Un solo caso de mosquito tigre este año y la vista en que siga el notable descenso de las últimas temporadas
Con la llegada del alza de las temperaturas y el caldo de cultivo de zonas de riego y pequeños acúmulos de agua estancada, llega también la temporada de proliferación de los mosquitos y, entre ellos, la especie denominada mosquito tigre, una especie invasora de origen tropical, posible vector de transmisión de enfermedades, que penetró en la península ibérica en el año 2004 y Sadeco detectó por primera vez en Córdoba en 2018.
Desde entonces, el control del mosquito tigre y evitar las condiciones que ayudan a su proliferación está haciendo efecto en Córdoba y los datos que maneja Sadeco así lo señalan. Esta primavera, hasta el momento, la empresa municipal de saneamiento ha recibido una decena de avisos por posible presencia de mosquitos tigre. Una vez hechas las comprobaciones, solo en un caso ha sido realmente esta especie, resultando el resto mosquitos comunes.
La estadística muestra que en los últimos años, el número de casos detectados ha bajado drásticamente. Sadeco señala que en 2022, analizando los datos del número de avisos por mosquito tigre, se observó una caída de más de un 49% respecto al año anterior y de un 73% respecto a 2021. Ese año, por ejemplo, Córdoba registró más de un centenar de focos de mosquito tigre.
Desde Sadeco defienden que las actuaciones llevadas a cabo por el Servicio Educativo de la empresa municipal durante las campañas de 2019, 2020, 2021 y 2022 “sirvieron para poner en alerta a los propietarios de viviendas en barrios con presencia confirmada de mosquito tigre o cercanos”.
Cuando se detecta la presencia de esta especie, un técnico de Sadeco visita el lugar y se encarga de analizar los casos, asesorando además a los vecinos sobre “la forma de proceder, en todos los casos de dípteros hematófagos” como el mosquito tigre.
Desarrollo en pequeñas concentraciones de agua
El mosquito adulto mide de 2-10 milímetros, presentando líneas blancas en la cabeza, cuerpo y, sobre todo, patas. Precisamente esta característica ha determinado su nombre común, no presentando más agresividad hacia las personas que otros del mismo género. A diferencia de los mosquitos autóctonos, las hembras de esta especie pican a cualquier hora del día, especialmente a primera hora de la mañana y de la tarde. Las picaduras suelen afectar preferentemente a las piernas.
La particularidad de este mosquito es que se cría en pequeñas concentraciones de agua, no desarrollándose en ríos ni grandes estanques. Precisamente este hecho determina la dificultad de su control, que reside más en las buenas prácticas de la vecindad que en las intervenciones de los servicios municipales. Al efecto, Sadeco elaboró un manual con las recomendaciones para evitar su presencia y propagación. Entre estas están vaciar frecuentemente elementos que retengan agua tales como ceniceros, platos de las macetas, etc. También evitar acúmulos de agua en exteriores derivados de excesos en el riego, huecos en los árboles, depósitos de agua para animales, pavimentos rotos, etc.
Por su parte, el Servicio de Control de Plagas desarrolla un operativo para la revisión de los imbornales y zonas públicas a fin de impedir, en lo posible, la extensión del foco a otras zonas de la ciudad.
En cuanto a los riesgos asociados al Aedes albopictus como vector de enfermedades, se ha demostrado su intervención en la trasmisión de más de veinte enfermedades infecciosas, entre ellas el Dengue y el Chikungunya.
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