Así podrán agricultores y ganaderos prever sequías y olas de calor: nacen los servicios climáticos en Córdoba

No es desconocido que Los Pedroches es una de las zonas más castigadas por la sequía prolongada y las temperaturas récord de los últimos años. Ahora, y a partir de esta semana, cuenta con nuevas herramientas climáticas diseñadas para ayudar a agricultores, ganaderos y gestores forestales a planificar mejor los efectos del cambio climático. La comarca se ha convertido en laboratorio rural frente al cambio climático con la llegada de los servicios climáticos, que estarán vigentes hasta 2040 y que cuenta con un registro histórico de los últimos 25 años para consultar, de manera sencilla, tendencias de lluvia, olas de calor y periodos de sequía por meses y por variables específicas.

Los servicios han sido desarrollados por un equipo del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) y la Universidad Complutense de Madrid (UCM) dentro del proyecto europeo I-CISK, que busca mejorar la toma de decisiones en territorios especialmente vulnerables. En el caso de Los Pedroches, el objetivo es reforzar la resiliencia de actividades tan esenciales como la ganadería de dehesa, el olivar y la gestión del agua. “Este trabajo nos dota de herramientas para anticiparnos a la sequía y tomar decisiones más eficientes, que protejan la rentabilidad de nuestros socios frente al cambio climático”, explica José Manuel Muñoz, responsable de Innovación en Agricultura de Covap, una de las entidades que ha participado en el proceso.

Las soluciones se han creado mediante procesos de co-creación con cooperativas agrícolas y ganaderas, y con gestores forestales de la comarca. “Hemos diseñado las herramientas mano a mano con ellos para responder a necesidades muy concretas del territorio. Para ello hemos trabajado sobre el terreno mediante living labs”, señala Lluís Pesquer, investigador del CREAF y co-coordinador del caso de estudio en España. Estas herramientas permiten, por ejemplo, planificar la compra de forrajes en función de la previsión de sequía, ajustar reforestaciones, seleccionar especies más resistentes al clima futuro o prever impactos del calor y la lluvia en el olivar, como los episodios críticos que afectan a la floración o a la producción de aceite.

Cinco servicios climáticos y mapas hasta 2040

A partir de datos meteorológicos, modelos climáticos y conocimiento local, el equipo ha elaborado mapas e indicadores climáticos hasta el año 2040, además de un registro histórico desde 2000 a 2025. En total, se han desarrollado cinco servicios climáticos que permiten consultar, de manera sencilla, tendencias de lluvia, olas de calor y periodos de sequía por meses y por variables específicas. “Para tomar decisiones, agricultores y ganaderos no solo necesitan predicciones futuras, también quieren entender el presente en relación con el pasado”, recuerda Lucia De Stefano, investigadora de la UCM.

Uno de los avances más destacados es una herramienta que anticipa la producción futura de aceituna, señalando las parcelas con mayor riesgo de descenso en los próximos años. “Este nivel de detalle no existe en ningún servicio público y no requiere conocimientos técnicos para su uso”, añade Pesquer.

Un proyecto europeo con alcance global, pero con protagonismo cordobés

En el proceso han participado entidades locales como Olipe, Covap, Ifapa, Adroches y el Parque Natural de Cardeña y Montoro. Parte del trabajo continuará ahora dentro del proyecto Monalisa, centrado en la lucha contra la desertificación. “Seguimos colaborando con actores del territorio para dar continuidad a estas soluciones”, indica Ester Prat, investigadora del CREAF.

El proyecto I-CISK, coordinado por el IHE Delft Institute for Water Education (Países Bajos), se ha desarrollado también en otras regiones de Europa y África especialmente vulnerables al cambio climático, con la participación de instituciones científicas de 13 países. La iniciativa ha contado con la colaboración de la Agencia de Comunicación Rural, dedicada a reforzar la visibilidad de las áreas rurales bajo el lema “Conectando el territorio”.