Cien años en cien páginas: la Librería Luque edita un libro que encierra la vida de varias generaciones

El 15 de marzo de 1919 abrió sus puertas en la calle La Plata una pequeña librería llamada Luque que acabó siendo algo más que una librería. Su fundador, Rogelio Luque, su viuda, Pilar Sarasola, sus hijos y nietos, sus empleados y clientes, la acabaron convirtiendo en una referencia ineludible cuando se habla de cultura en Córdoba y ese lugar al que, cuando se habla de literatura y libros, se manda a quien quiere adquirir una historia en esta ciudad.

“Eso lo tienen en la Luque” es una frase que ha corrido de boca en boca durante cien años por Córdoba. Este viernes, en un momento histórico, la librería ha cerrado durante tres horas para conmemorar su centenario. Y en la puerta se han quedado clientes, asomados a su escaparate, y extrañados ante la extravagancia de que la Luque estuviera cerrada. Porque, tal y como ha reconocido Javier Luque, nieto de Rogelio y Pilar, “hoy podemos permitírnosolo”,

Visiblemente emocionado -tanto que ha tenido que parar varias veces el discurso-, Luque ha hablado en nombre de una familia, de unos trabajadores y de una comunidad unida por el amor a la literatura, y que ha sobrevivido a una guerra civil, a una posguerra, a un cambio de siglo y a cuántos cambios tecnológicos ha asumido la industria del libro en los últimos años.

Parte de esa historia está dentro de las cien páginas de Librería Luque, cien años de cultura en Córdoba, editado por la Imprenta Luque, coordinado por Jesús Pérez de la Fuente, y en el que han colaborado plumas como Antonio Barragán, Manuel García Parody, Paco Puche, Francisco Solano Márquez, José Manuel Cuenca Toribio, José Mariscal Campos, Juana Castro, José Luis Rey, Joaquín Pérez Azáustre.

Todos ellos han sido, al mismo tiempo, clientes y productos de la Luque, y han tenido hueco en sus escaparates. Javier resaltaba en su discurso que “si algo ha distinguido a Luque es el cariño que ha dispensado a los autores de Córdoba”. “Saben que tienen su lugar en nuestro escaparate y en nuestro corazón”, añadía Luque, que considera que los libreros tienen “que ser reivindicativos y denunciar la situación en la que se encuentra la cultura hoy en día”.