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#HÉROES SIN CAPA | Conductor de ambulancia: “Lo peor es no estar con la familia”

Victor Manuel Franco, conductor de ambulancia

Rafael Ávalos

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Es una de las muchas personas que siguen con su actividad como si nada sucediera. Aunque en su día a día es perceptible que sí ocurre. Durante el estado de alarma por la emergencia sanitaria provocada por el Covid-19 a él, como a otros compañeros, le corresponde estar en primera línea de batalla. Se llama Víctor Manuel Franco y desde 2010 ejerce de técnico de emergencias sanitarias -conductor de ambulancia en una acepción más sencilla-. Hace algunas semanas su rutina varía pero no acaba, como es lógico, una circunstancia que asume lo mejor que puede, con un claro sentido de responsabilidad por supuesto.

Para Víctor la situación más compleja es la personal. Tal y como le ocurre a todos los que trabajan en su empresa de ambulancias. Más que nada porque, por precaución para con sus familias, decidieron vivir fuera de casa durante la cuarentena. “Llevo dos días y por ahora, bien. Pero sé que lo voy a pasar muy mal. Todos hemos optado por lo mismo, nos hemos quitado de en medio”, explica sobre la decisión. “Lo peor creo que no ha venido. Es la soledad y no estar con la familia. Para mí, personalmente, es eso. Luego está también el miedo de decir: ¿Y si lo llevo a casa?”, añade.

Padre de dos hijas, como otros compañeros renuncia al hogar en el estado de alarma una vez iniciados los turnos de trabajo. Estos son diferentes a los demás pues resulta necesaria una mayor prevención. Como técnico de emergencias sanitarias, su labor es la de trasladar a los enfermos. En un primer caso puede ser con llamada para acudir a un domicilio o en otro para llevar a un paciente desde el Hospital Universitario Reina Sofía hasta el Provincial, hacia donde dirigen a algunos afectados por el coronavirus con origen en Wuhan (China). La tarea parece ser la misma pero no. Deben de seguir unas estrictas normas de higiene y desinfección.

Ahí entran en juego materiales como los EPIs (equipos de protección individual), las mascarillas o las gafas sanitarias. Y la verdad es que no hay recursos como debiera. “Tenemos nada más que un EPI y tenemos que quitárnoslo sin intentar tocar nada del coche. Volvemos a la nave y ahí desinfectamos”, expone Víctor. “Estamos todo el día limpiando”, agrega en este sentido. La realidad es compleja también por esa falta de elementos para combatir la pandemia.

“Vamos a todas las llamadas con miedo”

Víctor cree que el mundo no estaba preparado para enfrentarse al Covid-19. Al menos España, según su perspectiva. “No, a la vista está, que estamos subsistiendo pidiendo donaciones”, señala. “El EPI que nos dan es gracias al hospital, que nos suministra. Un compañero tuvo que hacer tres Covid-19 (tres pruebas) y los tuvo que hacer con el mismo EPI”, prosigue. Aun así, todos los compañeros tratan de manejar el asunto con la mejor de las disposiciones. Por mucho que cierto temor exista.

“Vamos a todas las llamadas con miedo”, confiesa quien es uno de los encargados de velar por la ciudadanía estos días de cuarentena. Al menos, un hecho positivo tiene la crisis sanitaria en relación a su trabajo y al del personal de Reina Sofía. La gente ya no abusa del servicio de ambulancias ni va a Urgencias con tanta facilidad. “El estado de alarma se nota mucho. Tenemos menos carga hospitalaria porque es verdad que la gente tiene miedo a acudir a Urgencias. Ya no va la gente por cosas menores y en la calle se nota menos tránsito”, afirma.

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