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REPORTAJE
Un bebé de un día o una nonagenaria: la vida tras un cateterismo en un año récord en Reina Sofía

Florencia, intervenida con un cateterismo en el corazón, bailando en la boda de un nieto en diciembre de 2022.

Carmen Reina

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Sergio nació el 13 de septiembre de 2022 en el Hospital Reina Sofía de Córdoba. Lo hizo mediante cesárea y, en ese mismo momento, fue intervenido mediante un cateterismo para preparar su corazón, hacer que bombeara correctamente y poder operarle de una cardiopatía congénita a los ocho días de vida. En el otro extremo de la senda de la vida, una nonagenaria, Florencia, fue intervenida también con un cateterismo en el hospital cordobés y hoy sigue yendo a jugar al golf y hace una vida plenamente normal.

Sus ejemplos, sus testimonios, sirven para dar cuenta de la actividad que lleva a cabo el Hospital Reina Sofía, que en 2022 ha batido su récord de cateterismos y ha llegado a realizar 5.312 durante ese año. Una media de quince cateterismos al día, intervenciones después de las que se abre la vida en casos como los de Sergio y Florencia.

El bebé, que tiena ya cuatro meses, “tiene una vida completamente normal”, cuenta a Cordópolis su madre, Victoria Cruz. Las complicaciones de la cardiopatía congénita con la que se sabía que iba a nacer hicieron que se preparara una cesárea y “en ese momento, le hicieron el cataterismo. Cuando yo desperté y lo vi, ya estaba todo hecho”, recuerda. “Se alimenta de manera normal, ríe, llora, come, protesta...como un bebé normal. Y no tiene que tomar ninguna medicación”, cuenta con satisfacción esta madre que, con su pareja y Sergio, vive en Jaén, desde donde llegó a Reina Sofía para el parto y la intervención del recién nacido.

Mientras, Florencia Boissier, a sus 92 años, cuenta que va casi todos las semanas al golf. “Desde muy joven he jugado y ahora sigo yendo, todos los miércoles y juego nueve hoyos, a mi aire”, relata. “Me sienta perfectamente”, dice al otro lado del teléfono desde Canarias, donde reside ahora. Ella fue intervenida con un cateterismo a finales de 2021 en el Hospital Reina Sofía de Córdoba, ciudad en la que tiene a alguno de sus hijos. Antes, recuerda que “subía las escaleras y me sentía cansada, aunque no le dí importancia. No sabía que era tan grave. Mis hijos gestionaron que me hicieran una revisión en Reina Sofía y vieron que había que ponerme una válvula en el corazón”.

Estuvo en el hospital 48 horas: “Salí del hospital cantando y brincando, me encontraba maravillosamente bien. Nada me dolía y nada me molestó”, rememora para contar que desde entonces hace vida normal -“no me canso nada”-, y sigue acudiendo a su cita semanal con su deporte favorito.

Pacientes de cualquier edad

“En Reina Sofía hemos intervenido con cateterismos a pacientes de cualquier edad, desde neonatos con una cardiopatía congénita grave que hay que operar de urgencia en el primer día de vida, hasta ancianos nonagenarios y alguno de 100 años con enfermedades coronarias a los que se les ponen muelles o válculas en el corazón”. Quien expone la experiencia del hospital en esta especialidad es Manuel Pan, jefe de Cardiología del centro hospitalario.

Recuerda que los primeros cateterismos se realizaron en Reina Sofía en 1977. Entonces, la introducción de un catéter “solo se hacía para diagnosticar enfermedades, inyectándolo por las coronarias, la aorta, las cavidades del corazón” y, “luego, el enfermo ya iba a cirugía cardíaca abierta”. Por ello, era raro que se pudiera realizar a un paciente de más de 65 años. Ahora, el cateterismo tiene un uso para diagnósticos y también un uso terapeútico y de tratamiento, y se puede aplicar a personas de todas las edades.

Válvulas, muelles y arritmias

El récord alcanzado por el hospital cordobés durante el pasado año ha sumado más de cuatrocientos cateterismos con respecto al anterior ejercicio. Esa práctica, mediante la que “se consigue implantar válvulas en el corazón, muelles stents o interrumpir vías anómalas y curar arritmias”, devuelve a los pacientes calidad de vida.

Dependiendo del caso, los cateterismos de diagnóstico requieren apenas 24 horas del paciente en el hospital. Mientras, en el caso de los cateterismos terapéuticos, la evolución del paciente marca su estancia ingresado, que “se ha acortado mucho” y puede ser de un día tras la instalación de un muelle o 48 horas para válvulas en el corazón.

Y es que la técnica ha evolucionado, ofrece mayor seguridad para pacientes frágiles -ya sean neonatos o ancianos-, y el Hospital Reina Sofía tiene en esta especialidad “un servicio líder, bien posicionado” en el panorama nacional. “Siempre hemos tenido mucho interés en incorporar todo lo novedoso en este ámbito y ponerlo en práctica cuanto antes”, señala el jefe de Cardiología. Porque en el hospital cordobés trabajan en “la investigación clínica, en el día a día con los pacientes”. En poder ofrecerles un nuevo horizonte en sus vidas.

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