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La secretaria de las oposiciones a bombero declara por el supuesto apaño

Protesta por las oposiciones a bombero, en el Ayuntamiento de Córdoba. | MADERO CUBERO

Redacción Cordópolis

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La testigo confirma cambios de última hora en las pruebas que investiga un juez por supuesto amaño

Las pesquisas que dirige el magistrado José Luis Rodríguez Lainz, del juzgado de Instrucción 4 de la Audiencia Provincial por el supuesto amaño de las oposiciones a bombero municipal de Córdoba en 2008 y 2009 prosiguen. Ayer declaró como testigo Montserrat Junguito Loring, secretaria de las pruebas. Parte de su comparecencia se centró en si, como sospecha la acusación particular, el supuesto fraude comenzó a cocinarse incluso antes de la convocatoria.

Junguito confirmó lo que aparece en los informes de la Dirección General de Recursos Humanos y Salud Laboral del Ayuntamiento de Córdoba, donde se recoge cómo una familiar de un miembro de la plantilla, que había sido excluida por no dar la talla mínima de peso y altura (Índice de Masa Corporal o IMC) en la prueba médica, protestó hasta que el tribunal cambió los requisitos de dicha prueba. Y eso, una vez que ya había sido realizada. Se permitió así que la opositora prosiguiese con las pruebas, aunque finalmente no aprobó.

La secretaria de la oposición también describió otros cambios imprevistos en el normal desarrollo de la oposición, como alteraciones en la corrección de respuestas sin saber explicar en todos los casos por qué ocurrieron exactamente. También suscitaron dudas que hubiese variación de firmas de miembros del tribunal entre unas hojas y otras de las actas.

En este caso ya hay nueve personas imputadas, siete opositores y dos miembros de la Junta de Personal Municipal. Todas las imputaciones están relacionadas con el presunto amaño de la prueba teórica de la oposición. Pero entre la documentación que obra en poder del juez, también hay rastro de cómo pudo decantarse incluso antes para favorecer a allegados de la plantilla a la hora de acceder a las nuevas plazas.

La rectificación del tribunal la logró tras varios escritos de protesta y la presentación de distintos informes médicos que contradecían el veredicto del examen. Hasta que el 16 de octubre de 2008, el jefe del departamento de Prevención y Salud Laboral del Ayuntamiento publicó un documento en el que señalaba que, como las medidas físicas (peso y talla) “se valoraron mediante tratamiento informático sin que se aplicaran factores de corrección alguna dirigidas a corregir posibles desviaciones del método (…) es adecuado y corrector (…) introducir una corrección relativa al instrumental y al medidor, de tal forma que la talla debiera contemplar la corrección de más menos dos milímetros y el peso de más menos 100 gramos”.

Este cambio en el último momento de los requisitos médicos también suponía echar por tierra la decisión del tribunal de las oposiciones que, reunido el 6 de octubre de 2008, a las 8.30 en el despacho del Adjunto de la Jefatura de Área de Régimen Interior, había optado por no acceder a las demandas de revisión emitidas tanto por la candidata como otros nueve aspirantes a bombero que quedaron fuera. De todos los opositores cuyas protestas se trataron en aquella reunión, sólo la mujer seguiría con las pruebas, una vez variados -10 días después- los requisitos de talla y peso mínimos establecidos. Pero nunca aprobó.

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