Condenado a nueve años por secuestrar a su exmujer y su hija
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El Tribunal Supremo ratifica una sentencia de la Audiencia Provincial de Córdoba, aunque la rebaja en diez meses
La Sala II del Tribunal Supremo ha condenado a nueve años y dos meses de cárcel a un vecino de Córdoba por secuestrar a su hija mayor de edad y a su exmujer en el domicilio de él, a las que tuvo atadas de pies y manos y con un calcetín y una bola de papel en la boca, mientras propinaba puñetazos en la cara a su excónyuge. Según la sentencia, el hombre arrebató el móvil a la mujer para ver y leer en voz alta, delante de la hija común, los mensajes de whatsapp recibidos de otro hombre con el que su expareja había iniciado una relación.
El hombre, José María C. S., es condenado a cinco años y dos meses de prisión por el delito de detención ilegal de su exesposa en concurso medial con delitos de lesiones en el ámbito familiar, contra la integridad moral, quebrantamiento de medida cautelar, descubrimiento y relevación de secretos. Y a otros cuatro años de cárcel por el delito de detención ilegal de su hija. En total, nueve años y dos meses.
Ello supone una rebaja de ocho meses respecto a los diez años de cárcel que le impuso la Audiencia de Córdoba, que consideró que el delito de descubrimiento y revelación de secretos, consistente en el acceso a los mensajes del móvil de la mujer, debía castigarse de forma autónoma.
El Supremo lo incluye dentro del concurso de delitos de los que fue víctima la exmujer, y destaca que “el acusado consiguió su propósito de que la hija común conociese las intimidades de la madre con su nueva pareja sentimental y humillar así a ésta delante de la hija, y si uno de los medios de los que se valió para tal propósito fue precisamente apoderarse del contenido de los mensajes de su móvil leyéndolos en voz alta en presencia de la hija, se dan los presupuestos del concurso medial conforme la jurisprudencia expuesta al potenciar el trato vejatorio y degradante”.
El alto tribunal desestima todos los demás motivos del recurso del hombre, incluido el que pretendía que se le aplicase la atenuante de haber liberado a las dos mujeres secuestradas antes de tres días, ya que el secuestro de la hija duró unos 45 minutos y el de la madre, unos 20.
El Supremo señala que para aplicar dicha atenuante se exige que el autor no haya conseguido el propósito que perseguía con el secuestro. En este caso,el propósito era llegar hasta su exmujer para inmovilizarla o retenerla con el fin de descargar sobre ella su ira y su prepotencia y forzarla así para que le relatase los pormenores íntimos de la nueva relación de pareja. Así, después de haber inmovilizado y atado a ambas y sentadas madre e hija, frente a frente, el acusado también sobre la cama, cuchillo en mano, les anunció: “Ahora vamos a hablar los tres, cuéntale a la niña la verdad de la relación que tienes con tu pareja”. Y accedió al móvil de la expareja y leyó en voz alta mensajes.
La aplicación del tipo atenuado debe ser rechazada por cuanto el acusado consiguió su propósito de que la hija común conociese las intimidades de su progenitora con su nueva pareja sentimental y así humillar a ésta delante de aquella.
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