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Crónica

El Bujalance, golpeado por las adversidades

Pingu, en un partido del Bujalance.

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Quizá es demasiado el castigo sufrido. Sobre todo por lo visto en la pista del pabellón Javier Imbroda Ortiz. También por el trabajo hecho a pesar de las circunstancias. Ante los problemas no queda otra que sobreponerse. Es lo que intentara precisamente este domingo el Bujalance, que sin embargo cierra la tercera jornada de la fase por el play off a Segunda con una clara derrota. Los rojillos encadenan su segundo tropiezo en el nuevo tramo competitivo en la pista de un Melistar Melilla (5-1) que supiera aprovechar la situación de su rival. Básicamente porque el equipo dirigido por Fermín Hidalgo deja atrás este choque sin apenas efectivos -sólo diez futbolistas disponibles- y marcado por determinadas jugadas puntuales, como el 2-1 que llegara tras rebote en Jesús Medina. Así, el conjunto del Alto Guadalquivir termina golpeado por las adversidades.

De entrada, el Bujalance contaba con una dificultad añadida en el encuentro debido a las bajas. Hasta tres ausencias tenía el cuadro rojillo, que acudía a la cita sin Cristóbal -por lesión-, Julio -por motivos laborales- ni Penalba -por asuntos personales-. Así, el equipo de Fermín Hidalgo afrontaba el duelo con apenas diez jugadores y, por tanto, escasez de rotaciones. El Melistar Melilla procuró aprovechar la situación de su rival y durante la primera parte consiguió hacerse claro dominador del choque. La contienda arrancó con un primer aviso de Pablo para los locales. Fue con un tiro cruzado que se fue desviado por poco y que obtuvo respuesta con un disparo de Antoñito que repelió el guardameta Yiyo. Lo cierto es que el cuadro norteafricano supo contener y asfixiar incluso a los cordobeses mediante una presión alta que imposibilitaba sus salidas en ataque. También trataba de jugar con la falta de recursos contraria.

Con el transcurso de los minutos la superioridad melillense se hizo aún más notoria, de forma que Zafra, bajo palos, terminó por erigirse en el principal protagonista de los bujalanceños. El cancerbero intervino muy meritoriamente primero a chut de Barroso y después ante otros de Pablo y Kiko. Sin embargo, las ocasiones más claras por parte del Melistar se produjeron en acciones en las que el portero no actuó. Barroso, en una de ellas, buscó el gol y éste pudo llegar tras dar el balón en Fernán, que poco después gozó de otra buena posibilidad con un disparo ajustado que se marchó cerca del poste de la meta visitante. Más peligro llevó todavía una jugada en que Pablo no conectó con un servicio de Kiko en boca de gol y con todo a favor. El esférico se le revolvió en los pies. Fue en el minuto 17 cuando Barroso, con un magnífico golpeo desde media distancia, movió el electrónico para establecer un 1-0 con el que se llegó al descanso.

En la reanudación el encuentro fue muy diferente desde el principio. El Bujalance tenía la necesidad de vencer para no perder la estela de los dos primeros clasificados y de ahí que saliera con un planteamiento más valiente. Adelantó su línea de presión y se hizo con la iniciativa. Apenas en segundos pudo igualar, lo que consiguió en el 22 con un gol de pícaro de Antoñito al aprovechar a la perfección un desajuste defensivo del rival. Comenzaba en ese momento otro choque, con el cuadro rojillo de merodeo casi permanente en torno a la portería defendida por Yiyo, quien hubo de actuar sólo unos segundos después para evitar el volteo en el tanteador. Por si fuera poco, el Melistar Melilla alcanzó las tres faltas acumuladas en el 23. El guion parecía tornarse bastante favorable para el equipo dirigido por Fermín Hidalgo.

Sin embargo, una acción afortunada para el conjunto norteafricano acabó con el 2-1. Primero Zafra intervino para evitar el tanto a disparo de Billal, pero en el córner que se generó un rebote se transformó en el segundo tanto local. El remate de tocó en Jesús Medina y el balón se introdujo en la portería cordobesa. La diana fue un jarro de agua fría pues en ese momento era el Bujalance el que merecía más. Aun así, el equipo del Alto Guadalquivir no rebajó la exigencia que imponía a su adversario y pudo empatar por mediación de Antoñito, Pingu o Pedro Catiti. Pero en el 27, en otra acción a cuero parado, Kiko sacó una volea magistral para hacer el 3-1. Entonces sí cambió todo para los de Fermín Hidalgo, quien a falta de varios minutos para la conclusión comenzó a utilizar el juego de cinco. Con éste llegaron los definitivos goles de Yiyo, desde portería contraria, y de Kiko, que anotaba el segundo del duelo.

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