El ‘8’ eterno del Córdoba: Juanín, de Nerva a la gloria en El Arcángel
El suyo es uno de los nombres imprescindibles. Sin él y otros es difícil comprender un poco mejor qué significa la pasión por el blanco y el verde, por el escudo que se liga a dichos colores y por el himno que le acompaña. Casi imposible resulta entender cómo es inquebrantable la fidelidad a un equipo cuya mayor parte de existencia la acumula entre decepciones y momentos de amargura. Además de escasas, las alegrías que a los suyos regala suelen ser propias de los humildes. Tal hecho, el último, no siempre fue así en realidad. Porque hubo un tiempo en que el Córdoba era un club respetado y con reconocimiento a nivel nacional, sobre todo cuando tocaba jugar en su feudo. El Arcángel llegó a ser un estadio temido incluso por los más grandes. Y esos retales de la historia del cuadro califal fueron realidad, entre otros, a leyendas como Juanín. El de Nerva se convirtió con los años en el tercer futbolista con más duelos oficiales y en el segundo máximo goleador de la entidad, datos que hablan de su importancia…
“Pues sí. Martínez, (Ricardo) Costa, Homar, Juanín, Miralles, Paz y Riaji. Un equipazo. Y sobre todo, serio, honrado y que llevó al Córdoba a lo más alto de su historia, a estar ocho años en Primera”. Ésta fue una de las respuesta de José Luis Navarro del Valle en la entrevista N&B que concedió a CORDÓPOLIS en 2016. La pregunta no era nada sencilla, o sí para alguien que gozaba de su memoria pese a la edad. “Para terminar le voy a poner a prueba. Todavía hay quien lo dice de carrerilla (once de la 61-62), como entonces: Benegas, Simonet, Martínez Oliva, Navarro… ¿Se atreves?”. Por supuesto que se aventuró a rememorar tantos nombres destacados para el club, del que él es la mayor leyenda deportiva al ser el futbolista con más campañas y partidos oficiales disputados. Pero no es la única y a su altura se encuentra casi Juan García Díaz, el Juanín al que mencionó el madrileño hace ahora poco menos de cuatro años. Porque el onubense fue otro hijo adoptivo, porque así lo quiso, de la ciudad tras una etapa que en realidad nunca terminó como blanquiverde.
Apenas tenía 20 años el centrocampista, que actuaba en plano ofensivo, cuando firmó con el Córdoba. El club cumplía seis de existencia y competía en Segunda, entonces dividida en dos competiciones. En el Grupo Sur intervenía con ciertas aspiraciones en ese momento, ante su quinta temporada en la división de plata. Juanín se sumó a una plantilla en la que ya se encontraban otros históricos como el propio Navarro, Simonet o Ricardo Costa. Procedente del Extremadura vino a aportar más calidad si cabe a un equipo en el que enseguida se hizo esencial. Fue la campaña 1961-62, la segunda en que vestía la blanquiverde, cuando fue partícipe del primer gran hito de la entidad. No fue otro que el ascenso a Primera, aquel recordado salto a la elite en Huelva y que fue el inicio de la época más brillante del cuadro califal. Jugó 30 encuentros y anotó nueve goles en Liga y ayudó, de esta forma, a alcanzar el título de campeón de la categoría.
Después siete temporadas defendió los intereses del Córdoba en la máxima división del fútbol español. Lo hizo de tal forma que tras su retirada y décadas después se le recordaba como una especie de Alfredo Di Stéfano del club. Es decir, como un hombre siempre ligado al mismo, como toda una institución -igual que hubo otras como el ya citado José Luis Navarro o fuera del campo Francisco Calzado Litri-. Curiosamente, el onubense fue el autor del primer tanto del cuadro califal en Primera. Ocurrió el 16 de septiembre de 1962. El Valladolid visitaba El Arcángel, que como es lógico rezumaba un aroma de fiesta. Los pucelanos llegaron con nombres míticos en sus filas como el de Manuel Sanchís –padre- pero no pudieron remediar la derrota. Juanín vio puerta en el minuto 59 y su tanto sirvió para sumar los dos puntos en juego -el choque acabó con 1-0 en el tanteador-. De esta forma, el centrocampista selló otro registro positivo dentro de una entidad que ya siempre fue la suya.
Natural de Nerva, Juanín fue uno de los futbolistas que más temporadas completó con la elástica blanquiverde. Hasta diez acumuló para disputar en esa extensa etapa nada más y nada menos que 317 partidos oficiales. Sólo José Luis Navarro y Simonet están por delante, con 319 y 318 respectivamente. En ese período marcó 77 goles para ser el segundo máximo anotador de la historia del club, sólo por detrás de Manolín Cuesta -que superó el centenar con 101-. Fue en 1970, con el equipo en Segunda después del descenso de la campaña 1969-70, cuando el jugador puso punto final a sus días en el Córdoba para fichar por el Calvo Sotelo. Su salida, como otras o la retirada del sempiterno Navarro, fue consecuencia lógica del paso de los años. La plantilla asistió a un cambio generacional que suponía además el cierre a una época dorada.
Pero Juanín jamás se marchó de Córdoba, donde hizo vida como otros compañeros. Es lo que le habría gustado también a Ricardo Costa, que falleció prematuramente en 1968 en un accidente de tráfico. También siguió ligado, como no podía ser de otra forma, al conjunto blanquiverde, al que llegó a entrenar en dos ocasiones. La primera fue de manera provisional y tan sólo en un encuentro. La segunda, durante sólo nueve choques. Junto a otro ex de la entidad, el sevillano de Córdoba Diego Moreno, fundó una de las escuelas de fútbol más relevantes de la ciudad: la Escuela Juanín y Diego, que nunca dejó de surtir de jóvenes talentos al cuadro califal. El 22 de mayo de 2013 falleció el onubense como consecuencia de un derrame cerebral. Tenía 72 años y por supuesto días después, cuando el equipo jugó como local, recibió el homenaje de su club y su afición. El dorsal con que jugó, el 8, quedó retirado desde entonces. No era para menos, lo merecía quien de Nerva alcanzó la gloria en El Arcángel.
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