Escribano mantiene la fabricación de lanzacohetes de tecnología israelí pese al anuncio de suspensión del Gobierno
El Consejo de Ministros aprobó la adquisición de 12 lanzacohetes para el Ejército de Tierra el 10 de octubre de 2023, justo tres días después del mortífero atentado de Hamás y la subsiguiente operación de castigo desatada por las fuerzas armadas israelíes en Gaza. Ya entonces el Ministerio de Defensa sabía que la adjudicataria iba a ser la unión temporal de empresas formada por Escribano M&E y Expal, cuyo contrato se formalizó a finales de diciembre. Y ya entonces conocía también que el lanzacohetes SILAM que se iba a fabricar en Córdoba integraba tecnología militar israelí desarrollada por el gigante Elbit Systems.
De hecho, el proyecto SILAM había sido presentado en mayo de 2023 en la Feria Internacional de Defensa y Seguridad de España (Feindef) como una de las más relevantes novedades de la industria armamentística. Aun faltaban cinco meses para el Consejo de Ministros que dio luz verde a la adquisición del lanzacohetes y Javier Escribano anunció públicamente que las 12 unidades del SILAM se construirían en Córdoba bajo la cobertura de la Base Logística del Ejército de Tierra. Tanto es así que al director ejecutivo de Escribano M&E le acompañaban en la presentación del proyecto el alcalde, José María Bellido, y el consejero de Universidades, José Carlos Gómez Villamandos. La plataforma especializada InfoDefensa certificó que el lanzacohetes SILAM se iba a fabricar en base al sistema PULS desarrollado por la compañía israelí Elbit Systems.
El proyecto fue formalmente presentado en el Ayuntamiento de Córdoba por Javier Escribano el 8 de noviembre de 2023, con la presencia de Bellido, cuando la ofensiva israelí sobre Gaza cumplía un mes y ya se contabilizaban los muertos por miles. Escribano adquirió una parcela de 23.000 metros cuadrados y una nave de 10.000 en Rabanales 21. Las obras comenzaron inmediatamente. El 23 de abril, el lanzacohetes con tecnología israelí volvió a ser presentado, esta vez ante el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, que compareció públicamente con el director ejecutivo de la compañía. Y el propio Ministerio de Defensa, a través de la revista Memorial de Artillería, en su número de junio de 2024, dedicó un detallado estudio técnico de las cualidades del proyecto SILAM. “Es un paso crucial en la modernización y fortalecimiento del Ejército de Tierra”, indicó un artículo firmado por el teniente coronel Salvador Deudero y el capitán Carlos Bayón.
La fabricación del lanzacohetes SILAM con tecnología israelí sigue su curso, como acreditan todos estos hitos, lo que choca frontalmente con las declaraciones de la ministra de Defensa, Margarita Robles, en las que asegura que España suspendió toda compra de material bélico israelí desde el 7 de octubre. Tampoco concuerdan con el informe hecho público por el Centro Delàs de Estudios por la Paz, según el cual el Gobierno español ha firmado en este periodo contratos de adquisición de armamento israelí por valor de 1.027 millones de euros.
De todos ellos, el contrato de Escribano para la fabricación de lanzacohetes es el más voluminoso, con una cuantía de 576,4 millones de euros, antes de impuestos. Alejandro Pozo, uno de los investigadores firmantes del informe del Centro Delàs, pone en duda las palabras de Margarita Robles. “La ministra tiene que dar explicaciones. Lo que dice no es coherente”, asegura a Cordópolis. El análisis del equipo de expertos se fundamenta en datos oficiales extraídos del portal de contratación del Estado y comercio exterior.
En el caso del proyecto SILAM, todo apunta a que la ministra de Defensa no computa como adquisiciones de material israelí la transferencia tecnológica de la compañía Elbit Systems, sin la cual Escribano y Expal no hubieran podido fabricar los lanzacohetes. “Nadie cede su tecnología sin cobrar nada. Y además son modelos probados en combate. Elbit está metido en este proyecto hasta las cejas y un porcentaje de dinero público va para la empresa israelí”, argumenta Pozo. Cordópolis se ha puesto en contacto con el departamento de prensa de Escribano para verificar el anuncio de suspensión del Gobierno, pero al cierre de esta información no habíamos obtenido respuesta.
No es un detalle menor que Escribano M&E ya anunciara la fabricación de lanzacohetes SILAM meses antes de que el Consejo de Ministros lo aprobara. Probablemente porque el Ministerio de Defensa se había decantado por el modelo PULS israelí y la firma española ya tenía contraído un acuerdo de transferencia tecnológica con Elbit Systems.
El anuncio de Margarita Robles se produce en respuesta a una carta que le dirige su socio de coalición, el ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, en la que exige la cancelación de todos los contratos de compra con empresas vinculadas a la industria bélica israelí. En su misiva, Bustinduy cita expresamente a la compañía Elbit Systems, que, en su opinión, “opera en contextos que contradicen la posición de la UE y de España en materia de política internacional (…) y participa activamente como proveedora en el entramado de apartheid hacia la población palestina denunciado ante la Corte Internacional de Justicia”.
Elbit Systems no es una empresa cualquiera de la potente industria militar israelí. Es la mayor compañía armamentística del Estado hebreo y la número 24 del mundo por volumen de ventas. Suministra los equipamientos de tierra y los drones en operaciones militares de Cisjordania y Gaza. De hecho, el dron que atacó al convoy del chef español José Andrés y asesinó a siete de sus cooperantes, un Hermes 450, fue diseñado y fabricado por Elbit Systems.
El papel de la empresa israelí en la provisión de productos militares para implementar el sistema de control en los territorios ocupados es muy relevante. Se trata de uno de los mayores fabricantes del entramado de vallas de detección electrónica del muro del apartheid construido por Israel para aislar a Cisjordania y declarado ilegal por la Corte Internacional de Justicia. Su activa participación en este proyecto de segregación racial le acarreó una sanción del Gobierno noruego en 2009 por “contravenir el derecho internacional”.
Los expertos sostienen que la compra de material bélico israelí alimenta la industria armamentística del Estado hebreo y contribuye decisivamente a perpetuar la ocupación de Gaza y Cisjordania, así como a reforzar el régimen de apartheid. Las empresas bélicas israelíes, con Elbit Systems a la cabeza, son líderes mundiales por su avanzado desarrollo tecnológico y por hacer valer sus letales productos como “probados en combate”. El lanzacohetes PULS, utilizado como modelo por Escribano para desarrollar el SILAM, ha sido usado profusamente en los territorios ocupados y en Líbano por su capacidad devastadora.
El último informe del Centro Delàs amonesta al Gobierno español por mantener sus vínculos comerciales con Israel en materia militar, en el contexto de una mortífera ofensiva regional en Oriente Medio. “Es muy probable que Israel esté cometiendo un genocidio en la Franja de Gaza”, advierte el documento. “El convenio para la prevención y la sanción del delito de genocidio”, agregan los investigadores, “impone a los estados la obligación de prevenir el genocidio”, apunta en referencia a las relaciones militares en curso con el Gobierno de Netanyahu. Y concluye: “Además, Israel está cometiendo, sin ninguna duda, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra”.
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