Comprar una vivienda nunca ha sido una misión fácil, todos hemos tenido en algún momento de nuestras vidas la inquietud de desear comprar una vivienda que se convertiría en nuestro hogar.
Hoy podemos encontrar, en las diferentes entidades bancarias, unas condiciones en tipo de interés realmente muy atractivas a la hora de solicitar una hipoteca que quizás no se vuelvan a encontrar en años.
La cuota de una hipoteca puede ser muy inferior a lo que se pagaría por un alquiler hoy.
Sin embargo, se han endurecido los requisitos, sobre todo para los más jóvenes que necesitan tener ahorrado sobre un 30% del total del precio de la vivienda.
Ahorro del que no disponen, ya que para poder ahorrar hay que tener unos ingresos más que suficientes para vivir y sobretodo, tener el hábito de “ahorrar” y no tanto de “consumo”.
Las costumbres y preferencias han cambiado en los últimos años, son más los que hoy prefieren “pagar por usar” en vez de “comprar”, sólo basta con ver el incremento de los vehículos adquiridos a través de un renting para particulares.
Con respecto a la vivienda también ha experimentado en nuestro país un cambio en la tendencia de querer “comprar” a favor de la opción del alquiler, aunque aún estamos lejos de la realidad en el resto de Europa.
Son diversos los motivos de este cambio, una moda aceptada por los más jóvenes motivada por factores económicos y sociales.
Pensemos que, si deseamos vivir en el centro de una ciudad o en una zona residencial de nueva construcción, el precio del alquiler sí nos puede ser más asequible que la opción de comprar.
La falta de trabajo en el entorno cercano provoca que tengamos que salir “fuera” a buscar esa oportunidad laboral, fuera de nuestra ciudad a otra ciudad en la que tendremos que optar por la opción del “alquiler”.
Hoy hay más movilidad en la juventud que busca un “trabajo”, tanto en el ámbito laboral de cambio de empresa como de cambio de ciudad o país por motivos profesionales.
Hace años, en el momento en el que empezábamos a trabajar, los jóvenes ya tenían en mente la idea de ahorrar para poder tener la entrada para un piso, hoy esto ya no es así.
Se tenía la idea de que el “trabajo” en esa empresa en la que empezabas a trabajar sería ya para toda la vida, idea que hemos visto desde la crisis del 2008 que no era tan sólida.
La vida ha cambiado, las preferencias y modas son totalmente diferentes.
Pero la idea en nuestro país de “tener” una vivienda perdura y perdurará, no olvidemos que sigue siendo “la inversión” preferida para la jubilación.
En los próximos años veremos como sigue incrementándose la opción del alquiler en los más jóvenes en sus primeras etapas laborales y en los seniors que buscarán zonas residenciales con todos los servicios para disfrutar de su jubilación.
Pero no deberían los más jóvenes de olvidarse de ir ahorrando parte de sus ingresos para poder adquirir su vivienda definitiva a cierta edad, quizás a los 40 años tal y como ocurre en otros países.
Tanto si optamos por el alquiler como si optamos por la compra, son decisiones personales que dependerán de nuestras circunstancias y, sobre todo, de cómo deseamos vivir.
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