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Ronda Norte: Ver antes de proyectar (nos ahorramos bastante).

Antonio Monterroso

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Hace ya mucho tiempo que la arqueología es predictiva para poder ser efectivamente preventiva. Se acabó (si se quiere), ya hace mucho, lo de excavar a ver qué pasa y a ver qué hay. Ya sea mediante sensores aéreos, o de sensores propios de la geofísica: no nos hace falta excavar para ver qué hay. O, al menos, para ver si hay. Cierto es que, como una radiografía de un dentista, las cosas tienen que verlas los que saben reconocerlas. De otro modo, no nos damos cuenta de la necesidad del empaste.

La teledetección remota y próxima cuesta dinero, pero ahorra muchísimo más dinero en “equivocaciones”, en “cosas inesperadas”, en “sorpresas”. Un sensor láser puede perfectamente reconocer anomalías en el terreno; si hay algo enterrado, el micro relieve puede a veces denotarlo. Un sensor pasivo, óptico, como nuestras cámaras de fotos, puede darnos variaciones de colorido en el cultivo, o el pasto, que pueden indicar la presencia de restos enterrados. Un sensor espectral, también pasivo porque funciona con el sol, puede darnos trazas de muros según el efecto, positivo o negativo, que ellos tienen, igualmente, en el cultivo o el pasto.  Un sensor activo, como es un georradar, puede darnos incluso en 3d los restos que hay enterrados, incluyendo su profundidad y el volumen de tierra que lo cubre. Un sensor geomagnético, jugando con las variaciones que en el campo magnético terrestre producen los materiales de los restos enterrados, puede dibujarnos la presencia de éstos.
Como comprenderán, la excavación, como la cirugía, debería ser sólo el último paso. Sin embargo, se sigue prefiriendo excavar. Estamos todavía en la fase de la medicina intrusiva y no preventiva, como es la de hoy, y más que lo será. Preventiva puede ser, igualmente y si se quiere, también la arqueología. Al igual que los dentistas y cirujanos, jugamos con sensores pertinentes para distintas bandas del espectro electromagnético.  He aquí un arqueólogo, entre muchos, que, sin medios y sin porqué, no quiere excavar; igual que un cirujano intenta por todos los medios no tener que abrir. A nosotros, la tierra nos duele.
Leemos estos días que el Excmo. Ayto. de Córdoba va a acabar el tramo de Ronda Norte, que ya está hecho pues falta poco más que asfaltar, que va desde Fuente de la Salud hasta la salida de Córdoba hacia el Guadiato y Los Pedroches. No ganamos mucho los norteños. Tras los dos kilómetros y pico de salida de Córdoba en autovía, seguirán los accidentes allende el arroyo de Pedroches, seguiremos en caravana a 80km/h y, en inviernos, los valientes que no tienen más remedio surcarán, siempre con el pellizco, las nieblas de las rectas de El Vacar. El desdoble de la N-432, ya aprovecho, sí es una infraestructura humanamente necesaria. Ni hablamos de llegar a tiempo a un hospital….
Sigo. A la Junta de Andalucía le toca el papelón más grande: conectar Fuente de la Salud con el Hipercor. Este tramo, es el realmente problemático: el que necesita de diagnóstico, sosiego y prevención. En la calle Teruel esquina con Avenida del Brilllante ya se excavó hace años una almunia andalusí con el correspondiente barrio posterior que esta generó y que, en teoría, debía ser parque arqueológico municipal: Sadeco, creo, lo ha limpiado este verano. Está la valla rota, pueden asomarse. Por ahí, en teoría, pasa el tramo conflictivo de la Ronda.

papelón

Desde ahí al Hipercor, no hay nada excavado, pero podemos prever con buena dosis de exactitud lo que nos va a salir, perfectamente. Los síntomas, vistos desde el diagnóstico pertinente, permiten valorar la existencia y condición de la enfermedad. Van a salir, en buena lógica, los arrabales cercanos a la villa palaciega de los primeros abderramanes: la Al-Rusafa; van a salir los veneros históricos que desde la Sierra brotan por las fuentes de la ciudad (mira que que si se seca la fuente del Potro...); van a salir vías de comunicación y posibles y dispersas áreas funerarias o productivas de época romana; va a salir uno de los ramales del acueducto que abastecía al vicus occidental y Cercadilla en la zona más cercana al Hipercor. Va a salir, simplemente, lo que tiene que salir: como en cualquier ciencia.

vicus

Les pongo algunas imágenes procesadas desde los archivos del Instituto Geográfico Nacional: ese servicio público excepcional que hace a España estar a la vanguardia europea en acceso abierto, gratuito y público a toda la información geográfica del país. La primera es una foto de la excavación en la almunia antes comentada. La segunda es una imagen procesada a partir de datos tomados por un láser aéreo. Todas las arrugas que ven en la zona del canal del Guadalmellato son muros enterrados. Les he perfilado algunos por si, como a su dentista, quieren creerme. Yo del mío, bien que me fío. Les pongo una tercera imagen, con cambios de coloración en el pasto, por si les apetece saber por qué en una zona tan seca en verano se ven líneas verdes más intensas formando cuadrados…
Con este tipo de estudios, de verdad que somos capaces de ahorrarles a los cordobeses y andaluces bastantes disgustos y muchísimo dinero. A nadie se le ocurre extirpar un riñón sin analíticas previas.
De todos modos, en este caso, mejor ni abrir. (Y si finalmente se acabaa abriendo que sea con todas las eventualidades previstas y desde un diagnóstico certero).

#NoRondaNorteCordoba

@AntMonterrosoCh

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