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La historia de Andrés Aguilar, un cordobés asesinado en la cámara de gas

Stolpeirsteines o piedras de la memoria colocadas en Pedro Abad (Córdoba) en memoria de tres vecinos deportados y asesinados en campos nazis.

Carmen Reina / Redacción Cordópolis

11 de octubre de 2025 20:01 h

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Andrés María Aguilar Luna, natural de Pedro Abad (Córdoba), sufrió en sus carnes la selección que hacían los nazis para acabar con la vida de los presos más débiles y enfermos en los campos de concentración: fue asesinado en la cámara de gas. Ahora, su historia y la de otros dos vecinos de Pedro Abad que también fueron deportados a campos de concentración y asesinados allí, ha sido recordada para homenajearles y que su memoria no se pierda.

La Asociación Triángulo Azul Stolpersteine de Andalucía, que trabaja en recuperar la memoria de quienes fueron deportados a campos nazis, ha reconstruido la historia de Andrés y sus otros dos vecinos. Cuentan que los nazis comenzaron a experimentar con gas venenoso para realizar masacres a finales de 1939, con la matanza de enfermos mentales. “Se utilizaba el eufemismo nazi 'eutanasia' para referirse a la matanza sistemática de aquellos alemanes que los nazis consideraban 'indignos de vivir' debido a que padecían alguna enfermedad mental o impedimento físico”, explican desde la asociación. Como parte del programa del “eutanasia” se crearon seis instalaciones de gaseo: Bernburg, Brandenburg, Grafeneck, Hadamar, Hartheim y Sonnenstein, “centros de matanza que utilizaban cámaras de gas de monóxido de carbono puro camufladas como duchas”.

A principios de 1941, se quiso vaciar el sistema de campos de concentración, cuyo número de prisioneros había crecido desde el comienzo de la guerra, deshaciéndose de aquellos internos enfermos e improductivos. Para ello, se hizo uso del personal e infraestructuras del programa nazi de “eutanasia” y expertos médicos que llevaron a cabo selecciones, a menudo directamente in situ en las instalaciones psiquiátricas o para discapacitados, ahora visitaban también los campos de concentración y elegían a los prisioneros para ser asesinados en las cámaras de gas de estos centros de matanza, entre los que se encontraba el Castillo de Hartheim, en Austria.

En 1940, tras la invasión alemana, el cordobés Andrés María Aguilar Luna fue capturado en Francia por los alemanes y llevado al campo de prisioneros de guerra Stalag VIII-C, en Sagan, hoy perteneciente a Polonia; pero pasados unos meses le trasladaron a otro Stalag en Trier, Alemania. Solo era un lugar de tránsito a su verdadero destino: el campo de concentración de Mauthausen, en Austria, el “campo de los españoles”, recuerdan los promotores del homenaje. El viaje en un tren de mercancías comenzó un 22 de enero y duró tres días, en condiciones muy duras. Con él iban su paisano Pedro Lora Cuadrado y otros 32 deportados cordobeses. En total, fueron deportados 775 republicanos españoles, de los que 583 terminaron siendo asesinados, entre ellos 26 cordobeses.

Tres perabeños en el campo de concentración

Cuando Andrés y Pedro llegaron al campo tuvieron que quitarse la ropa para, completamente desnudos, pasar por unas mesas en las que les tomaban algunos datos personales. Después les afeitaban todo el cuerpo y les rociaban con un desinfectante que les quemaba la piel, antes de pasar por una ducha en la que recibían, alternativamente, chorros de agua hirviendo y de agua helada. Finalmente les entregaban unas chanclas con suela de madera, una cuchara, un plato y el uniforme a rayas. Esta humillante bienvenida terminó para Andrés y Pedro cuando recibieron dos números que serían, a partir de ese momento, su única identidad en el campo y que llevarían inscritos en una pequeña placa metálica que se colgaban del cuello o de la muñeca y en unas bandas de tela que cosían en la camisa y el pantalón del uniforme. Andrés recibió el número 3316 y Pedro el 4384.

Dos días después, llegó otro perabeño a Mauthausen, Ramón Martínez Belmonte, en un convoy que provenía del campo de prisioneros XI-B Fallingbostel, en Alemania. Sufrió la misma humillación que sus vecinos y le asignaron el número 5609. “Posiblemente, el encontrarse allí con sus vecinos sería una de las pocas alegrías que tuviera durante su estancia en el infierno de este campo de concentración de categoría III, la categoría reservada a los campos con el régimen más duro”.

Mauthausen, uno de los campos de concentración nazis.

“El matadero”

Pero Andrés debió de llegar enfermo o enfermó enseguida porque, apenas un mes después, el 17 de febrero, fue enviado a Gusen, donde le asignaron el número de matrícula 10588. “Allí iban a parar los enfermos y débiles y era conocido entre los supervivientes como el matadero por la crueldad de los kapos, el trabajo extenuante, el frío, el hambre y las enfermedades, que acababan rápidamente con la vida de los prisioneros”, recuerdan.

Apenas seis meses después, Andrés fue seleccionado para ser gaseado en el Castillo de Hartheim, donde fue asesinado el 15 de agosto de 1941, aunque firmaron un falso certificado de defunción y fue registrado como fallecido a las 6:00 horas del 25 de septiembre de 1941.

Por su parte, Pedro y Ramón no corrieron mejor suerte. Los dos fueron trasladados a Gusen el 30 de junio de 1941 y fueron asesinados en este subcampo de Mauthausen con 12 días de diferencia, Ramón el 27 de noviembre de 1941 y Pedro el 9 de diciembre.

Homenaje en Pedro Abad a sus tres vecinos que sufrieron el horror nazi

Ahora, a comienzos del mes de octubre de 2025, cuando se cumplen 84 años de esos hechos, el Ayuntamiento de Pedro Abad ha rendido homenaje a sus tres vecinos, con la colocación de tres Stolpersteines o Piedras de la Memoria, con la colaboración de la Asociación Triángulo Azul Stolpersteine de Andalucía.

“Es un deber moral el reconocimiento y la reparación personal a quiénes tras un golpe de Estado a un Gobierno elegido libremente por todos los españoles y españolas, perdieron su libertad al padecer prisión, deportación, confiscación de sus bienes, un desgarrador exilio, trabajos forzosos o internamientos en campos de concentración en España o fuera de nuestras fronteras, en los campos del horror nazi”, señalan los promotores del homenaje.

“Durante décadas ha imperado el silencio y la desinformación, ya que el fascismo ganó en nuestro país y se instauró una dictadura de 40 años que trajo silencio, terror, retroceso y pérdidas de derechos y libertades, y durante la Transición se escondió todo ese sufrimiento debajo de la alfombra. Pero es necesario dar luz a los hechos a través de la ciencia, la historiografía, y anteponer el conocimiento al negacionismo histórico, como nos pide la Organización de las Naciones Unidas”.

Homenaje en Pedro Abad (Córdoba) en memoria de tres vecinos deportados y asesinados en campos nazis.

Y, ahora, vecinos y vecinas de Pedro Abad han conocido la historia y han reconocido con este homenaje el lugar que le corresponde en la historia democrática a Andrés Anguilar Luna, Pedro Lora Cuadrado y Ramón Martínez Belmonte, que fueron asesinados en los campos de concentración nazis.

Con ello han querido “rescatarles de un olvido que ya estaba durando demasiado y que su recuerdo nos sirva de memoria vigilante contra toda forma de totalitarismo e intolerancia”, además de destacar que “su resistencia, su sufrimiento y su compromiso con las libertades y los valores democráticos de progreso y justicia social, pervivan en la memoria de nuestro país, de nuestra tierra Andalucía y, como no podía ser de otro modo, en su pueblo, Pedro Abad”.

“Y para que sus historias de horror no hayan sido en vano y sean un ejemplo para seguir construyendo una sociedad más libre, más democrática, más plural y más justa, y se aleje de la desigualdad, la intolerancia y la barbarie de ideologías deshumanizadoras e intolerantes”, concluyen.

181 piedras de la memoria en la provincia de Córdoba

La Asociación Triángulo Azul Stolpersteine de Andalucía en colaboración con los ayuntamientos de Córdoba han realizado los homenajes a estos 181 hombres en 25 localidades de nuestra provincia: Posadas (24), Peñarroya-Pueblonuevo (19), Baena (16), Fuente Obejuna y aldeas (15), Belmez (12), Espejo (11), Montilla (11), Villaviciosa de Córdoba (10), Villanueva de Córdoba (9), Fuente Palmera (8), Belalcázar (7), Puente Genil (6), Torrecampo (6), Doña Mencía (5), Almodóvar del Río (4), La Granjuela (4), La Carlota (3), Pedro Abad (3), Carcabuey (2), Fernán Núñez (1), Benamejí (1), La Victoria (1), Priego de Córdoba (1), Villaralto (1) y Zuheros (1).

Y, antes de que finalice este año, se colocarán 20 Stolpersteine más en la provincia de Córdoba: Montoro (8), Hornachuelos (8), Adamuz (2) y Montemayor (2). Y se suman así a las más de 120.000 Stolpersteines distribuidas por 30 países. El monumento, sin duda, más extendido del mundo.

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