Las Lágrimas destina la tela de sus túnicas para realizar mascarillas

La situación requiere de la máxima colaboración posible. Toda ayuda es poca y, claro está, bien recibida. El Covid-19, coronavirus con origen en Wuhan (China), genera una realidad compleja a lo largo y ancho del planeta. No es una excepción España, donde su ciudadanía vive en estado de alarma desde el sábado 14 de marzo. Así es por la importante emergencia sanitaria generada por la enfermedad, una crisis ante la que son muchos los gestos solidarios. Y no faltan los de instituciones que conocen bien la labor social como son las hermandades. El último ejemplo en este sentido lo ofrece la corporación de Las Lágrimas, que decide no sólo crear grupos de apoyo a personas que lo puedan necesitar en su barrio sino tomar otra medida aún más significativa. La cofradía del Parque Figueroa apuesta por destinar la tela de sus túnicas para realizar mascarillas ante la necesidad existente de éstas.

Es escaso el material sanitario en este período, en que España como otros países se enfrenta a circunstancias desconocidas. La falta de elementos protectores de boca y nariz como de gel desinfectante es ejemplo de ello. En la obtención de elementos de este tipo ponen énfasis las autoridades desde hace tiempo pero también lo hacen no pocas entidades privadas de todo ámbito. Es ahí donde entra en acción la hermandad de Las Lágrimas, tal y como hiciera saber la noche del martes en redes sociales. Sus medidas son dos, por un lado organizar grupos de voluntarios para ayudar a personas que lo pudieran necesitar en su entorno y por otro la aportación de hábitos nazarenos para la confección de las mencionadas mascarillas.

“Comunicamos que nuestra hermandad organizará grupos de ayuda para las personas que más lo necesiten en el barrio, además de destinar la tela de las túnicas para realizar mascarillas”, informó la corporación del Parque Figueroa. “Los que quieran formar parte de los grupos ayuda, que se pongan en contacto por redes sociales”, añadió la cofradía radicada en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. La idea de la hermandad prosigue a la de otras en la capital, como lo son por ejemplo las del Santo Sepulcro y Buena Muerte. Ambas decidieron también llamar al voluntariado para facilitar la rutina diaria de mayores o personas con movilidad reducida.

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