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Mike Huckaby: Detroit make the world go round

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Juan Velasco

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El productor y dj norteamericano Mike Huckaby ha muerto por causas que no han trascendido. Huckaby era uno de los principales de baluartes de un sonido, el Detroit House, una mezcla de house, techno y reminiscencias jazzísticas que explotó en la ciudad del motor a mediados de los 90.

Se sabía que Huckaby estaba mal de salud desde que a principios de marzo su amigo, el productor Delano Smith, impulsó una campaña de crowdfunding para ayudar a sufragar los gastos médicos de su hospitalización. En aquel momento, la comunidad se volcó en ayudar al productor de Detroit, y se superó ampliamente la cantidad demandada.

Su muerte ha sido un mazazo para el mundo de la electrónica. Los mensajes sobre Huckaby en las horas siguientes a su fallecimiento han sido constantes. Kerri Chandler, Peggy Gou, Matrixxman, Hudson Mohawke, Anthony Parasole, King Britt y Moodymann han expresado sus condolencias en redes sociales, que como suele ser habitual se han llenado de enlaces de Youtube con su música.

Un puente entre el pasado y el futuro

Había pasado más de una década desde el nacimiento del Techno en Detroit y ya había cuajado dos generaciones de artistas asociados a este estilo cuando, a mediados de los noventa, artistas como Theo Parrish, Moodymann, Rick Wade y Mike Huckaby comenzaron a publicar sus primeros discos, marcados por la profundidad y la sofisticación del sonido house.

Los primeros trabajos de Huckaby, y que suponen un tratado estilístico del género Detroit House, estaban plagados de referencias al jazz, al soul y al disco afroamericano, aunque integrándolos en un discurso nuevo, dándoles un espacio preciso en el sonido de los sintetizadores. La elección de los referentes no era aleatoria: Mike trabajó durante años en la tienda de discos Record Time, y su labor como digger es uno de los pilares de su carrera.

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El segundo es su papel como profesor. Huckaby reconoció en numerosas ocasiones que lo que más feliz le hacía era impartir clases de producción en su ciudad. Y por sus lessons han pasado algunos de los nombres más importantes de la nueva ola de productores de Detroit, como Kyle Hall o Mike Servito, entre muchos otros.

Pero, más allá de estos dos roles, sin los que no se podría hablar de Huckaby, está el productor y el dj. El norteamericano, que dirigió dos casas discográficas (S Y N T H y Deep Transportation), nunca llegó a editar un LP -lo más parecido es el recopilatorio Too Many Classics (To be left with Little or no protection)(2017)-, pues se abandonó al formato EP, editando cerca de una veintena de discos bajo su nombre.

En todos ellos la pulsión que subyace es la de pulir al máximo su propio sonido, que se basaba en una rara facilidad para generar groove bailable a pesar de que su principal característica es una profundidad a menudo imitada, pero rara vez superada. Por el camino dejó absolutos clásicos como The jazz republic, Radiance, Jupiter, We can make it o Baseline 88.

También hizo decenas de remixes, incluyendo un disco de edits de material del maestro del jazz cósmico Sun Ra, editado por el sello holandés Kindred Spirits, con el que hizo de puente entre el pasado y el futuro, precisamente lo que fue siempre la misión del Detroit House.

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