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Amor y respeto a la fiesta: la receta del médico Funes para la supervivencia del Carnaval

Pedro Funes, pregonero del Carnaval 2020 | MADERO CUBERO

Alejandra Luque

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Hace apenas 12 horas que Pedro Funes se subía a las tablas del Gran Teatro para cantar la presentación de la comparsa de Pablo Castilla, 'Los soñadores', galardonada con el segundo premio del Concurso de Agrupaciones Carnavalescas. Apenas pudo interpretar nada más por la rotura de varias costillas. Como carnavalero fiel a su tierra, también lo es a su cita con el pregón del Carnaval que ha protagonizado este sábado.

Como hiciera el pasado año el desaparecido Miguel Amate, que dedicó el anuncio de la fiesta a la Asociación Española Contra el Cáncer, Funes -medico de profesión- se solidarizó con la lucha de Down Córdoba y subió al escenario a actores improvisados que interpretaron una pequeña parodia cuartetera a modo de teatro de luz negra. Porque la fiesta del Carnaval también debe ser la fiesta de la inclusión y por ello pidió a los pregoneros que le sucedan que tomen el testigo de esta iniciativa. “Genética tan perfecta, cuestión de cromosomas, genética caprichosa, o la dejas o la tomas (...) Un down, puestos a sumar, es más rico que tú y yo. Dueño de la niñez eterna y la bondad de corazón”.

En un Gran Teatro abarrotado, y como si de una persona se tratara, Funes realizó una semblanza del Carnaval de Córdoba: el que vivió en sus inicios, allá por los años 80, y el actual, con graves defectos que le acechan si la mala hierba no se corta de raíz. Alejado de la mediocridad, las envidias y las luchas, destacó la labor solidaria que el Carnaval lleva realizando en lugares como La Cruz Blanca y con colectivos como los niños saharauis, hermandades o peñas.

Con la pugna eterna entre Don Carnal y Doña Cuaresma, quitó hierro a esa lucha que no es tal porque “son dos acontecimientos hermanados a pesar de la raya que los separa históricamente. Esa línea, para algunos infinita e infranqueable, se difumina hasta desaparecer cuando un chirigotero se pone un costal o un nazareno canta un pasodoble”. No hay que olvidar que este mismo pregonero ha sido, además, costalero y nazareno. Como ejempló citó a Pepe Gómez, para quienes los periodistas es nuestra Pepepedia, toda una enciclopedia viva del Carnaval que aglutina en su memoria fechas, agrupaciones, premios y multitud de historias. Su amor por esta fiesta lo comparte con otra de sus pasiones, el Cristo de Ánimas. Estos testigos son los que realmente hay que mimar porque tienen en su interior nuestra vida carnavalesca.

Funes lleva unido a la fiesta desde 1978, cuando llegó hasta sus manos una cinta de 'Raza Mora', comparsa de El Puerto. Este preciado obsequio que en realidad era para su padre fue lo que le llevó, cuatro años más tarde, a conocer a un jovencísimo Pablo Castilla, quien estaba elaborando su comparsa. Más tarde, Funes también triunfaría con David Amaya Agüito y escribiría hasta cuatro agrupaciones -'Saltimbanquis', 'Apagando la sed', 'Hombres de bien' y 'El alboroto'- hasta conseguir 14 primeros premios.

Su dilatada trayectoria le ha permitido no sólo conocer a grandes autores de Carnaval, sino a las personas que se escondían tras un papel y boli o tras una guitarra; cordobeses como Migue Amate, “pregonero y condenado por el juez más sanguinario”; Paco Luque El Maestro, “el más transgresor”; Rafa Cámaras, “el innovador”; Javi Lonene, “el virtuoso”; Pepe Martínez, “el luchador”; Suso, “la frescura”; Fernandito, “el dueño del diapasón”; Carrillo, “la fiesta por excelencia”; y Pablo Castilla, “el más soñador” y el culpable de haber hecho de Funes un verdadero soñador. Con Luque llegó incluso a compartir grupos, 'Nadie' y 'Malvados', curiosamente, sus dos últimos trabajos antes de fallecer.

También hubo palabras para los más pequeños quienes, a pesar de su temprana edad, deben desde el principio respetar las tablas del Gran Teatro y cantar afinados. “Tómatelo como quieras tú, como consejo o como arenga, si traes niños al concurso, no vale decir...¡Son niños, venga!”. Fueron ellos los que, en homenaje a “aquella agrupación infantil que ensayaba en 1982 en el polígono Guadalquivir”, cantaron unas coplas antes de que el pregonero realzara la figura de la mujer en el Carnaval, “diana del piropo machista y del chiste soez”.

Son muchas las agrupaciones que han protagonizado las mujeres después de que tomaran conciencia de su enorme poder para llenar de igualdad esta fiesta. No obstante, y se me viene a la memoria un pasodoble de la Chirigota de Las Nenas, todavía son hombres los que escriben sus letras o quienes tocan sus bombos y sus guitarras. Mientras que eso llega, que estamos seguras que llegará, cordobeses como Julito, Mario, Pepín Carrillo, Marcos, Suso o Gregorio hacen Carnaval junto a las mujeres carnavaleras. En este punto, Funes recordó a Rosario Valle, madre de Pablo Castilla y fiel a su patio de butacas hasta su fallecimiento.

Junto a la cantera y a las mujeres, los cuarteteros y chirigoteros son otras dos raíces que sustentan el árbol robusto que debe ser el Carnaval, superviviente a cualquier vendaval. En la cabeza a personajes como Cobos, Patato o Torrebruno, Fleky, Marcos y Fae, compañeros todos en la chirigota de Agüito, interpretaron un pasodoble de 'Las máquinas tragaperras', de Fali Castilla. En esta letra pusieron sobre la mesa la ludopatía, momento que Funes aprovechó para pedir al Ayuntamiento menos licencias para salas de juegos, una situación que él conoce bien ya que su barrio, el Sector Sur, es el que más salas recreativas tiene de la ciudad.

Durante el pregón también hubo tiempo para el cante gracias a la actuación de integrantes de los grupos 'Malvados', 'Saltimbanquis' o 'Apagando la sed', momento último éste que uso el pregonero para denunciar que el Carnaval sigue careciendo de “hermandad, humildad y competencia sana y honorable”, males que “sin duda manchan y deslucen” la fiesta. Defendió la labor desempeñada por la asociación, rechazó a aquellos “fanáticos seguidores ignorantes e irrespetuosos” y a “un Ayuntamiento que nos sigue tratando como infraculturas, prometiendo el pan y los peces y dándonos migajas y espinas”. Aunque lo más doloroso para este humilde pregonero es “que el ciudadano cordobés” trate a los carnavaleros como “chusma inculta y botellonera”. “Pueblo de Córdoba: os diré que un autor de Carnaval escribe si nhaber leído poesía ni haber estudiado literatura. Tocan instrumentos y cantan sin partitura ni conservatorio. Eso es arte y cultura”.

Como una carta los Reyes Magos, pidió a los que se fueron o cantan en otros concursos que vuelvan a su tierra y, al Ayuntamiento, que se involucre más. Dedicó también palabras a la prensa que sufre aquello de en casa del herrero, cuchillo de palo. Canten a la libertad de expresión porque ésta es la fiesta de la denuncia, pero no repartan carnets ni den permiso para disfrutar de este derecho sólo cuando es su agrupación la que recibe buena crítica.

Antes de poner fin a este pregón, Milagros Salazar encogió el aliento de todos los asistentes con un pasodoble escrito por el pregonero y dedicado, como no podía ser de otra manera, a Amate y Luque. La música y la charanga invadieron finalmente todo el teatro a bombo de golpe y platillo mientras que arengaba este carnavalero a vivir el Carnaval que ahora llega a Córdoba. El de la calle.

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