ENTREVISTA
La enfermera cordobesa Mónica Herrera, en el 'top 20' de las mejores notas EIR de España

La enfermera cordobesa Mónica Herrera Lijó, graduada en Enfermería el pasado mes de junio en la Universidad de Córdoba (UCO), ha obtenido la mejor nota de Córdoba y la 17ª mejor nota de España en el reciente examen de acceso al programa de formación sanitaria especializada de Enfermería (EIR 2024-2025).
Al examen, celebrado el 25 de enero, se presentaron 7.932 aspirantes en toda España para las 2.171 plazas de formación disponibles, y los resultados provisionales eran publicados por el Ministerio de Sanidad hace días, a falta de los resultados definitivos tras el periodo de reclamaciones que concluyó el pasado día 11. Esta nota permitirá a Mónica Herrera Lijó escoger la especialidad que “siempre he soñado”, como ella misma afirma, y elegir el centro que desee; en su caso la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria, en la capital cordobesa.
Tras no obtener nota suficiente para acceder a Enfermería cuando terminó el Bachillerato, Mónica Herrera curso un Ciclo Superior de FP en Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear en Córdoba, tras el cual sí pudo acceder al Grado de Enfermería en la UCO en 2020. Después de terminar la carrera, y aunque tenía claro que iba a prepararse el examen EIR, también trabajó entre julio y septiembre pasados en el centro de salud Aeropuerto de Córdoba.
Desde esta experiencia, explica no sólo cómo ha sido su preparación para colocarse en el ‘top-20’ de las mejoras notas EIR de la reciente convocatoria en España, sino que muestra su visión en torno a las especialidades de Enfermería -“que queda mucho para su pleno desarrollo”-, la ‘fuga de enfermeras’ y otras problemáticas como las agresiones al personal sanitario, para lo que demanda más formación, “porque al final es muy importante también cómo te comunicas tú con los pacientes y cómo controlar estas situaciones, que al final se pueden descontrolar en un momento dado”.
PREGUNTA. Terminaste la carrera el pasado mes de junio. ¿Tenías claro que ibas a prepararte el examen EIR?
RESPUESTA. Más o menos. Cuando hice las prácticas en el tercer curso del Grado en Enfermería en centro de salud me encantaron, porque vi la Enfermería como desde otra perspectiva, más enfocada en la salud, en lo que supone la promoción de la salud. Y me gustó mucho la relación que puedes tener con los pacientes. Al final conoces al paciente, conoces a su familia, su casa, su entorno. Y me gustó mucho. Y ya ahí estuve rondando la idea de si intentar acceder al EIR o no. Luego tenía una compañera haciendo la residencia que también me contó lo bueno de la especialidad, pero también un poco la ‘parte mala’ del EIR, que acabas y, tristemente aquí en Andalucía, no hay aún bolsa específica de empleo para la especialidad de Familiar y Comunitaria.
Pero al final me decidí, y lo que tenía claro es que quería hacerlo nada más terminar la carrera, porque al final el hábito de estudio lo pierdes muy rápido, y yo quería acabar y ponerme con esto para hacerlo lo antes posible. Entonces, en septiembre de 2023, cuando comencé el cuarto curso, me apunté a una academia online y empecé más que nada a subrayar los libros, leer los temas, entender todo lo que entra en el examen, etc. Terminada la carrera, al principio me dije que no quería comenzar a trabajar, porque quería dedicarme al 100% a la preparación del EIR, pero me salió la oportunidad de un contrato de tres meses, hasta finales de septiembre, en el centro de salud Aeropuerto, y como quería elegir la especialidad de Familiar y Comunitaria vi la oportunidad perfecta para confirmar que esto era lo que me gustaba realmente, y también para iniciar ya la carrera profesional. Tras finalizar, ya me centré de lleno en preparar el examen, con doce o trece horas de estudio diarias.
El verano también fue intenso, porque al final también es época de aprovechar el máximo tiempo posible, y como yo trabajaba de mañana, las tardes comía y me sentaba ya a estudiar hasta las nueve, nueve y media de la noche; para ya después de septiembre doce o trece horas de estudio al día.
P. Comentabas antes la falta de bolsa de empleo específica, en un momento también en el que el SAS acaba de convocar concurso-oposición para 411 plazas de esta especialidad en toda Andalucía, 288 de acceso libre y 123 por promoción interna. ¿Qué perspectivas vislumbras para una vez terminados los dos años de residencia?
R. Bueno, habrá que ver en concreto las funciones de estas plazas, aunque lo bueno es que parece que sí está en camino el avance de la especialidad. Espero que sea así. Porque la preparación del EIR es un sacrificio, luego la residencia también es un sacrificio y es muy duro, con muchas rotaciones y mucha formación, y que luego el sueldo tampoco da para mucho… Detrás de las especialidades hay una preparación muy intensa, mucho sacrificio, y deberían de estar mucho más reconocidas.

P. Desde tu experiencia, ¿qué consejos le darías a enfermeras que estén pensando en presentarse o preparándose ahora para el examen EIR?
R. El principal consejo que les daría es la constancia. Yo nunca he sido una estudiante brillante, de ser la primera de clase, pero he sido siempre muy constante, una ‘hormiguita’. Durante el tiempo que he estado preparándome el EIR, no recuerdo ni un día sin estudiar, la verdad. Estudiar todos los días, aunque no tengas ganas, aunque no te apetezca, te sientas y al menos algo cada día aprendemos nuevo. Por muy mal que nos haya ido el estudio algún día, algo nos hemos llevado de aprendizaje. Así que lo más importante es ser constante y mucha organización. Al final son muchísimos temas, muchas actualizaciones que va sacando el Gobierno, y tienes que estar muy alerta de todas las novedades que van saliendo, porque son ‘candidatas’ a caer en el examen, por ejemplo el tema de la DANA (que provocó inundaciones y riadas que causaron una catástrofe a finales de octubre en varias partes de España), que cayó en el examen, donde preguntaron quién podía participar en las labores de limpieza de la DANA.
P. ¿Cómo te pareció el examen en sí y cómo lo afrontaste?
R. El examen tuvo un poco de diversidad, pero yo fui muy tranquila. Tuve la suerte de que la academia a la que me apunté nos ofreció ir la semana de antes a hacer el último simulacro en la propia aula de la Universidad de Sevilla donde se iba a realizar la prueba. Y yo iba muy tranquila al examen porque sabía ya dónde era, cómo son las mesas, etc.; y me dije a mí misma que era otro simulacro más y había que enfrentarlo igual. Lo malo fue que entramos a la sala a las 15.00 horas, y hasta las 16.00 no comienza el examen, y hay un periodo en el que los nervios se te disparan y tienes que controlar muy bien la cabeza y estar tranquila. Y empiezas el examen y hay preguntas que no ves claras, pero es verdad que tuve la sensación de que en muchas otras no tenía dudas. Así que salí del examen con la sensación de que había acertado muchas preguntas seguro, aunque luego al llegar a mi casa por la noche ya me asaltaron las dudas de si lo había hecho muy rápido o había fallado muchas.
P. Del conjunto de preguntas del examen, ¿echaste en falta algún tema o piensas que algo estaba de más?
R. Hombre, siempre hay alguna pregunta ‘extraña’, como por ejemplo la famosa de qué color es la tinta de tatuaje que da más reacción alérgica. Que te daban amarillo, rojo, azul y verde. ‘¿Y ahora qué?’, te preguntas, y yo como pinto cuadros, dije, bueno, pues voy a sacar esto por mi parte artística, y me dije, verde y azul son más o menos de la misma gama; y entre amarillo y rojo, el rojo es más potente. Siempre hay preguntas de este tipo, como a qué distancia hay que colocarse del ordenador en milímetros. Son cosas que no suelen venir en los temarios y que es imposible abarcar. Y eso también es un consejo que tienes que tener claro en la preparación, que todo no lo puedes abarcar. Es imposible abarcar todo porque al final es un temario abierto. Desde las academias nos recalcan mucho que esas preguntas no las sabe nadie, así que si no lo tienes claro en algo básico que existe en el temario, pues ahí sí te tienes que arriesgar; pero esas preguntas que caen típicamente es un fallo que todo el mundo va a tener, así que casi que te compensa más dejártelo en blanco si no lo sabes.
P. Has mencionado las prácticas que durante la carrera hiciste en centros de salud, más tus tres primeros meses de trabajo. ¿Qué visión tienes de tu especialidad y del resto de especialidades de Enfermería en general?
R. Pienso que son muy necesarias. Mucho. Y no sólo las que hay, porque por ejemplo creo que sería necesaria una especialidad en cuidados intensivos (UCI). Yo desarrollaría muchísimas especialidades, porque al final van a traducirse en calidad del cuidado para tus pacientes. Y en seguridad para ti misma como enfermera. En relación a las ya existentes, les queda mucho para su pleno desarrollo. Por lo que respecta a Familiar y Comunitaria, por el conocimiento, experiencia y contacto directo con residentes que tengo, a nivel de residencia y formación está muy bien desarrollada, con muchísimos rotatorios en muchos sitios; pero claro, luego acabas la residencia y ¿qué te encuentras? Yo creo que a nivel de formación está muy bien, pero le falta desarrollo y reconocimiento a nivel profesional.
P. ¿Qué perspectivas tienes a nivel profesional cuando pases los dos años de residencia EIR?
R. Pues yo creo que ser enfermera generalista, porque si no hay bolsa específica de Familiar y Comunitaria… Bueno, eso si te quieres quedar aquí en Córdoba, en Andalucía, claro. Si te quieres ir fuera hay muchas Comunidades Autónomas que sí tienen la bolsa específica, pero volvemos a lo mismo de siempre. Tienes que salir de tu Comunidad para poder encontrar un puesto de lo que te has formado durante tanto tiempo. Como he comentado, al final es año y medio de preparación para el examen, los dos años de residente… Hay mucho tiempo y mucho sacrificio para no encontrar la meta para la que te estás preparando en tu Comunidad Autónoma. Personalmente, a mí me gustaría quedarme aquí, aunque si llegado el caso me tengo que ir, me iré. Es verdad que muchos compañeros de la carrera han acabado en el norte de España, porque ha sido el único sitio donde les han ofrecido contratos de nueve o diez meses. Y eso aquí en Córdoba, en Andalucía, es impensable. Encontrarte nada más salir de la carrera un contrato de tanto tiempo. Y yo fui una de las ‘afortunadas’, que tuve un contrato inicial de tres meses.
P. Es lo que viene denunciando el Colegio de Enfermería de Córdoba, y la Organización Colegial en general, de la ‘fuga de enfermeras’ que se viene registrando, que no necesariamente es por motivos económicos…
R. Sí, más bien por estabilidad, por encontrar un poco la estabilidad en tu vida profesional, en un sitio. Al terminar la carrera, yo tenía muy claro que me iba a quedar aquí en Córdoba estudiando, pero muchos compañeros de cuarto curso ya en marzo y abril estaban buscando trabajo o planteándose irse a otras Comunidades en busca de contratos más largos. Y casi que algunos ya se dejaron los contratos ‘firmados’ antes de acabar la carrera.

P. Y al igual que hay ese conocimiento entre los estudiantes de último curso de la realidad laboral, ¿crees que también hay un buen conocimiento en torno a las especialidades enfermeras?
R. Creo que cada vez más. Durante la carrera vienen asociaciones de especialistas a darnos charlas, y las academias cada vez se movilizan más para informar, así como el propio Colegio de Enfermería. Pero también se echa en falta más información, no solo ya de las especialidades, sino de todas las salidas que hay para Enfermería. Creo que sería muy necesario más información de calidad de todos los caminos posibles, y que cada uno escoja lo que más se ajuste a su perfil y le guste.
P. Con todo, ¿qué diferencias notaste entre tu primera experiencia profesional como ya enfermera titulada en relación a las prácticas durante el Grado de Enfermería?
R. Sobre todo, esa carga de responsabilidad que supone que tú eres ya enfermera. Y todo el tema más administrativo, de trabajo con el ordenador, de ‘papeleo’, que esa parte en las prácticas se da un poco de lejos, porque lo único en lo que te centras es en las técnicas y cuidados, y es en esa parte de ordenador donde tuve que pedir más ayuda, pero lo que es la parte más técnica y de relación con los pacientes, la verdad es que muy bien, estuve muy contenta en el centro de salud del Aeropuerto; porque además el sitio fue genial, los pacientes muy bien, y noté mucha aceptación por parte de los pacientes. Al ser joven yo creía que iban a estar más reacios, pero la verdad es que casi todo el mundo me dijo que era una alegría ver a gente joven por allí.
P. ¿Y cuál fue la situación o el caso más complejo que tuviste que atender?
R. No es que fuera el más complejo desde el punto de vista de los cuidados, pero el más difícil para mí fue un paciente que se enfrentó conmigo, porque llegó tarde a la consulta, fuera de horario de atención, y yo estaba con el ordenador, y ya no quedaba ningún enfermero en la planta. Vi que llegó un paciente y se sentó fuera, y le dije que pasara. Venía para pincharse, decía él, pero no traía medicación ni nada al respecto. Tenía lumbalgia, y él quería pincharse lo mismo que el día anterior, pero tras explicarle que para eso necesita receta, el paciente se puso superagresivo. Fue una situación un poco difícil, y claro, te ven además joven, mujer, te insultan…; fue una situación difícil de manejar.
Ahí la experiencia de los años trabajando creo que sí te da más tablas para saber cómo controlar estas situaciones de agresiones, que no son solamente físicas, sino también verbales. Para hacer frente a este tipo de cuestiones sí creo que la respuesta frente a las agresiones debería de implementarse aún más en la carrera, con más formación sobre comunicación verbal y sobre cómo controlar estas situaciones, porque al final también los propios alumnos nos centramos más en las técnicas, pero esa parte está más ‘olvidada’. Habría que dar más talleres de comunicación, de cómo enfrentar situaciones difíciles, porque al final es muy importante también cómo te comunicas tú con los pacientes y cómo controlar estas situaciones, que al final se pueden descontrolar en un momento dado.
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