Los fantasmas reaparecen en El Arcángel
El fútbol regresaba a El Arcángel en esta nueva normalidad en clave blanquiverde. Con un objetivo menos ambicioso, pero igual de necesario. Toca sobrevivir y para ello hay que superar las batallas que resten semana tras semana. En esta ocasión era la Balompédica Linense la que visitaba al Córdoba en el feudo califa, un encuentro que ya tuvo sus inconvenientes antes de su propio inicio. De hecho, la mala fortuna pasó por las filas gaditanas pues en el calentamiento caería lesionado Pito Camacho, el autor del 50% de los goles de su equipo.
Por su parte, el Córdoba tampoco estaría exento de desdichas, ya que apenas 24 horas antes, la entidad había confirmado un caso de Covid-19 en la plantilla. Y no resultaba un jugador cualquiera. Mario Ortiz quedó fuera de la convocatoria y el propio centrocampista santanderino se encargó de hacer oficial su positivo en la previa del partido a través de sus redes sociales. Y con todo ello, los de Pablo Alfaro saltaron al césped a pelear y a buscar el botín. Dieron el primer golpe y supieron aguantar. Pero no todo lo debido. El Linense confió más en sus posibilidades y remó con más orgullo hasta el final, dándole la vuelta a un resultado que acabaría con los califas hincando la rodilla.
La primera oportunidad clarísima del partido llegó para los visitantes en el 7’ de partido, a través de un remate acrobático que Koroma que detuvo de manera milagrosa Becerra. A los 400 aficionados presentes en las gradas les dieron un primer susto quizá inesperado por la ausencia de peligro real que parecía contener el choque. Pero no sabían lo que estaba por venir. Con todo, para deleite de ésta, no tardaría en responder el Córdoba. Apenas tres minutos después, una espléndida triangulación entre Nahuel, Willy y Jesús Álvaro la culminó el lateral con un potente disparo que se estrellaba contra Nacho Miras. Los primeros aplausos ya resonaban en las gradas. Empezaba a caldearse el ambiente. El del fútbol de siempre. Ese que tanto se echa en falta.
Y eran los blanquiverdes los que remaban ahora con más fuerza y decisión. Al cuarto de hora de partido llegaría una auténtica acción de pillo de Javi Flores. El de Fátima, demostrando una vez más que su cabeza va más rápido que la del resto, sorprendió a propios extraños al golpear directamente a puerta un lejano saque de falta, que pilló despistado al meta linense, que incluso tropezó, pero que se marchó fuera por muy poco. Más de uno cantó gol antes de tiempo en aquellos momentos.
Pero hasta ahí pareció llegar la efervescencia en ambos casos, pues a medida que iban transcurriendo los minutos, el juego se ralentizaba cada vez más, entrando ahora en una fase mucho más espesa. Sin ocasiones y con el balón circulando principalmente en el centro del terreno de juego. No había claridad, tampoco excesivo riesgo ni intención.
Aunque a cuentagotas, las oportunidades siguieron sucediéndose muy tímidamente en ambas áreas. Superada la media hora, fue Nahuel Arroyo el que pudo inaugurar el electrónico tras una gran combinación con Javi Flores, aunque el disparo franco del extremo se marchó alto. Los minutos pasaban y poco a poco iba muriendo el primer acto. Pero el Córdoba supo asestar un golpe a tiempo. El centro botado al segundo palo acabó en remate de Sidibé, aunque el balón quedó muerto en el área pequeña, y ahí apareció Willy evidenciando su instinto de nueve para impactar un chut de chilena que significaba el primero de la tarde para los califas. Un tanto que podría valer doble, al producirse en un duro momento para el Linense. Apenas dio tiempo para sacar de centro. Buen derechazo cuantitativo y psicológico.
En el esta ocasión sería el Córdoba el que diera el primer susto tras la pausa. En concreto, Jesús Álvaro fue el encargado de inaugurar la lista de acercamientos de los califas en la reanudación. Volvían a animarse los cordobesistas, pero no por mucho tiempo, ya que fue el equipo de Antonio Calderón el que, como era de esperar, iba a asumir más riesgos. Y no cesó en sus intentos. Así, tanta insistencia acabaría encontrando su premio. Un fallo defensivo del Córdoba acabó con el esférico en los pies de Koroma, que en una buena circulación terminó colocándose en la frontal para ponerla ajustada al palo imparable para Becerra. Golpe en un costado.
El empate fue un éxtasis puro para el Linense, que ganó en confianza, pues cuatro minutos después lograría voltear el resultado. De nuevo Koroma sería el encargado de impactar un disparo seco desde fuera del área, que en este caso pilló a contrapie al guardameta blanquiverde, y llorando se coló en el marco local. Patada en el otro. Los de Alfaro andaban muy tocados en esos momentos, y solo una buena estirada de Becerra impidió el tercero de los gaditanos. Los cordobesistas tiraron de ogurllo en los últimos instantes, con un profundo cambio de armas, pero el balón ya no quiso entrar más. Otra remontada en casa. Tocado y muy herido. Habrá que esperar para ver si hundido. Fantasmas que vuelven a rondar El Arcángel en un insuficiente regreso.
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