar el hiyab en el lugar de trabajo, habiendo tenido éxito en el proceso de selección para una plaza antes de los casos de discriminación”, afirma el informe, que recuerda casos como el de Farah, una alumna de 13 años de Guadalajara que denunció problemas al llevar el hiyab, o Hana, que demandó a su instituto en Málaga, ya que el centro no le permitía acudir a clase con su velo, debido a la normativa interna.

“La dirección del centro le dijo a Hana que por 'razones higiénicas' no podía llevar nada en la cabeza. Su discurso se justificó utilizando el reglamento interno de la escuela, que comparaba el hiyab con cualquier otro accesorio de moda, violando así los derechos fundamentales de Hana”, remarcan los investigadores, que concluyen que las mujeres musulmanas sufren “discriminación múltiple: como mujeres, a veces como inmigrantes, y siempre como musulmanas”.

Para ello ponen como ejemplo el caso de Dina, una mujer catarí que, a finales de junio de 2021, fue seleccionada para un puesto de trabajo, sólo para recibir días después la noticia de que el consejo de administración de la empresa le exigía que renunciara a su velo islámico, ya que afectaba a la “naturaleza secular de la empresa”.

Islamofobia Online y en medios de comunicación

Con las redes sociales como principal medio transmisor del odio, el informe le dedica una buena parte a sus efectos en España. Según los datos recabados por Gracia y Bolaños, la islamofobia constituyó entre el 9,5 y el 14,7% de todo el discurso de odio registrado en 2021 en las redes, con un aumento del 4,6% respecto a los años anteriores.

En muchos casos, las redes además se valen de presuntos reportajes o noticias que caen en la pura islamofobia. Los investigadores no dudan en apuntar que hay varios medios de comunicación con fuertes vínculos con partidos políticos y movimientos sociales de extrema derecha que “promueven el discurso de odio contra el islam creando y distribuyendo noticias falsas o desinformación sobre el mismo”. Entre estos medios, Gracia y Bolaños citan a Caso Aislado, Estado de Alarma, Mediterráneo Digital, Libertad Digital, EsRadio, Periodista Digital y OKDiario.

Además, hablan abiertamente de un movimiento islamófobo en España en el que destacan personalidades como el periodista Javier Esparza, periodista; la escritora Isabel San Sebastián, el eurodiputado de Vox Herman Tertsch, la cofundadora de Vox y periodista de Estado de Alarma Cristina Seguí, el periodista Javier García Isac, la política Yolanda Couceiro, el impulsor de Estado de Alarma Javier Negre, y el periodista Federico Jiménez Losantos, entre otros.

El reto: denunciar la islamofobia

Para los investigadores, la difusión de noticias falsas en internet supone una importante fuente de polarización que está detrás del aumento de los incidentes islamófobos en España. En este ámbito, Gracia y Bolaños concluyen que, dado que los tribunales españoles no pueden o carecen de los recursos necesarios para abordar esta cuestión, es necesario y urgente poner en marcha una institución supranacional que pueda perseguir estos delitos de odio en todos los países de la Unión Europea, incluida España.

De puertas para dentro, ambos consideran que “el mayor reto de España en la lucha contra los delitos de odio es la grave falta de denuncias. Sólo un porcentaje muy pequeño de los afectados por incidentes discriminatorios acaba informando o denunciando los hechos”. Además, frente a “la desconfianza cada vez más extendida hacia el islam y los musulmanes”, defienden que “la sociedad española necesita también talleres, coloquios y charlas en los que los afectados por la discriminación puedan exponer sus experiencias a los estudiantes y, en general, a los ciudadanos españoles”.

Finalmente, consideran necesaria una distribución equitativa de los estudiantes musulmanes entre la población escolar para mejorar la integración general en el país. En este ámbito, el informe detalla que la mayor población estudiantil musulmana se concentra en Andalucía, Cataluña, Madrid y Valencia.

A nivel global, los musulmanes suponen el 4% de la población, con alrededor de 2 millones, de los cuales el 42% tiene nacionalidad española, según el Observatorio Andalusí 2019

El European Islamophobia Report (EIR) es un informe anual publicado desde 2015, que cubre casi todos los países europeos. El EIR, coordinado por Farid Hafez y Enes Bayrakli, brinda a los legisladores, académicos, líderes comunitarios y lectores comunes una mirada sobre el racismo antimusulmán en Europa.

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