14 de septiembre
Como lo prometido es deuda, y yo soy muy de deber cosas, aquí tienen la primera entrada puramente meteorológica de la nueva temporada, la cual, por cuestiones de la agenda cofrade cordobesa, se centrará, exclusivamente, en lo que puede acontecernos el próximo fin de semana, entre el 14 y el 15 de septiembre.
En principio tomaré la misma actitud que tomase el último Domingo de Ramos, mi acuerdo laboral es el que sigue, a mí ningún ente con capacidad de tomar decisiones me paga por esto, por lo cual, desde ya, renuncio a la responsabilidad que acarree cualquier decisión ulterior que alguien o algo pudiera tomar tras la lectura de lo que vengo a contarles, para las reclamaciones, miren al de arriba. Si consienten en no partirme las piernas ante cualquier posible fallo, error de pronóstico, mala praxis, o lo que sea que pudiera ocurrir, por favor, sigan leyendo. Pero si a sabiendas de que a la mínima oportunidad me correrán a gorrazos en cuanto me vean por la calle, les animo a que abandonen la página y diviértanse en las infinitas posibilidades, especialmente sexuales, que les ofrece esta cosa del internet.
Ahora sí. Parece que quieran estos primeros días de septiembre, marcar un inicio, más allá de lo que pueda parecer, de los puramente otoñales, con contención térmica y una progresiva evolución claramente a la baja, con una disposición y potencia de los centros de acción barométricos, adecuados para la incursión hasta la Península Ibérica de las borrascas atlánticas que desde ya podrían empezar a afectarnos. Pero antes de seguir adelante, dos hitos que marcan sistemáticamente la dinámica meteorológica del inicio otoñal en nuestra latitud, claves, para entender el porqué de las cosas que pueden ocurrir.
La uno, que entramos en pleno apogeo de la temporada de huracanes en el Atlántico Norte, la dos, que el Mediterráneo, por estas fechas, alcanza su mayor temperatura superficial en todo el año. Ambas piezas, son elementos clave en la interacción y alimentación de los sistemas depresionarios que en la transición estival comienzan a regar los, por estas fechas, secos campos ibéricos. Aún es pronto para afirmar si la interacción de unos y otros posibilitarán un flujo atlántico de baja o alta latitud, pero sí comienzan a verse ligeras tendencias que apuntan a una segunda quincena ligeramente pasada por agua. Pero vayamos a lo inmediato.
La situación actual, para hoy miércoles, nos desvela un alargamiento de una débil vaguada continental, esto es, una elongación de un sistema de bajas presiones, el cual, en su extremo, acabará aislando una burbuja de aire más frío que su entorno, al suroeste de la Península, lo que en meteorología se conoce como DANA, y que vulgar y erróneamente se le llama Gota Fría. Pero no es el tema. Pues bien, por no darle más vueltas al asunto y no marear a los lectores puntuales que estos días tendrán a bien leerme, este aislamiento, será el protagonista indiscutible del tiempo que tendremos por el sur peninsular, y buena parte del norte, a partir del próximo fin de semana.
Quiere la casualidad, o la dinámica atmosférica, que esos días, el que va camino de convertirse en el primer huracán de la temporada 2.013, Humberto, pulule desde el jueves por la zona de influencia canaria, pudiendo suministrar, dependiendo de la evolución que vaya a seguir el sistema, un importante aporte de humedad a nuestra más cercana DANA, alimentándola y añadiendo el ingrediente propicio para tener una buena regada por todo el suroeste peninsular de cara a la tarde del sábado. Pero no se alarmen aún, que esto es algo que aún está por definir. ¿De qué depende que pueda llegar a ocurrir este probable escenario? De la intensidad y posición que Humberto llegue a alcanzar entre hoy y mañana, y del descuelgue que alcance la DANA.
Por el momento, modelos en mano, apunta a que la interacción se dará, muy débilmente eso sí, y con la DANA localizada lo suficientemente al sur como para desechar (por el momento) episodios significativos de precipitación, al menos en el interior andaluz, aunque sin descartar la posible presencia de lluvias débiles. Una predicción que hoy por hoy resulta imposible de definir con certeza, de las complicadas, y que posiblemente obliguen a un adecuado seguimiento la misma tarde del sábado, y que por la variabilidad en el encaje de las piezas, obligará, a este que les escribe, a volver a hacer de predictor la próxima tarde del viernes.
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