Pozoblanco, corazón abierto a la Virgen de Luna
Unas 15.000 personas acudieron este domingo en la romería que concluyó con el regreso de la imagen a la capital de los Pedroches | Participaron 40 carrozas | El frío y la niebla de la mañana dieron paso a un sol radiante
Amaneció de manera poco amable, pero poco importó. La niebla y el frío de las horas iniciales del día no impidieron que cientos de romeros realizaran el camino de 14 kilómetros existente entre el Santuario y Pozoblanco. Porque había que acompañar a la Virgen de Luna en su regreso a la capital del Valle de los Pedroches. Y así fue. En torno a 15.000 personas participaron a lo largo de la jornada de este domingo de la romería, que tuvo su punto culminante por la tarde, en la llegada de la imagen al paraje del Arroyo Hondo. El día mejoró para alcanzar la categoría de radiante sobre las 14:00, lo cual permitió que la celebración fuera más viva si cabe.
Sobre las 11:00 comenzó la misa concelebrada, que duró alrededor de una hora y a lo largo de toda la mañana no cesó de tocar la campana del Santuario de la Virgen de Luna, en plena dehesa de la Jara. “Es un día para disfrutar de la familia y de los amigos en un escenario privilegiado como la dehesa. Es un orgullo ver el ambiente que estamos viviendo”, afirmó el alcalde de Pozoblanco, Emiliano Pozuelo, que además señaló que “el frío nunca es un obstáculo para celebrar la romería”, pues es la temperatura habitual en estas fechas. Lo cierto es que fue una jornada plenamente festiva, en la que participaron unas 40 carrozas y con el apoyo del Ayuntamiento de la localidad vallesana, que subvencionó el 50 por 100 del presupuesto del transporte en autobús -fueron 18 los que realizaron el trayecto de ida y de vuelta-. Además, 100 personas completaron el dispositivo de seguridad, organización, servicios y limpieza del entorno del Santuario.
La salida de la Virgen de Luna hacia Pozoblanco tuvo lugar a las 15:00. Acompañada de romeros, llegó al Arroyo Hondo sobre las 18:30. Allí tuvo lugar la imposición del bastón del alcalde -pues la imagen es alcaldesa perpetua de la localidad- y de las llaves de los sagrarios de las parroquias de Santa Catalina (Pozoblanco) y de San Miguel (Villanueva de Córdoba). Precisamente, una de las novedades de este año es que la colocación de este elemento sacro será una prerrogativa del párroco del primero de los templos, José María Ruiz, quien además se estrena como capellán de la cofradía. Otra tuvo que ver con la estética de las andas de transporte y la comodidad de los braceros. Los dos ‘palos’ de años anteriores se cambiaron por tres, con lo que el peso se repartió mejor y resultó más cómodo para los porteadores de la talla.
Tras su regreso a Pozoblanco, la Virgen de Luna ya descansa en la que es una de sus ‘casas’, la parroquia de Santa Catalina. El día lo completó la entrega de las insignias de oro, que reconocen los 50 años de servicio, a Antonio Ballesteros y Andrés García, mientras que de plata las recibieron Pedro Salamanca y José Luis Sánchez. También tuvo lugar la jura de bandera e incorporación a la hermandad de Alfonso Ballesteros.
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