Sierra Trapera, una ruta desde la última gran batalla de la Guerra Civil al reconstruido pueblo de Valsequillo

Entre enero y febrero de 1939 tuvo lugar la última gran batalla de la Guerra Civil, con 160.000 combatientes sobre el terreno, de los que 8.000 resultaron muertos y 20.000 acabaron en campos de concentración improvisados. Este cruento episodio ocurrió en la Sierra Trapera, a cuyos pies se levanta el municipio de Valsequillo (Córdoba). Y, hoy en día, una ruta senderista lleva al visitante a guardar la memoria de lo ocurrido y a conocer el reconstruido pueblo que se levantó tras la guerra, su paisaje, sus tradiciones y todo su valor.

La Ruta de la Sierra Trapera es un itinerario circular de unos 11 kilómetros, que se puede realizar a pie o en bicicleta. Se inicia y acaba en el mismo núcleo urbano de Valsequillo, un pueblo de unos 300 habitantes, y recorre parte del entorno natural del municipio, con la Sierra Trapera vigilante, en el horizonte.

Con una señalización renovada para seguir la ruta, desde la Plaza de la Familia Capilla Franco, el visitante abandona las calles de Valsequillo para coger una pista de tierra que se adentra en el campo. Al poco, se cruza en su camino la vía del antiguo tren que unía Córdoba con Almorchón. Este ferrocarril estuvo estrechamente ligado a la actividad minera y carbonífera de la zona norte de la provincia de Córdoba. En 1974 la línea fue clausurada al tráfico de pasajeros, quedando limitada a las circulaciones de mercancías. Hoy la vía está en desuso salvo algún convoy operativo que pasa muy de vez en cuando.

Desde este recuerdo de la historia de la zona, quien siga la ruta podrá llegar hasta la finca Malagana, un espacio de titularidad municipal que cada año se sortea para cederlo a los vecinos que la usan para cultivar o mantener al ganado, actividades principales en el municipio.

Alrededor, el tradicional paisaje de encinas en la dehesa de la zona se conjuga con cultivos novedosos como el del pistacho, mientras que la avifauna toma protagonismo, sobre todo en invierno, con la presencia de grullas, milanos reales, cigüeñas blancas y otras aves más menudas como mochuelos, perdices o palomas torcaces.

Mirador hacia Sierra Trapera y su memoria

A medio camino de la ruta y justo en las faldas de Sierra Trapera, se ubica un mirador para observar la belleza de la montaña y recordar su historia. Allí, unos paneles explican la Batalla de Valsequillo del invierno de 1939, apenas tres meses antes del fin de la Guerra Civil, además de otros episodios que detallan la historia de este municipio del norte de la provincia.

Desde allí se puede observar la montaña, donde aún se esconden trincheras que se utilizaron en la guerra. Y, cuando la noche cae, el propio mirador se convierte en un observatorio de estrellas ante uno de los cielos más limpios y menos contaminado lumínicamente, merecedor del distintivo StarLight.

Desde allí, la ruta sigue recorriendo los campos que circundan Valsequillo, encontrándose de nuevo con la histórica vía del tren y llegando a la Ermita de la Virgen de Fátima, edificada a mediados del siglo XX por la devoción de una vecina. Cada año, en Semana Santa, los vecinos llevan en procesión a la virgen hasta el pueblo y allí permanece hasta el segundo domingo de mayo, cuando en romería vuelven a llevarla a su ermita.

Una tradición que permanece en un pueblo que tuvo que ser reconstruido completamente tras los bombardeos de la Guerra Civil. De esa memoria se guardan fotografías de los edificios derruidos y también de los planos que se diseñaron para levantar el pueblo de nuevo de la nada. El Ayuntamiento conserva todo este material y, volviendo al pueblo para terminar la ruta, el visitante toma conciencia de cómo todo el núcleo urbano, viviendas y otros edificios, incluso el entramado de calles, no tienen ni un siglo de vida.

Concluye así esta singular ruta que condensa la historia reciente de Valsequillo, aunando memoria, naturaleza y tradiciones, para ofrecer la mejor experiencia a quienes les visitan.