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Manual del buen taxista: no hablar de política, deporte o religión

Un grupo de taxistas cordobeses | MADERO CUBERO

Redacción Cordópolis

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La Federación Andaluza de Autónomos del Taxi publica un manual de normas básicas de comportamiento, en el que se insta a “no atosigar al usuario”

Un Manual de Buenas Prácticas con medio centenar de medidas concretas garantizará que los taxistas ofrezcan un servicio de calidad al usuario. El catálogo incluye desde normas básicas de cortesía hasta recomendaciones de buena presencia personal y facturación honesta del servicio, según un documento elaborado por la Federación Andaluza de Autónomos del Taxi (FAAT), presidida por Miguel Ruano. Entre ellas se recomienda no hablar de política, de religión o de deporte, para no contrariar al usuario.

“Trata al cliente como a ti te gustaría ser tratado”, sugiere el manual en su primera página como uno de sus consejos fundamentales. En ese apartado, ofrece detalles prácticos acerca de cómo es conveniente dirigirse a los usuarios, mirándolo siempre a los ojos, dispensándole un trato cortés, agradeciéndole que haya elegido el servicio, mostrándose servicial y ser respetuoso incluso en casos de quejas o reclamaciones, según ha informado la Asociación del Taxi Auttacor a través de una nota de prensa.

El documento de ocho páginas recomienda al taxista “no atosigar al usuario” ni exhibir ante él posiciones personales religiosas, políticas, deportivas y, en general, opiniones que puedan causar controversia o incomodidad al cliente. La discreción, agrega, es siempre aconsejable teniendo en cuenta que se trata de un servicio público. Para reforzar la profesionalidad del sector, el taxista debe estar “bien informado de la ciudad” y ofrecer “soluciones” ante cualquier problema planteado por el cliente.

Es muy importante, añade el manual, que el taxi se mantenga siempre “limpio” y con “buen olor”, al tiempo que la imagen personal del conductor debe ser la adecuada. Previene, por tanto, de masticar chicle, beber, fumar o comer durante el servicio o usar calzado impropio ni ropa deportiva o excesivamente informal. Recuerda que las altas temperaturas en Andalucía obligan a mantener el interior del vehículo climatizado.

Un capítulo clave se refiere a las tarifas. El texto pide al profesional la máxima “honestidad” a la hora de facturar los servicios y alerta sobre el “cobro abusivo” porque es lo que “más deteriora la imagen del taxi”. En este apartado se extiende en una serie de sugerencias prácticas, tales como no poner en marcha el taxímetro cuando el vehículo se encuentra en la parada hasta que el cliente haya tomado asiento o no cobrar suplemento por equipaje en los trayectos interurbanos.

El documento añade también un Código Ético que regule las relaciones entre los profesionales. En este capítulo figuran un conjunto de recomendaciones para ordenar la convivencia entre taxistas, como por ejemplo evitar adelantamientos entre vehículos sin pasajeros para captar usuarios, situarse en cabeza de parada cuando haya clientes esperando, preguntar al solicitante si ha pedido el servicio por teléfono, eludir la guerra de precios o recriminar comportamientos inadecuados de otros taxistas.

El Manual de Buenas Prácticas del taxista se propone “proyectar una imagen actualizada y renovada que, a menudo”, dice, “se ha desvirtuado e infravalorado injustamente”. Y añade: “Tenemos la oportunidad de demostrar que el sector del taxi está lleno de humanidad, seriedad y voluntad de servicio a los demás”.

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