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La querella argentina revela la historia de dos bonaerenses represaliados residentes en Córdoba

Fotografía de Santos con los presos brazos en alto antes de ser fusilados.

Juan Velasco

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Se llamaban Víctor Serafín Mohedano y Alfonso Nieves Núñez. Los dos nacieron en Buenos Aires y los dos acabaron pasando una parte de su vida, anterior al levantamiento militar, en la provincia de Córdoba. A los dos los represalió el bando sublevado. Al primero se lo llevaron de Cerro Muriano y lo fusilaron. El segundo tuvo más suerte y pudo huir de España hacia Francia, perseguido por el franquismo.

Su historia ha salido a la luz gracias a la investigación que han llevado a cabo las asociaciones memorialistas Recuperando nuestra Memoria de la Historia Social de Andalucía (RMHSA_CGT) y la Asociación Nuestra Memoria y que han hecho llegar a la jueza María Servini, que instruye la llamada querella argentina, que busca reparar los crímenes cometidos por los integrantes de la dictadura franquista contra los ciudadanos argentinos que vivían en España.

Según estas dos asociaciones memorialistas, eran, al menos, 48 los argentinos que estaban instalados en el país cuando estalló el alzamiento militar que llevó a la dictadura franquista. Cecilio Gordillo Giraldo, uno de los impulsores de esta investigación, ha señalado, en una misiva a la magistrada, que se ha ido ampliando la base de datos con los nombres de los represaliados hasta dar con 48.

El trabajo de recopilación ha rebuscado en las fuentes de un amplio colectivo de historiadores, investigadores y archiveros, con trabajos publicados en toda España, aunque particularmente en Andalucía, una comunidad que, según indica Gordillo, no ha prestado “ningún apoyo por parte de las administraciones públicas” en este trabajo de reparación.

En cualquier caso, la investigación, basada en los trabajos desarrollados por el archivero Julio Guijarro González y publicados en Todoslosnombres.org ha sacado a la luz dos nombres. Dos bonaerenses que pasaron sus días en Córdoba antes del 36.

Un carpinterio de Cerro Muriano y un contable anarquista en Castro del Río, Bujalance y Nueva Carteya

Víctor Serafín Mohedano tenía 18 años en 1936. Era carpintero y vecino de la barriada de Cerro Muriano de Córdoba. El 20 de julio de aquel año, ingresó en prisión por orden del gobernador militar Ciriaco Cascajo y fue puesto a disposición del juez militar. Según la investigación, Mohedano fue entregado a la Guardia Civil por orden del Jefe de Orden Público, Bruno Ibáñez, el 4 de octubre de 1936 para ser ejecutado en una saca que incluyó 27 personas.

A pesar de que no consta su inscripción en Registro Civil, su nombre está incluido en la base de datos de víctimas del Archivo Municipal de Córdoba y aparece en los Muros de la Memoria del cementerio de la Salud. Asesinado por Bando de Guerra.

Por su parte, Alfonso Nieves Núñez era hijo de padre andaluz y madre gallega, emigrados que retornaron a España para instalarse en Andalucía. Alfonso trabajó de contable y, desde finales de los años veinte, se convirtió en un anarcosindicalista muy activo en mítines y propaganda.

Durante la Segunda República, al considerarlo extranjero, se le intentó deportar a Francia, aunque Alfonso consiguió instalarse en Barcelona, desde donde escribí bajo el pseudónimo de 'Jiménez', unas supuestas crónicas enviadas desde Francia. Después trabajó en el diario Solidaridad Obrera y el semanario Tierra y Libertad.

Al final, terminó siendo detenido y se volvió a iniciar su expediente de expulsión, si bien volvió a burlar las órdenes y acabó establecido, entre 1936 y 1939, en distintos municipios de la provincia. Concretamente, estuvo en Castro del Río, Bujalance y Nueva Carteya, donde participó en comités revolucionarios y en la organización de las milicias confederales andaluzas.

Después se marchó a Barcelona y acabó exiliado en Francia. Hay diferentes versiones sobre su muerte que fue confirmada, en septiembre de 1946, en una necrológica que publicó su amigo Severino Campos en un periódico anarquista neoyorkino.

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