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Menores en familias de acogida: “Es la mejor decisión que he tomado”

Rocío, que ha sido menor de acogida, y miembros de familias de acogida.

Carmen Reina

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Rocío Alhama tiene 18 años. Acaba de cumplir la mayoría de edad y lleva ocho años viviendo con una familia de acogida. Cuando tenía diez años llegó a un centro de menores de Córdoba y, al poco, una familia de Lucena quiso ofrecerse para acogerla. Cuenta que, entonces, ella se lo pensó -“mucho”- por “miedo a perder el contacto con mi familia biológica”, de la que fue apartada para protegerla siendo menor. Pero ocho años después, mantiene ese vínculo y, a la vez, vive con su familia de acogida: “Es la mejor decisión que he podido tomar”.

“El cariño que te brinda una familia no lo tienes en un centro”, explica sobre su experiencia. Con el tiempo, ve cómo en su familia biológica “había un ambiente que yo normalizaba. Pero al ver el cariño y otro ambiente en mi familia de acogida, comprendí que antes no estaba en un ambiente bueno”. Aún así, en este tiempo ha mantenido el contacto con sus padres y hermanos - “yo los veo cuando me apetece, ahora que soy mayor de edad”. Y ellos han aprendido que ese vínculo se mantendrán siempre que Rocío quiera, aunque viva ahora con una familia de acogida que le ha ayudado a desarrollarse.

El testimonio de Rocío forma parte del lanzamiento de la campaña 'Acoger, adoptar, colaborar, da mucho', que ha puesto en marcha la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía, para buscar a familias que quieran ofrecerse para ayudar a los menores que se encuentran tutelados en centros, ya sea acogiéndolos, adoptándolos o colaborando para pasar con ellos periodos vacacionales. En Córdoba hay actualmente 134 menores tutelados por la Junta.

Familias como la que encontró Rocío o familias como la que forma Luis con su mujer y sus hijos, a la que se van sumando los menores que han acogido. Cuenta Luis que llevan unos 20 años como familia de acogimiento y de colaboración. Cuenta que es “una experiencia fabulosa, una bendita locura” en la que los menores que han acogido en casa les han devuelto “multiplicado por cien, lo que tú les das”.

“Mucha gente puede tener miedo y pensar que no lo va a hacer bien. Pero estos niños no han tenido posibilidad de desarrollarse como deberían y tiene que haber una solución para restañar esas heridas”, argumenta. De su experiencia en el acogimiento habla siempre en positivo, como “un compromiso con el niño que entra en tu casa”, que necesita de tiempo y dedicación.

También ha conocido cómo es el modelo de colaboración -tener a un menor acogido en fines de semana o periodos vacacionales-: “Hemos tenido a siete u ocho así y ellos integran perfectamente su tiempo de estar en el centro durante el curso escolar y el tiempo en familia en vacaciones”. Porque, asegura, cada día que pasan con una familia en lugar de en un centro, “mejoran, no dejan de mejorar, siempre es una mejora para ellos”.

Luis asume que siempre “es difícil la separación”, cuando el menor en acogida puede abandonar a la familia, pero “hay que saber a qué mundo te acercas y no asumir una acogida para tapar una carencia personal. Vas a acoger a un niño, lo vas a tratar como si fuera tuyo, sabiendo que un día se va a marchar”.

Campaña 'Acoger, adoptar, colaborar, da mucho'

La campaña lanzada por la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía y su Delegación Territorial en Córdoba persigue hacer “un llamamiento a toda la sociedad cordobesa para que se implique con estos niños. Sin familias no es posible avanzar en el modelo”, en palabras de la delegada responsable, Dolores Sánchez.

Ese modelo ofrece tres posibilidades a las familias. La primera es el acogimiento, donde una familia de manera temporal o permanente acoge al menor hasta la mayoría de edad, para que viva en su casa y asumiendo sus cuidados. Puede continuar el vínculo con su familia biológica. La segunda opción es la adopción, preferentemente con menores de 7 años, para darles una estabilidad emocional permanente; desaparece el vínculo de filiación con los padres biológicos y sus nuevos padres serán los adoptivos. No todos los niños del sistema son susceptibles de ser adoptados. Y la tercera manera es la colaboración, compartiendo fines de semana y vacaciones con el menor.

“Necesitamos más familias para que los niños y adolescentes puedan aprender su desarrollo social y emocional”. La campaña está financiada por fondos de la UE Next Generation y por la Junta de Andalucía. En la comunidad autónoma, actualmente hay 2.276 niños y adolescentes que se encuentran en centros de protección de menores, donde se les ofrece los cuidados básicos, cariño y dedicación, y donde esperan la oportunidad de vivir en un hogar.

Asimismo, hay 2.412 niños en acogimiento familiar, con sus familia extensas o familias de acogida. Y hay 739 familias en Andalucía que son acogedoras actualmente, que atienden a 975 niños teniendo un hogar donde vivir mientras se resuelve la problemática de sus familias biológicas.

En Córdoba más del 50% de los menores tutelados por la Junta de Andalucía están con una familia (260 niños, niñas y adolescentes) pero hacen falta más familias, ya que aún hay más de 100 niños (134) en centros de protección de menores a la espera de una familia. En concreto, hay casi 20 familias colaboradoras, 7 seleccionadas para adoptar y 179 familias acogedoras, 92 proceden de la familia extensa del propio menor y 87 ajenas. 

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