Por los caminos de la Campiña

La Campiña sigue siendo el paisaje por el que transcurre la vida de la hermandad del Rocío de Córdoba en su largo peregrinar hacia tierras almonteñas, para lo que están contando con un buen tiempo. La jornada del domingo, día de la Ascensión del Señor, fue dura como la del sábado aunque con menos paradas, lo que permitió a los romeros de la ciudad de la Mezquita llegar al lugar de la pernoctación más pronto que el día anterior.

Pese a todo, fueron también casi 40 los kilómetros recorridos entre La Luisiana, de la que salieron a las ocho de la mañana, y el término municipal de Carmona, donde han dormido esta madrugada. El ritmo de camino fue más ligero, lo que hizo que llegaran a su destino de ayer, en torno a las diez menos veinte de la noche, bastante cansados.

La jornada dominical había sido bastante especial. El epicentro de las emociones estuvo en la localidad de Fuentes de Andalucía, a la que llegó la hermandad antes del mediodía. Acercó su Simpecado hasta la iglesia de Santa Ángela de la Cruz, donde las monjas lo esperaban para cantarle la salve. Hubo intercambio de ofrendas florales, de las monjas al Simpecado de Córdoba y de la hermandad a la santa fundadora de la Compañía de la Cruz, Madre Angelita.

Eran las doce de la mañana cuando en aquel lugar se rezaba el Ángelus junto a los ancianos de la residencia de mayores que cada año salen a dar la bienvenida a la hermandad de Córdoba. Para ellos recogen los hermanos de la corporación rociera productos de higiene personal los meses previos a la romería y ayer se los entregaron como también les dieron de recuerdo estampitas del Simpecado.

El camino los llevó luego hasta el término municipal de Marchena, donde los dueños del cortijo El Valenciano ofrecieron un almuerzo a los peregrinos de Córdoba basado en numerosas tapas y un arroz con carne. Y de allí siguieron hasta un cortijo en Carmona. Según cuenta la vocal de Protocolo de la hermandad del Rocío de Córdoba, Rocío López, el del sábado y el de ayer domingo son dos de los días más duros en el trayecto hacia la provincia de Huelva, por lo que quienes los superan sin problemas no los tendrán tampoco el resto de los días.

La jornada terminó con la misa a la medianoche, sin duda la mejor forma de ir a dormir en paz y estando en el Señor, que en las manos de la Virgen espera a los romeros cordobeses en la blanca ermita almonteña, símbolo mariano y lugar donde se cumplen los sueños.