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El lejano sueño de la Copa del Rey para el Bujalance

Antoñito, en un partido del Bujalance.

Rafael Ávalos

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Suceda lo que suceda, ya tiene razones sobradas para sentir orgullo por su campaña. Básicamente porque está en la fase de ascenso cuando el objetivo al inicio del curso fuera la permanencia. La continuidad en Segunda B la tiene asegurada desde hace más de un mes gracias a un magnífico primer tramo de la temporada. Principalmente a un brillante cierre de la anterior etapa, que tuviera enlace con un gran comienzo de la actual. Ahora, sin embargo, el Bujalance atraviesa su momento más complicado del campeonato al sufrir por primera vez tres derrotas consecutivas. Tal hecho es el que desluce, sólo en cierto modo, la trayectoria del cuadro rojillo pues queda sin opciones de play off demasiado pronto. Con todo, el equipo dirigido por Fermín Hidalgo tiene un sueño vivo aunque ya lejano. Éste es el acceso a la Copa del Rey de la 2021-22, que en realidad también tiene muy complicado.

Al principio de la segunda fase el conjunto del Alto Guadalquivir no cerraba su puerta a la ilusión por el retorno después de tantos años a la categoría de plata. Pero era otro su objetivo en este tramo competitivo. Era precisamente obtener una plaza del torneo del KO de la próxima temporada. Su aspiración resultaba completamente lógica pues eran los cuatro primeros clasificados los que tenían entrada en el bombo de la Copa del Rey de la 2021-22. Si bien el Bujalance partía con cierta desventaja al concluir en cuarto lugar la primera etapa del campeonato, no dejaba de tener posibilidades. Más si cabe al darse una doble circunstancia relevante. Por un lado, el Betis B no puede estar en la competición copera, como es lógico, de forma que llegaba hasta el quinto puesto el premio en juego. A esto había de añadirse la imposibilidad también del Nazareno.

La situación del cuadro de Dos Hermanas es otra, claro está. No tiene permitida su participación en la próxima Copa del Rey debido a una sanción, por lo que la plaza se podía lograr con la sexta posición en caso de que estuviera, como llego a situarse en algún momento, entre los cinco primeros. En este instante, tras la mitad de jornadas de la segunda fase, la realidad es distinta. Cierto es que el Betis B es líder indiscutible y la quinta plaza es la que tiene en el punto de mira el Bujalance. Pero también lo es el hecho de que su dinámica de tres derrotas consecutivas deja a los del Pabellón José Pérez Pozuelo -popularmente Pepe Montalbán- a una distancia casi insalvable. Hoy por hoy los rojillos se ubican últimos con un coeficiente de 1,50, al tiempo que el Sima Granada y el Coineña son cuarto y quinto, respectivamente, con 1,82.

Pero, ¿cuál es la explicación matemática? Resulta sencilla. El Bujalance está obligado a hacer un pleno de triunfos para elevar sus opciones de participar en la Copa del Rey la próxima campaña. Con cuatro victorias elevaría su promedio de puntos por partido a 1,75. Claro está que en dicho escenario, que sería realmente admirable, tendría que esperar a que sus rivales apenas sumaran cinco puntos, como mucho, en los cuatro encuentros que restan. Esto dejaría al Sima Granada o al Coineña en 1,73. Es decir, sería muy apurada la clasificación. Aunque todavía hay más. Como es lógico, sería necesario que el Jerez no superara tampoco el 1,75 de media con el que se ubicaría el equipo de Fermín Hidalgo y que es precisamente el dato que tiene ahora la escuadra de la provincia de Badajoz. De esta forma, los del Alto Guadalquivir siguen adelante con el sueño del premio final pero con conciencia de que es muy improbable lograrlo.

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