Las musas, ¡ay las musas! ¿Dónde se ha metido mi inspiración?
Quien más y quien menos tiene su punto creativo y pocos creo que son los que en algún momento de su vida no han plasmado sus pensamientos por escrito. Los habrá que lo hagan en analógico y los que lo hagan en digital, en público o en privado, pero pocos han de ser los que nunca se han lanzado a ello.
Y los hay que nos liamos la manta a la cabeza y nos aventuramos a escribir un blog (ya sea de carácter personal, profesional o semi). Insensatos nosotros.
Servidora de ustedes cuenta con varios: aquí donde comparto con vosotros cordopolitas mis aventuras, desventuras y reflexiones sobre el mundo de Internet; otro para mis tinglados handmade (que tengo abandonadísimo); y otro más personal donde cuando necesito “hacer terapia” divago mentalmente sin rumbo definido.
Si eres de los que se ha lanzado al vacío y ha puesto en marcha un blog: ¡FELICIDADES! Pero lamento comunicarte que no tiene demasiado mérito. Ésa, el estrenar un blog, es la parte fácil; sobre todo porque al principio (como con todo) siempre se tiene muchas ganas, mucha ilusión y todo es de color de rosa.
Con los blogs, el auténtico reto consiste en mantenerlo, alimentarlo poco a poco, seguir publicando con una periodicidad más o menos “decente” y no dejarlo abandonado. Conseguir un público fiel ya son palabras mayores, pero no imposible, todo el mundo tiene su nicho. Como se suele decir “hay gente p'a tó”.
Muchas veces cuesta una barbaridad sentarte y escribir. Hay días que tienes más de mil ideas y las palabras fluyen y fluyen como si poseyeran tus dedos mientras estos corren por el teclado, pero otros... Otros días parece que no eres capaz de juntar tres palabras que tengan sentido y suenen correctamente.
Así que como sufridora del abandono ocasional de las musas, comparto con vosotros algunos de los “trucos” que procuro utilizar cuando la inspiración parece no estar de mi lado:
- Recuerda que escribes sobre algo que te gusta y eso te motiva. ¿Quién en su sano juicio se mete por placer a escribir sobre algo que no es de su agrado?
- Lee mucho, sobre todo de la temática que te ocupa. Parece que no, pero leer sirve de inspiración. Y no me refiero a plagiar, pero sí te puede dar ideas que rebatir con tus propios argumentos, enfoques que completar con tu propia experiencia o cosas que hasta el momento no te habías planteado y de repente parecen algo obvio.
- Observa tu alrededor, nunca sabes dónde vas a encontrar algo o alguien que te brinde una idea excepcional.
- Revisa tus post anteriores. Muchas veces con el tiempo cambiamos de opinión respecto a muchos temas, actualizamos nuestros conocimientos, etc. ¡Mantener al día tus ideas en el blog puede ser un filón!
- Apunta esas ideas que de tan estupendas que son te parece imposible que se te olviden. Parece mentira, pero las famosas “cojo-ideas” tan pronto como vienen se van. ¡Y vaya si da rabia! Una libreta y un boli en la mesilla o el mismo móvil salvarán del olvido esas ideas nocturnas que se nos aparecen como por arte de magia.
- Analiza cuáles son los contenidos, experiencias, reflexiones que más éxito han tenido entre tus lectores. Te dará pistas sobre temas a seguir desarrollando.
- Pregunta. Si eres de los afortunados que cuenta con una comunidad de lectores que siguen tus publicaciones, pregúntales qué es lo que les gusta o les interesa, te ayudarán a perfilar tu “linea editorial” y conseguirás enganchar a más gente.
Y si aun con todo esto hay días en los que el reto de post en blanco es superior a ti, no te martirices. Pasa en las mejores familias. Así estaba yo hace media hora y mira, al final he juntado más de 600 palabras.
¡Nos leemos!
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