El panorama del Córdoba CF SAD (III): ¿Y si el déficit de la 2018-19 es de 4,3 millones?
Son muchos los aspectos que normalmente exigen una atención especial en relación a las cuentas de una empresa. También sucede, como es lógico, desde que entrara en vigor en España la norma al respecto, con las sociedades anónimas deportivas (SAD). Cierto es, sin embargo, que en unas ocasiones determinados detalles generan mayor interés. Quizá es lo que suceda hoy por hoy con el balance de pérdidas y ganancias del Córdoba CF SAD correspondiente a la temporada 2018-19. Entre otras cuestiones porque por primera vez los auditores encargados de examinar los documentos deciden inhibirse de autorizar o dar opinión alguna. Dicha situación es consecuencia de varios apuntes, entre los que se encuentra una probable rebaja del déficit durante el único ejercicio con Jesús León al frente del club. ¿Y si éste fuera de 4,3 millones de euros y no de 1,8?
A modo de contexto, las cuentas de la 2018-19 están formuladas con más de un año de atraso respecto de la fecha debida. El motivo es, como todo el mundo debe saber, la problemática judicial en torno a la sociedad. Sin ir más lejos, el 7 de noviembre de 2019 fue detenido -por cuatro cargos- el entonces propietario y presidente, el ya citado Jesús León. Dos días después el Juzgado de Instrucción número 5 decretó una fase de administración judicial que corrió a cargo -aún corre, hasta el 10 de septiembre- de Francisco Estepa y Javier Bernabéu. Toda la documentación oficial quedó precintada hasta hace algo más de un mes, cuando el abogado y el economista comenzaron con la revisión de las cifras.
Hecha la descripción de antecedentes, la administración judicial del Córdoba CF SAD cerró el balance del mencionado curso 2018-19 con un déficit de 1,8 millones de euros –de 1.814.000,15 para ser más exactos-. Sin embargo, la cifra no es definitivamente correcta según el Grupo de Auditores Públicos (GAP), entidad encargada de examinar y ofrecer valoración de las cuentas. Entre los puntos que llevan a la no aportación de una opinión se encuentra precisamente el referido a “activos por impuesto diferido”. Al respecto, la auditoría concluye que “las cuentas anuales adjuntas recogen un impuesto diferido activo, correspondiente a bases imponibles negativas de ejercicios anteriores, por importe de 2.535 miles de euros -esto es 2.535.000,35, en virtud de ”crédito por pérdidas o compensaciones“-”.
“Dicho activo estaba basado en los beneficios estimados para los ejercicios siguientes, de acuerdo con los planes estratégicos elaborados por la sociedad”, prosiguió GAP en su informe. “Tomando en consideración que no se han podido elaborar previsiones de resultados contenidas en un plan estratégico, y el grado de relevancia de las múltiples incertidumbres existentes, entendemos que, de acuerdo con el marco normativo de información financiera de aplicación, no se dan las circunstancias requeridas para que sea aceptable el registro contable del citado impuesto diferido activo”, se expuso en el informe. “En consecuencia, los activos por impuesto diferido del balance y el resultado negativo del ejercicio disminuirían y aumentarían, respectivamente, en 2.535 miles de euros -esto es, de nuevo, 2.535.000,35-”, concluyeron los auditores.
Por aclarar, sobre todo a neófitos en la materia, la partida subrayada por GAP viene a significar que los administradores judiciales incluyeron en el activo patrimonial -cuantía a favor de la SAD- una previsión regulatoria a través de impuestos relacionados con pérdidas de cursos anteriores. Además, va en consonancia con los números en posteriores presupuestos. Así, que sea mayor o menor la cifra depende de que en siguientes ejercicios exista, con cierta garantía, superávit. Al no haberlo no sólo en los guarismos elaborados para la 2019-20 sino después, toda vez que hoy por hoy la sociedad no cuenta con actividad alguna, los auditores creen que no corresponde la identificación en resta del déficit de los referidos 2,5 millones de euros.
En definitiva, para concluir, la suma de esta cifra con la repetida de 1,8 elevaría la pérdida auténtica del club hasta los 4,3 millones -superior incluso que el registrado en la temporada 2017-18, de casi 4,1-. En gran parte, como añadido, por las llamadas incertidumbres materiales que se señalan como fundamentos para considerar que la entidad quizá no esté capacitada para seguir adelante. Ahí se encuentran, por ejemplo, la inquietud con la venta de la unidad productiva o la alarmante falta de liquidez. De este asunto informó días atrás CORDÓPOLIS a la hora de resaltar el hecho de que los auditores, por primera vez, optaron por no ofrecer opinión acerca de las cuentas.
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