Fuensanta, por Córdoba coronada
Miles de personas acompañan a la copatrona de la ciudad en su salida procesional, que no impide la amenaza de lluvia | La juventud protagoniza el traslado, por la mañana, de la imagen a la Mezquita-Catedral
Cuando cercana la medianoche, con la advertencia del siguiente día, las puertas del Santuario se cierran existe la sensación de que no termina. Porque los sentimientos, si son sinceros, nunca encuentran final en su recorrido. En realidad, a la conclusión llega un nuevo comienzo. Por delante un año, aunque antes son sólo dos días. El próximo martes, Córdoba celebra la festividad de su copatrona. Aunque las emociones surgen breve tiempo atrás. Un domingo, como el de este 6 de septiembre, la ciudad vive y goza. Lo hace junto a Nuestra Señora de la Fuensanta, que recorre cada calle con el calor de la devoción popular. El fervor toma cada rincón, cada espacio. Son miles de personas, de aquí y de allá, fieles y vecinos, las que acompañan a la imagen en un su trayecto. Ni siquiera los temores, como el de la lluvia, pueden impedir la realización plena de una salida que es entrada. La entrada al corazón.
La intensa jornada en torno a Nuestra Señora de la Fuensanta tuvo su inicio cuando las manecillas del reloj marcaban las 9:30. A la hora señalada, con estricta puntualidad, las puertas del Santuario al que da nombre la copatrona de la ciudad -de igual modo que al barrio en el que éste se ubica- se abrían. Comenzaba un día de marcado carácter devocional, pero a la vez de sentimiento de todo un pueblo, el de una Córdoba que no quiso faltar. Un sencillo, aunque amplio cortejo, formado por centenares de miembros de grupos jóvenes de hermandades de la capital precedió a la Virgen. La talla marchó sobre parihuela en su traslado hasta la Mezquita-Catedral. Entonces, y conforme avanzaba la mañana, el cielo presentaba un tono azul a veces cubierto por alguna que otra nube. La amenaza de lluvia, en ese momento, todavía no estaba presente con tanta fuerza como sí lo sería en el instante en el que la noche empezara a caer.
En su camino hacia la Mezquita-Catedral, la juventud tomó absoluto protagonismo. Suya fue la mañana, la apertura de un día al que aún le restaba mucha emoción más. La comitiva continuó su recorrido con escrupulosa exactitud, tanto que en torno a las 11:15 ya se adentraba en el Patio de los Naranjos. Tras cruzar el Arco de las Bendiciones, en el interior del primer templo de la Diócesis, aguardaba otro instante de especial significado. Éste fue la primera eucaristía que en honor a la copatrona tuvo lugar al mediodía, y que no fue la única. Pues a las 19:00, como preludio a la gran manifestación de fe de la ciudad, el Obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ofició una segunda eucaristía. El momento en el que Nuestra Señora de la Fuensanta saliera al encuentro de sus fieles estaba cada vez más cercano. El cielo, entonces sí, tenía otro aspecto. Parecía que la lluvia estaba a punto de aparecer.
La inquietud no contuvo a la devoción y la Agrupación de Hermandades y Cofradías -organizadora de la procesión- apostó por continuar con su previsión y no con la que pudiera mandar el tiempo. Algunas gotas cayeron una hora antes de la salida de la imagen de la Mezquita-Catedral -minutos después de las 20:15- que quizá generaron duda entre los cordobeses. Pero no existió y Nuestra Señora de la Fuensanta inició el camino de regreso a su Santuario, a su barrio, al centro de la fe por Ella tras un cortejo que en esta ocasión conformaron hermanos de las distintas cofradías de la ciudad. De nuevo la comitiva fue sencilla pero amplia. Como numerosa -multitudinaria- fue la compañía que la copatrona de Córdoba tuvo al paso por cada una de sus calles. Tras el paso, esta vez confeccionado con elementos ornamentales de otros muchos de diferentes corporaciones, la Banda de Música Maestro Enrique Galán puso sones para una jornada, ya en su recta final, plena de sentimientos. “Fuensanta Coronada”, como no podía ser de otra forma, fue el dorado broche.
0