Una Real coincidencia
Las casualidades en la vida existen, o quizás no, y son las energías de las personas y las circunstancias las que se confabulan creando estas coincidencias tan curiosas. Algo así ha ocurrido con la tienda que ha abierto la semana pasada la firma de ropa masculina cordobesa Silbón en San Sebastián.
Los cordobeses de Silbón son los proveedores de la ropa de paseo de la Real Sociedad y, casualidades de la vida (o no), de los miles de locales comerciales que existen en la capital donostiarra han ido a parar a Avenida de la Libertad, 4 en donde desde 1962 a 1984 estuvo ubicada Deportes Elizondo, una tienda muy conocida por varias generaciones de donostiarras. Su dueño fue Joseba Elizondo Mendiola (1927-2006), que fue dos veces entrenador de la Real Sociedad. La primera fue en la temporada 1959-60 en la que suplió a Salvador Artigas, y la segunda vez en la campaña 1961-62 relevando a Baltasar Albéniz.
Hablamos de Real coincidencia porque los responsables de la firma cordobesa no tenían conocimiento de la conexión del local, situado en una de las calles más comerciales de San Sebastián, con una persona tan vinculada al equipo txuriurdin. Guillermo Marzal, cordobés y responsable de la tienda, está muy contento con la acogida del público donostiarra durante los primeros días de la apertura. “Tenemos mucha ilusión y estamos muy contentos con la tienda, es grande y está en una zona estupenda de la ciudad”. En lo que respecta al vínculo con la Real, también están muy contentos, y creen que es una oportunidad excelente para dar a conocer la firma en el País Vasco.
El dueño de Deportes Elizondo, Joseba Elizondo, era hermano de Andoni Elizondo (1932-1986), primero jugador y posteriormente también emblemático entrenador de la Real Sociedad, que dirigió al equipo donostiarra en varias etapas desde 1966 a 1976 y fue un auténtico trampolín para una época realista que llevó más tarde a la época gloriosa del eibarrés Alberto Ormaetxea con el doble título liguero en las temporadas 1980/81 y 1981/82. En su primera temporada al frente del equipo fue el artífice del ascenso en 1967 con aquel histórico partido en Puertollano ante el Calvo Sotelo. A partir de esa temporada la Real, conocido como el equipo del ascensor porque subía y bajaba continuamente de categoría, se asentó definitivamente en Primera División.
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