Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Una hora y cuarto en casa esperando una ambulancia y sin saber si su padre había fallecido

Belen y su hija junto a una foto de Jesús, fallecido en su casa

Alejandra Luque

28 de enero de 2025 20:01 h

0

En Córdoba, el pasado 13 de enero, falleció Jesús Iglesias Velázquez. Tenía 86 años y se encontraba en casa de su hija, Belén Iglesias, donde se recuperaba de una infección bacteriana. Aquella mañana, su yerno se percató de que no reaccionaba, por lo que decidió llamar al 061. La primera llamada se produjo a las 10:59. Después, hubo otra a las 11:14. Y la tercera y la última, a las 11:55. Cuando la ambulancia llegó a la vivienda, los servicios sanitarios solo pudieron certificar el fallecimiento de Jesús. Una hora y cuarto de espera porque “no había más UVIs móviles disponibles” en Córdoba en aquel momento. Desde aquel día, la familia de este anciano llora su pérdida con rabia y con la incertidumbre “de qué hubiera pasado si la ambulancia hubiera llegado antes”.

Entre sollozos, Belén explica aquel “fático” lunes sumida en la tristeza de haber enterrado ya a sus padres. Jesús había estado más de 20 días ingresado en el Hospital 12 de octubre de Madrid, donde vivía. Tras recibir el alta se trasladó temporalmente a la capital cordobesa para estar al cuidado de su hija. Aquel lunes, Belén se encontraba trabajando cuando recibió la llamada de su marido, por lo que se trasladó de inmediato a su casa. En la primera llamada, explica, el servicio de emergencias “hizo todo tipo de preguntas, pero lo que mi marido quería era que enviaran ayuda inmediata porque no sabíamos qué le pasaba a mi padre”.

Sin embargo, pasaban los minutos y Jesús no recibía asistencia sanitaria. En una segunda llamada, los familiares de Jesús volvieron a insistir en la necesidad urgente de una ambulancia, momento en el que desde el 061 les comunicaron que “solo había dos UVIs móviles en Córdoba y que ambas estaban ocupadas: una, en un domicilio y otra, en un accidente”. Belén reconoce que ni ella, ni su marido ni su hija fueron capaces de tomarle el pulso sanguíneo a su padre “porque, sencillamente, no sabemos y el estado de nervios nos lo impedía”. Tampoco se plantearon llevarlo por sus propios medios al hospital, ya que no podían “moverlo de la cama”.

En una de esas llamadas, la hija de Belén trasladó al 061 el estado de nervios en el que se encontraba su madre debido a la situación de espera. Esto llevó, explica esta mujer, a vivir otra experiencia “más que desagradable”. Según su versión, el servicio de emergencias le trasladó a su hija que “le diera una tila a su madre” y que acompañara a su familiar “en la transición a la muerte”.

Una hora y cuarto después de la primera llamada, la ambulancia llegó y los profesionales sanitarios solo pudieron certificar el fallecimiento de Jesús. Aun sin una causa de muerte clara, el informe médico solo alude a un paro cardíaco y a dolencias previas, como un marcapasos y una válvula que le habían puesto a este hombre hacía dos años.

La familia cuestiona si, de haber recibido atención a tiempo, el desenlace habría sido diferente, y critica tanto que “en toda Córdoba solo haya dos UVIs móviles” como la calidad del servicio de emergencias. Además de esta denuncia pública, la familia del fallecido ha presentado una reclamación ante la Consejería de Salud y Consumo solicitando una investigación para depurar responsabilidades y para que se adopten medidas tendentes a evitar que “estas situaciones se repitan”. “Por mi padre ya no podemos hacer nada. Solo nos queda movernos para que nadie vuelve a pasar lo que nosotros hemos vivido y para mejorar el sistema público de salud”, concluye Belén.

Este periódico ha contactado en varias ocasiones con fuentes de la delegación de Salud en Córdoba para conocer el número de UVIs móviles operativas en Córdoba y cuál era el estado de esos vehículos durante la mañana del 13 de enero, aunque sin éxito.

Etiquetas
He visto un error
stats