El fármaco financiado para dejar de fumar costará 80 euros y solo habrá un intento anual por paciente
El fármaco para dejar de fumar Champix (vareniclina), que el Sistema Nacional de Salud (SNS) comenzará a financiar a partir del próximo 1 de enero, costará entre 80 y 86 euros dependiendo del tipo de tratamiento, y solo podrá ser recetado a los pacientes una vez al año.
Así lo fijó la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos el pasado 30 de septiembre de forma provisional, a la espera de la resolución definitiva por parte de la Dirección General de Cartera Básica de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia. Ahora, está abierto un trámite de alegaciones por parte de las empresas responsables de los fármacos financiados. Si se aceptan sus propuestas o no las presentan, se emitirá la resolución de financiación final. En caso contrario, habrá una resolución expresa de no financiación.
En concreto, si se cumplen las condiciones iniciales fijadas por la Comisión, Sanidad financiará Champix 0,5 mg de 56 comprimidos por un precio de 86,48 euros; Champix 0,5 mg y 1 mg 11x 0,5 mg + 14 x 1 mg + 28 x 1 mg comprimidos (80,07 euros); y Champix 1 mg de 56 comprimidos (83,28 euros). Como ocurre en el resto de medicamentos, su precio se revisará anualmente para “asegurar que se encuentran en los parámetros establecidos legalmente, y en caso contrario, proceder a su adecuación mediante la rebaja correspondiente”.
Según precisaron fuentes de Pfizer a Europa Press, el precio del fármaco sin financiar “puede variar” en función del tratamiento que se elija. Durante el primer, mes existe un pack de inicio de 4 semanas por 125 euros. En el segundo y tercer mes, hay dos opciones: el pack de continuación de 4 semanas por 130,01 euros; y el de 8 semanas por 91,14 euros.
No estará incluido en la financiación pública Champix 1 mg 112 comprimidos, pues “la financiación de este medicamento requiere la adherencia del paciente a un programa de deshabituación tabáquica que será implementado por cada comunidad autónoma”. Esto supone un “obligado seguimiento” del paciente de manera mensual para valorar el éxito o fracaso del tratamiento y por consiguiente, la valoración de una nueva dispensación hasta las doce semanas que incluye la duración del tratamiento.
En su texto, la Comisión también ha fijado una serie de requisitos para poder acceder a estos fármacos. En primer lugar, los pacientes deben tener “motivación expresa” de dejar de fumar, con al menos un intento de cesación tabáquica “que se pueda constatar” en el último año. Además, solo se incluirá a personas que fumen 10 cigarrillos o más al día, y que tengan un nivel de dependencia nivel 7 calificado por el test de Fagerström, que mide la adicción a la nicotina.
Solo se financiará un intento anual por paciente, y todos aquellos beneficiarios deben estar incluidos en un programa de apoyo (individual y/o grupal) contra el tabaco que esté implementado en su comunidad autónoma, INGESA o mutua. El tratamiento, prescrito solo por médicos de los programas de deshabituación, será como máximo de doce semanas. Cada prescripción se realizará por un envase, lo que equivale a un mes de tratamiento. Antes de la siguiente receta, los médicos valorarán la evolución de la efectividad del tratamiento.
¿Cómo es el tratamiento?
Vareniclina es un tratamiento de tres meses, administrado por vía oral en forma de comprimidos, y que alivia los síntomas del ansía de fumar y abstinencia, al tiempo que produce simultáneamente una reducción de los efectos gratificantes de fumar.
Según los resultados de los estudios científicos que llevaron a su aprobación, a las 4 semanas de tratamiento las probabilidades de dejar de fumar se multiplican por dos, y a las ocho semanas esta cifra se multiplica por cinco. Continuar con el tratamiento hasta 12 semanas multiplica por 11 las probabilidades de dejar de fumar de manera exitosa.
Un total de 85.000 personas en España fueron tratadas durante el año pasado con el fármaco, ya financiado en Navarra, de acuerdo con los datos de la compañía. Para Pfizer, la experiencia en la comunidad foral, dos años después de su financiación, es “muy positiva” y supone “un primer paso para valorar positivamente la importancia de terapias que cuentan con indicación para dejar de fumar”.
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