Todo un ejemplo
"Ha sido una decisión meditada"
(Maribel Flores. Senadora)
En efecto, en la vida es conveniente no precipitarse. Tomar decisiones apresuradas y no suficientemente meditadas puede conducir a situaciones contraproducentes. La señora Flores, senadora por Córdoba, ha decidido no volver a presentarse a las elecciones. No ha sido un acto impulsivo. Ni impetuoso. Ni arrebatado. No. Se trata de un acto reflexivo para dar paso a los jóvenes valores. Así, al menos, lo ha explicado en una serena nota sobre las razones de su adiós.
La senadora Flores se ha tomado su tiempo de reflexión para no incurrir en precipitaciones innecesarias. Concretamente 25 años. Quizás más si tomamos como punto de partida sus responsabilidades orgánicas. Su biografía política dice que entre 1990 y 2004 fue diputada por el Parlamento andaluz. Que entre 1996 y 2004 fue designada senadora en representación de la Comunidad Autónoma. Que ha sido presidenta de la Comisión de Igualdad, portavoz adjunta de la Comisión Mixta para el problema de las Drogas, integrante de la Comisión de Educación, de la especial sobre Adopción, que es coordinadora del Grupo Parlamentario, miembro del Comité Director de su partido y presidenta de la CEP, cuyas iniciales ignoramos a qué diablos corresponde.
Permítannos que tomemos un trago de agua. Hay más. Entre 1980 y 1982 fue secretaria de Organización. Entre 1990 y 1993 volvió a serlo. Entre 1987 y 1990 fue responsable del área de Mujer, vicesecretaria de la organización provincial entre 1993 y 1996, de Educación y Cultura entre 1993 y 1996 y de Movimientos Sociales entre 1996 y 2000. En fin.
Los partidos políticos nos intentan convencer cada día de su preocupación por la creciente desafección ciudadana y la necesidad imperiosa de acometer medidas de regeneración democrática. Entre ellas, la limitación de mandatos y la acumulación de cargos. Aquí tienen el ejemplo de la senadora Flores. Un paso atrás para dejar camino a las nuevas generaciones. Pero sin precipitaciones, oiga.
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