Envidia
Apropiación indebida en su modalidad de gestión desleal"
(Audiencia Nacional. Sentencia contra 4 ex directivos de Novacaixagalicia)
Del régimen celestial que organizó el cura Castillejo en Córdoba durante tres décadas habría materia para escribir una enciclopedia. El problema, tal vez, es que sería ciertamente difícil encontrar un escribano con agallas y sin hipotecas. El ex presidente de Cajasur tuvo la habilidad de comprar la voluntad y el silencio de las fuerzas vivas de toda una ciudad. Y eso, en pleno siglo XXI, tiene mérito. Lo hizo, naturalmente, con dinero ajeno. El procedente de los impositores que, involuntariamente, eso sí, le otorgaron un poder que no ha sido de este mundo. Partidos políticos, administraciones públicas, sindicatos, asociaciones, peñas, cofradías y, en fin, entidades de todo pelaje participaron de esa gran piñata que montó el canónigo bajo, al parecer, mandato divino.
Nadie se ha atrevido, una década después de su jubilación, a levantar las alfombras. Seguramente porque nadie que pueda levantarlas está libre de pecado. Y los pocos cajones que se abrieron despiden un tufo poco recomendable. Como, por ejemplo, aquella póliza bienaventurada de 4,3 millones que garantizaban una jubilación multimillonaria para el señor presidente y sus cuatro hermanas. Aquel episodio está plagado de triquiñuelas impropias de un pastor de descarriados. Hasta el punto de que infló el seguro en un millón de euros cuatro meses antes de salir por la puerta de atrás.
O que obligó al director general de la entidad a subirse el sueldo un 20% porque el suyo propio estaba ligado por estatutos con el de aquel. Ildefonso Pastrana, según se ve, se había negado a la patraña contable y don Miguel Castillejo no tuvo piedad con él. En fin, cosas del purgatorio.
Ustedes comprenderán que ahora, cuando vemos que cuatro ex directivos de Novacaixagalicia han sido condenados a cárcel por autoadjudicarse prejubilaciones multimillonarias, sintamos una envidia verdaderamente insana.
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