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El obispo de Córdoba llama a “invocar la lluvia” para campos y pantanos

Demetrio Fernández, obispo de Córdoba | MADERO CUBERO

Redacción Cordópolis

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El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha afirmado que la fiesta de la Virgen del Carmen, que se celebra este mes de julio, “es momento propicio para invocar la lluvia abundante que riegue nuestros campos, nuestras cosechas y llene las reservas necesarias para el consumo humano”, ya que “María santísima del Carmen es una señal propicia de esa agua que necesitamos”.

Así lo ha destacado en su carta semanal, recogida por Europa Press y en la que ha señalado que “hoy continuamos con la necesidad de agua para nuestros campos y cosechas, para nuestras ciudades y para su consumo”, y aunque “en el contexto laico o incluso ateo en el que vivimos parece fuera de sitio pedir el agua a Dios”, la cuestión es que “para los creyentes Dios sigue siendo el mismo, es el Padre que nos concede el pan de cada día, el que nos da la lluvia en el momento oportuno”.

Es más, según ha argumentado Demetrio Fernández en su carta, “cuando le pedimos a Dios una gracia, que bien sabe él que necesitamos, normalmente no nos la concede a la primera. No porque Dios sea tacaño. Dios es siempre más generoso que nosotros y quiere siempre nuestro bien. Si él tarda en concederlo es porque quiere que nos volvamos a él, que nos convirtamos a él y reconozcamos que tales dones nos vienen de él. También el don de la lluvia, que tanto necesitamos”.

Por eso, según ha animado, “no nos cansemos de pedirla, como pedimos continuamente en el Padrenuestro el pan de cada día” y, “puesto que se trata de una necesidad vital, perseveremos en la petición y Dios nos concederá lo que pedimos”.

Además, “acudir a la intercesión de la Virgen es lo propio”, ya que, según ha resaltado, “también ella sabe lo que necesitamos. Ella estuvo pendiente en las bodas de Caná para que hubiera un vino mejor, cuando los novios se vieron en el apuro de que se les acabó el vino que tenían. Incluso antes de que nadie lo pidiera, ella percibió aquella carencia que podía fastidiar la alegría de los esposos. Ella se lo pidió a su hijo Jesús, y Jesús hizo el primer milagro de su vida: hubo vino abundante y de la mejor calidad para todos. Acudamos a la Virgen en esta y en todas nuestras necesidades. Acudamos a la Virgen del Carmen para pedirle la lluvia abundante que necesitamos”, ha concluido.

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