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Convertir el centro cívico en un refugio climático que los vecinos usen como “una plaza de interior” en verano

Centro Cívico Norte en la Cruz de Juárez.

Carmen Reina

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La Asociación Vecinal San Acisclo de Valdeolleros, con el apoyo de la Asociación Vecinal La Palomera-Naranjo, ha elaborado un documento que ha presentado al Ayuntamiento de Córdoba para pedir que el centro cívico Norte -ubicado en Cruz de Juárez-, funcione como un refugio climático y se convierta en “una plaza de interior” donde los vecinos puedan convivir en los meses de más calor cuando no pueden socializar en la calle.

En el proyecto El centro cívico como refugio climático -al que ha tenido acceso este periódico-, los vecinos plantean que este edificio “puede y debe ser un espacio comunitario que los vecinos sientan como propio, que haga las veces de 'plaza de interior'”. En el marco de la crisis climática, este uso ahora desplazado como plaza de interior gana en importancia porque durante casi todo el día las calles y plazas de nuestro barrio son intransitables, invivibles“.

Y ponen el acento en que “es en estos momentos de estrés térmico, cuando hace cuarenta grados, cuando más importancia tendría que el centro cívico abriese sus puertas a un espacio público, climatizado y con internet”. Por ello, reclaman que el centro cívico se siga manteniendo abierto por las mañanas y, además, se abra por las tardes en las horas más calurosas.

El proyecto presentado por los vecinos al Ayuntamiento -Alcaldía y grupos municipales-, además de al Consejo de Distrito, el Consejo del Movimiento Ciudadano y la Federación de Asociaciones Vecinales Al Zahara, desgrana los espacios del centro cívico y sus actuales usos, así como las zonas sin utilizar.

Espacios para nuevos usos y recuperar servicios

Así, proponen que espacios vacíos se doten de mobiliario “que invite a un uso distendido: bancos, plantas de interior, mesas bajas, la típica configuración de merendero (dos bancos enfrentados con una mesa en medio), sofás y sillones…”. Plantean que se separe la zona de lectura y estudio del centro, de otra parte del espacio para uso común, con mesas donde utilizar el ordenador, juegos de mesa o comer, y otra parte “como espacio de encuentro distendido, para estar charlando o de forma más relajada”.

Por otra parte, recuerdan que durante años la planta baja del centro cívico tuvo una máquina expendedora y una máquina de café, “que tenía mucho uso porque te ofrecía una excusa para estar un rato socializando y tomarte un café por un precio bastante económico”. Ahora, proponen “incluir de nuevo estas máquinas expendedoras y otros elementos relacionados, como, por ejemplo, un microondas. Además, si se introduce mobiliario relativo a la comida y bebida estaremos invitando a que quien quiera, en vez de tomarse un refresco en la calle a 40 grados, que lo haga en el centro cívico mucho más a gusto”.

El proyecto también detalla otros detalles como la oferta de enchufes o puntos de carga de USBs -“pensemos en los aeropuertos y en cómo la gente hace vida en los puntos en que hay enchufes”-, y aborda cómo incluir también al vecindario infantil, recuperando el servicio de ludoteca y reacondicionando una sala como espacio infantil, con juguetes, libros, y la instalación de suelo y paredes adecuadas para el juego.

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