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Pedagogía a pie de fosa para conservar la memoria histórica entre los más jóvenes

Estudiantes conocen los trabajos de exhumación de fosas en el cementerio de Aguilar de la Frontera.

Carmen Reina

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Pedagogía para conservar la memoria histórica entre los más jóvenes, entre quienes el relato de la represión franquista en su mismo municipio, hace 85 años, les es completamente desconocido. Ese ha sido el objetivo que se han marcado en la Asociación para la Memoria Histórica de Aguilar de la Frontera (Aremehisa) que, junto al Ayuntamiento de esta localidad cordobesa, ha iniciado los trabajos para la localización de unos 80 represaliados de la guerra civil y el franquismo que se creen enterrados en las fosas comunes del cementerio. Y, este miércoles, han abierto las tareas de excavación a la visita de estudiantes, para explicarles qué ocurrió en la época de sus bisabuelos y cómo esa herida no se ha cerrado todavía para muchas familias.

Alumnos del IES Vicente Núñez, con sus profesores, han visitado este miércoles las zonas del cementerio de Aguilar de la Frontera que se están excavando, han compartido una jornada con los responsables de la asociación que defiende la Memoria Histórica en su pueblo y han conocido los episodios de la represión que se vivieron en la localidad donde, aunque no hubo enfrentamientos de la guerra civil, sí que sufrió la represión franquista.

Junto a ellos, en el cementerio, han podido conocer las heridas aún abiertas en muchas personas: han estado con familiares llegados de otros municipios cercanos, que aún hoy, 85 años después, buscan el lugar donde pueden estar enterrados sus seres queridos y han querido indagar sobre su paradero en el cementerio de Aguilar de la Frontera.

Conocer la represión que se vivió en su pueblo

Esa 'bofetada' de realidad la han experimentado los estudiantes que, “desde su inocencia, hacían preguntas y para ellos todo era una sorpresa”, explica a Cordópolis el presidente de Aremehisa, Rafael Espino, que no duda en calificar como “emocionante” el encuentro entre los estudiantes y quienes trabajan para que la memoria histórica se herede en las generaciones más jóvenes.

La reparación de esa memoria, el hallar los restos de los represaliados y devolverlos a sus familias para ser enterrados con dignidad, ha guiado la explicación a pie de fosa que han vivido los estudiantes. Y si hasta ahora habían recibido alguna clase teórica en sus aulas sobre qué es la memoria histórica y la realidad a la que responde, en esta jornada ha sido el turno de ver in situ, en la práctica, cómo se trabaja para reparar esa memoria en su propio pueblo.

“Hemos intentando que entiendan lo que pasó, qué es una desaparición forzada, el contexto de los derechos humanos... Ellos habían estudiado la guerra civil, pero no los episodios que ocurrieron en su pueblo, la represión en una localidad de retaguardia en la guerra”, donde fueron represaliados por sus ideas políticas o militancia sindical, explica Espino sobre la experiencia vivida con los chavales.

En busca de 80 represaliados

En el cementerio de Aguilar de la Frontera se trabaja actualmente en la localización de las fosas donde se cree que hay inhumadas unos 80 represaliados del municipio. Aremehisa lleva 15 años investigando estos hechos, recopilando documentos y los valiosos testimonios de quienes eran los mayores de la localidad para recuperar los restos de sus vecinos represaliados.

Las máquinas ya hicieron las primeras labores pesadas de movimiento de tierras a primeros de junio, ahora ya se han datado todas las fosas sobre las que se trabaja y se han comenzado a exhumar cuerpos de personas enterradas con posterioridad, no de represaliados, para abordar próximamente la búsqueda de quienes fueron forzados a desaparecer en el municipio hace 85 años.

Trabajan en la parte del cementerio donde los estudios y los recuerdos de personas mayores del municipio han situado las fosas: ocho grandes y otros dos enterramientos más pequeños, en una zona de entre 3.000 y 4.000 metros cuadrados. Las fosas llevan ubicadas sobre el plano desde 2010, pero la falta de financiación ha hecho imposible hasta ahora la labor de búsqueda. Y mientras se realizan estos trabajos, sus promotores han querido que sirvan también para fijar la memoria histórica en las generaciones más jóvenes.

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