Concha Velasco vuelve a dejarse la piel en el Gran Teatro
La intérprete protagoniza junto a un actor con síndrome de Down 'Olivia y Eugenio', del peruano Herbert Morote
La actriz Concha Velasco se reencuentra este sábado con su público para presentar en el Gran Teatro de Córdoba Olivia y Eugenio, un texto del autor peruano Herbert Morote que supone su vuelta a los escenarios tras superar la enfermedad que la ha mantenido alejada de las tablas durante un tiempo. La obra es un ajuste de cuentas con la vida lleno de humor y de optimismo que protagoniza junto a un actor con síndrome de Down, Rodrigo Raimondi, señala el Instituto Municipal de las Artes Escénicas (IMAE) en una nota de prensa.
En la dirección se encuentra José Carlos Plaza, para quien, después de dirigir más de un centenar de obras, ésta “es la que permanecerá siempre más cerca de mi corazón”, ha destacado. En este esperado regreso a los escenarios, la actriz vallisoletana interpreta a Olivia, una mujer de su tiempo, tocada por las enfermedades y el desgaste físico, que afronta un diagnóstico de cáncer, con todo el terremoto emocional que ello conlleva. Pero no está sola, ella es Olivia y Eugenio, ineludibles e inseparables; ella y su hijo con síndrome de Down, al que cuida desde que su marido falleció.
Madre e hijo enfrentan una situación extrema donde se cuestionan valores que surgen en un tiempo de crisis. La tragedia se acerca irremediablemente a Olivia, que rememora su pasado haciendo un sincero ajuste de cuentas con su existencia: con su marido, madre, amistades, médicos y con todos aquellos que presumen de ser normales, como políticos, profesionales y deportistas con éxito. “Sobre ellos -dice el autor del texto-, Olivia se plantea si son más normales que su hijo Eugenio, que sufre síndrome de Down”, porque, finalmente, se pregunta: “¿quién es más normal en esta vida?, ¿quién es realmente feliz, una persona que parece tener éxito o un joven como Eugenio?”.
Concha Velasco reconoce, por su parte, que esta es una función “muy dura” para ella. “Sin querer me involucro en cosas que me afectan. He tenido una enfermedad, he tenido un marido y tengo una enorme soledad”, asegura, a lo que añade que ha sido “una madre coraje, una hija coraje y una esposa coraje, pero no se me debe notar cuando estoy en el escenario”, relata. Y ahí, sobre las tablas, sigue siendo la misma actriz “corajuda, valiente, poderosa y fascinante”, con esos tonos graves cómicos que el público reconoce y esa capacidad innata que tiene de hacer de los golpes de la vida una suave broma. Una sonrisa con la que el público responde también a la ternura y espontaneidad con la que Eugenio --el actor Rodrigo Raimondi-- contesta a su madre.
Ante las trágicas circunstancias que vive, Olivia le da vueltas a una terrible decisión, en medio de amargos reproches incluso a Dios y a su familia. Pero quizá la tierna ayuda desdramatizadora de Eugenio, sin querer, podrá abrir una puerta, una alternativa a Olivia para pensar que quizá haya otra solución o, al menos, la posibilidad de postergarla. Entretanto, Concha Velasco se siente “feliz” de reencontrarse de nuevo con los aplausos, los premios, los reconocimientos de sus compañeros.
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