Simbología franquista en Córdoba: cómo convivir con la memoria democrática
¿Se pueden cerrar heridas cuando un monumento o una calle ensalza la figura de quien ordenó asesinar a personas durante la dictadura franquista? Los defensores de la memoria histórica -y de su marco legal- aseguran que no. Más concretamente, los ciudadanos que forman parte del Foro por la Memoria de Córdoba, que ha organizado unas jornadas sobre la memoria democrática durante los próximos 15, 16 y 17 de noviembre -a partir de las 19:00- en la Escuela de Participación Ciudadana.
Durante estos tres días, el Foro por la Memoria abordará los vestigios franquistas que aún se levantan en Córdoba, la aplicación de la Ley de Memoria Democrática de Andalucía y cuáles son los “lugares de la Memoria” destinados a recordar a los represaliados del franquismo. De este modo, el profesor e historiador Arcángel Bedmar inaugurará las jornadas el día 15 con una ponencia que tratará sobre la figura de los golpistas y de los defensores de la legalidad republicana en la Córdoba de 1936. Será Bedmar, además, quien abordará la simbología franquista urbana en la provincia y el olvido de los vencidos.
La jornada del día 16 será doble. Alejandro Ruiz-Huerta, superviviente de la matanza de Atocha, hablará sobre el actual marco legal y cómo éste permite la recuperación de la memoria de la represión y la resistencia. El segundo ponente será el historiador Luis Naranjo Cordobés, que traerá a debate la Ley de la Memoria Democrática de Andalucía y explicará cuáles son los lugares de la Memoria en Córdoba.
Por último, el día 17 tendrá lugar una mesa redonda con Rafael Morales Ruiz, Ernesto Caballero Castillo y Teresa Álvarez Lopera en la que debatirán sobre la reconstrucción de la memoria de los vencidos y mostrarán las evidencias empíricas del genocidio que tuvo lugar en Córdoba. Asimismo, también pondrán en valor la resistencia popular de los cordobeses de aquella época a partir de archivos y fuentes orales.
Actualmente, Córdoba se encuentra en trámites para la aplicación de la legislación vigente. Así, a finales del año pasado, el Ayuntamiento puso en marcha la Comisión de la Memoria Histórica en la que se debaten dos cuestiones: qué hacer con las fosas comunes de los cementerios de Córdoba y qué calles deben cambiar su nombre, como es el caso de la calle Periodista Quesada Chacón (en Ciudad Jardín), quien fue secretario particular del terrible Don Bruno, uno de los grandes represores durante la Guerra Civil en Córdoba.
A estas cuestiones se unen la simbología franquista en Córdoba -presente en casos como el de la cruz de los caídos junto a los Ministerios- o las personalidades franquistas que dan nombre a colegios de la provincia. De este modo, el obispo Fray Albino da nombre a dos centros, uno en Córdoba capital y otro en Montoro. Por su parte, el poeta José María Pemán da nombre al Colegio de Educación Infantil y Primaria en Puente Genil. Por último, el pedagogo Ángel Cruz Rueda -representado en un colegio en Cabra- fue el responsable de la depuración de aquellos profesores y maestros que la dictadura consideró afines a la República.
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