Títere: toda una vida en la Feria del Libro
Su propietaria, Hermenegilda Moreno, recuerda los inicios de esta cita cultural y cómo ha ido evolucionando hasta situarse entre las diez mejores de España
La librería Títere ha crecido con la Feria del Libro. Desde que nació en 1989, este refugio de la literatura infantil ha estado presente en todas las ediciones de esta cita cultural. Ha vivido el cambio de aquellas casetas de madera a las que llenan hoy el Bulevar de Gran Capitán. Y, también, la experiencia de trasladar esta feria al Paseo de la Victoria.
“Esta librería empezó en la feria como lo que es, pequeñita y especializada en infantil. Y con una caseta. Pero al cabo del tiempo vi la posibilidad de crear monográficos ante la ausencia de librerías en Córdoba”, cuenta la propietaria de Títere, Hermenegilda Romero. Así, esta librería ha llevado a la feria temas tan variados como el papel de la mujer, los viajes o la novela negra o la histórica.
A la vez que crecía la Feria del Libro, también lo hacía la participación de Títere en el evento. Por ello, la librería pasó a ocupar dos casetas, una dedicada exclusivamente a infantil y a educación y otra enfocada a la literatura para adultos. En sus espacios no hay lugar para los bestsellers. “Cuando un cliente llega a una librería especializada, viene a que le aconsejes y no en busca de bestseller. Para ello tiene las grandes superficies o las librerías generalistas”, explica la librera.
Aunque la feria ya está fielmente asentada en el Bulevar de Gran Capitán, Moreno recuerda aquel cambio de emplazamiento que la feria vivió en 2008 al trasladarla al Paseo de la Victoria. A pesar de las palabras de éxito del por entonces delegado de Cultura en el Ayuntamiento, Rafael Blanco, Moreno cuenta que “hacer la feria allí era imposible porque prácticamente no iba nadie”. Así pues, la cita regresó al Bulevar.
Moreno, que pertenece a la comisión de organización de la feria desde hace más de diez años, señala un hito importante en la vida de este evento. “En mi primera etapa, tanto yo como otra compañera intentamos dar un giro a la feria y convertirla en un poso intelectual. Así, se establecieron mejor los encuentros con los autores y las actividades de los pequeños. Queríamos que la feria se convirtiera en un momento para relacionarnos con los autores y editores”, apunta Moreno. No obstante, la asistencia de autores locales a la feria se cuenta desde los comienzos de este evento. La escritora Juana Castro, a quien se le rinde homenaje en la presente edición, ya estuvo en la Feria del Libro en 1978. “Aquel cambio nos hizo situar la feria entre las diez mejores de toda España”, apunta la librera.
De esa primera etapa, Moreno recuerda la difusión de la feria como el factor principal para acercar al público. “Ahí fue cuando los libreros le vimos la rentabilidad a la feria. Al menos, ya nos daba para cubrir gastos. Desde ese momento, la feria no ha parado de crecer”, explica. A este respecto, Moreno destaca el regreso de la librería Crash Comic y la incorporación de otras cinco. “Este hecho me parece un paso importantísimo porque es una pelea en la que llevamos muchos años”, señala.
En esta lucha constante, Moreno explica que “el apoyo de las instituciones es fundamental para que las librerías salgan adelante”. En este sentido, agradece el papel desarrollado por el exconcejal de Cultura del Partido Popular, José Manuel Moreno Calderón, y “la apuesta” del actual equipo de gobierno de la ciudad. “En especial, los libreros estamos tremendamente agradecidos por que la alcaldesa, Isabel Ambrosio, diera la rueda de prensa y acudiera a la presentación de la feria. Para nosotros es un paso enorme el sentir la implicación del Ayuntamiento”, explica Moreno.
El cambio de gobierno en la Diputación de Córdoba también ha influido positivamente en la Feria del Libro. Y es que, tras cuatro años de “sequía presupuestaria”, la corporación provincial ha vuelto este año a participar de manera económica.
En la presente edición, lo único que preocupa es la meteorología. Y Moreno sabe que es algo determinante para las ventas. “El agua puede echar para atrás a mucha gente y las previsiones económicas no son buenas. Los fines de semana son fundamentales y el pasado sábado fue malo. Veremos a ver qué pasa. Pero la gente ya ha aceptado esta feria como una parte importante de las primeras fiestas culturales de la primavera”, concluye.
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