Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
'Sequíalquivir'

El 60% del cuerpo humano es agua. Tal es la importancia para la vida en la Tierra del líquido elemento.
Este fin de semana, una multitud de cordobeses se echará a las calles a disfrutar del “buen tiempo” tras un invierno que parece que ha sido muy frío (aunque según los datos no tanto), pero muy seco. Llovió, y bien, durante unas semanas en diciembre. Las precipitaciones intensas resucitaron arroyos y devolvieron la vida al Guadalquivir, el río grande de Andalucía. Restauraron acuíferos y salvaron cosechas. Reverdecieron la sierra y la campiña. Y fortalecieron el optimismo. Pero aquello fue un espejismo. Desde entonces, apenas ha llovido, los arroyos se han vuelto a morir y el cauce del Guadalquivir a su paso por Córdoba da pena y miedo a la vez.
Córdoba es la provincia que más agua almacena de todo el sur de España. Sus ríos y arroyos están repletos de grandes embalses, principalmente para regadío, pero también para el abastecimiento de las ciudades. El regadío es fuente de riqueza. Su ausencia, por tanto, de pobreza.
Desde hace tres décadas, la provincia no afrontaba una primavera y la cercanía de un verano con tan poca reserva de agua. Los embalses no están ni al 20% de su capacidad cuando deberían estar a estas alturas del año al 60%. En Sierra Boyera solo queda barro. Técnicamente es un embalse que ya está seco. En breve, los vecinos de Los Pedroches y el Guadiato beberán en exclusiva el agua bombeada desde La Colada. Salvados por la campana, si no falla ni el bombeo ni los planes del Gobierno.
Pero el verano se prevé dramático. Apenas habrá agua para regar. En Córdoba ciudad, sus dos embalses (Guadalmellato y San Rafael de Navallana) tienen una reserva de sobra. No tanto Iznájar o el sistema del Alto Guadalquivir. Pero lo peor lo sufrirán antes que las ciudades los agricultores y los ganaderos.
En Los Pedroches, los ganaderos del sector lácteo ya han lanzado su primera señal de ayuda. No hay agua para dar de beber a la principal cabaña ganadera de Andalucía. Los olivareros saben que este año la campaña volverá a ser muy mala si el olivar de riego tampoco tiene agua. Los cultivos cítricos del Valle del Guadalquivir se pueden resentir muy gravemente si sufren un verano muy cálido y muy seco.
Córdoba, insisto, es una provincia que está muy preparada para reservar agua. Apenas caben más embalses. El problema está en algo tan simple como que no llueve lo suficiente. Y el agua es un recurso finito, como la propia Tierra.
¿Ha cambiado definitivamente el clima en el sur de España? ¿Estamos a las puertas de un futuro desierto?
Como la rana que se cuece poco a poco en el agua que se va calentando, este fin de semana, yo el primero, saldremos a disfrutar de la primavera. No nos vamos a encerrar a llorar en casa, desde luego. Pero el cambio climático no es que haya llegado: nos está atropellando poco a poco.
Sobre este blog
Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
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