Un plan para que la invernada de 6.000 grullas en Los Pedroches se convierta en un acontecimiento turístico

Cada invierno, unas 6.000 grullas deciden migrar a la comarca de Los Pedroches, a sus extensas dehesas. El paso de estas aves despierta admiración. Su vuelo formando uves siempre provocó que las personas que trabajaban al aire libre pudiesen levantar la cabeza de lo que estuvieran haciendo y admirar la bandada. Los abuelos instaban a sus nietos a gritar lo de “grulla, hazme una letra”, para que se cambiase la formación. Las grullas son, además, aves muy fieles, que viven en pareja prácticamente toda la vida.

La observación de las grullas es algo muy singular en la comarca de Los Pedroches, pero un evento muy desconocido para el gran público. Por eso, la Mancomunidad de Municipios de Los Pedroches acaba de sacar a licitación un contrato en busca de una empresa que les ayude a diversificar este extraordinario evento medioambiental, y que pueda acabar a atrayendo a turistas a la zona entre los meses de octubre y enero.

El proyecto pasa porque una empresa se encargue de mejorar el hábitat de invernada de la grulla en Los Pedroches, logrando que cada año sean más de esas 6.000 aves las que acaben pasando los meses en la comarca. También de actualizar la información ecológica del paso de estos animales por la comarca, la concienciación ciudadana y la mejora de la biodiversidad. Pero también la dinamización de eventos que ayuden a difundir este evento tan especial, incrementando el número de visitantes, “turistas no invasivos y respetuosos con el medio”, tal y como señala el pliego.

El contrato prevé que la empresa haga un estudio de campo, analice el estado del hábitat de la grulla y que acabe trazando rutas de observación, que no sean invasivas, ya que se trata de un animal muy sensible que huye precisamente de las masificaciones.

Aparte, la Mancomunidad quiere que la empresa haga una propuesta o diseño de una feria de la grulla, dedicada al turismo ornitológico, que se celebre en la comarca y que dure dos días. Y también un festival de las grullas que se celebre durante la invernada, preferiblemente entre los meses de enero y febrero.

El festival deberá contar con talleres formativos, visitas vespertinas al embalse de La Colada para observar las aves, talleres de fotografía y una importante presencia de escolares para difundir la importancia de este tipo de migraciones.

Este contrato está financiado con los fondos europeos Next Generation, prevé la contratación de al menos cuatro personas y un presupuesto de 60.000 euros anuales.