Los 148 millones de euros en la caja del Ayuntamiento
En junio de 2011, el exalcalde del PP José Antonio Nieto se encontró 26 millones de euros en la cuenta del Ayuntamiento de Córdoba cuando juró su cargo. En junio de 2019, José María Bellido se ha encontrado con 148 millones de euros en las cuentas municipales del Consistorio.
Lo primero que hace un alcalde cuando asume su cargo es firmar con el tesorero municipal el acta de arqueo, una especie de traspaso de la titularidad de las cuentas del Ayuntamiento. Es ahí cuando descubre realmente la situación financiera del Ayuntamiento que le toca regir y el margen de maniobra que puede empezar a tener.
Bellido se encuentra con una enorme herencia presupuestaria de dinero sin gastar. El cogobierno de PSOE e IU que expiró este sábado ha logrado enderezar la situación financiera del Ayuntamiento, evitar todos los controles exteriores a los que estaba sometido, reducir la deuda pública a niveles casi desconocidos pero tener un ritmo de ejecución presupuestaria muy escaso, de ahí el enorme ahorro.
El nuevo alcalde de Córdoba sabe perfectamente que esos 148 millones de euros que se ha encontrado en la caja municipal son un balón de oxígeno pero es consciente de lo difícil que será gastarlos. La administración municipal de 2019 apenas se parece a la de hace apenas ocho años. Entonces, el Ayuntamiento tenía mucho más personal para sacar adelante los proyectos, la licitación de contratos era mucho más laxa que la actual (y por tanto más ágil aunque menos garantista) y el PP gozaba de mayoría absoluta.
Ahora, Bellido tiene que negociar primero con Ciudadanos, con quien ya comparte gobierno, y después con Vox para sacar adelante muchos de esos proyectos. La Junta de Gobierno Local (una especie de Consejo de Ministros de los ayuntamientos) tiene ahora muchas más competencias que en 2011, entre ellas las de contratación. Pero el Pleno es clave para poder aprobar modificaciones presupuestarias (que el nuevo equipo de gobierno quiere sacar adelante lo antes posible) y ahí el PP y Ciudadanos necesitarán a Vox.
La primera modificación que urge en Capitulares es para atender el presupuesto de Cultura de lo que queda de año, consumido en su mayor parte por los recursos destinados a La Noche Blanca del Flamenco y el concierto de Rosalía. De no hacerlo, el futuro concejal de Cultura (que será Juan Miguel Moreno Calderón) lo tendrá difícil para mantener algunas citas fijas del otoño cultural. También es urgente para poder sacar adelante lo antes posible la licitación de la gestión de las piscinas municipales de la Fuensanta y la calle Marbella, algo que el nuevo alcalde quiere resolver ya para que pronto empiece a notarse el cambio en Capitulares.
Antes, el nuevo gobierno encargará una completa auditoría municipal, con poca esperanza de encontrar nada raro pero sí de saber exactamente los grandes problemas a resolver en estos primeros seis meses. Preocupa mucho la situación en Seguridad, con un cuarto menos de plantilla de policías locales que apenas si pueden atender los eventos de la ciudad, o con graves déficits en los dos parques municipales de bomberos. También la Delegación de Movilidad, con pocos cargos de responsabilidad. Pero sobre todo el bloqueo en la Gerencia Municipal de Urbanismo, el atasco del área de Gestión (clave para resolver los contratos municipales) o la situación exacta de un Instituto Municipal de Deportes (Imdeco) donde casi todo se ha ido aprobando tarde y mal.
Eso sí, el nuevo alcalde goza de la tranquilidad que da tener 148 millones de euros en las arcas municipales, consciente de que lo que necesita el Ayuntamiento de Córdoba no es un plan de ajuste sino de expansión. Pero sabe que ese dineral es un arma de doble filo, ya que sus primeras medidas es una fuerte reducción de impuestos que puede hacer adelgazar este superávit en muy poco tiempo.
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