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Pedroche, la historia de un municipio marcado por la huella del granito

Vista aérea de Pedroche

Carmen Reina

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Al norte de la provincia de Córdoba, entre grandes extensiones de dehesas, el municipio de Pedroche cuenta gran parte de su historia a través de la huella del granito que nace de sus entrañas. Esta piedra es la materia prima que ha marcado la vida de la localidad y que ha tenido su protagonismo en el pueblo tanto en el campo como en la ganadería, la construcción o las tradiciones más antiguas. Ahora, la denominada Ruta del Granito de Pedroche muestra al visitante cómo esta roca ha vertebrado su historia.

A pie, a caballo o en bicicleta se pueden recorrer los ocho kilómetros de esta ruta que aúna un valor histórico y etnográfico indudable, con los valores medioambiental, paisajístico y geológico del término municipal de Pedroche.

La Ruta del Granito nace en la Ermita de Piedras Santas. Su portada construida en esta piedra y algunos de los muros y columnas que se conservan hablan de cómo este material que proporcionaba la tierra ha sido el utilizado históricamente en la localidad. Y de historia habla también la propia ermita, lugar de reunión de los concejos de las siete villas de Los Pedroches, de lo que se conserva algunos bancos que utilizaban los representantes de cada uno de estos pueblos.

A partir de este punto, todo el recorrido muestra al visitante la importancia del granito y las rocas en la zona. De la labranza de las tierras se extraían las piedras que luego servirían para construir muros para parcelar las fincas y evitar que el ganado se saliera de ellas. Muros de piedra seca, cuya técnica de construcción ha sido distinguida con el título de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco y que en Pedroche son la huella palpable del aprovechamiento de esta materia prima desde mediados del siglo XIX.

Los muros se construían con dos paredes verticales inclinadas una sobre la otra, que se reforzaban con piedras transversales y que se cubrían con otras rocas grandes y planas para evitar en lo posible que la lluvia destruyera estos muros. Granito, cuarzo o granodiorita aparecen intercaladas en estas construcciones, que bien son un muestrario de la riqueza geológica de la zona.

El granito se extraía de canteras como la del Arremoral, en uso hasta mediados de los años 80 del pasado siglo y otro de los puntos de esta particular ruta encajada entre hileras de piedra. Un granito que se usaba para cualquier construcción en el campo o en el pueblo, ya fueran pozos y brocales, abrevaderos, postes para marcar los caminos o adoquines para la calzada.

Y también se usaba la piedra, tal cual. Es el caso de la denominada Piedra Merendera, una enorme roca que en mitad de la ruta da cuenta de uno de los lugares donde paraban pastores y transeúntes por estos caminos. La piedra está coronada por una amplia parte totalmente lisa, que servía para el descanso y la comida de quienes paraban allí y ha sido ahora rescatada para la memoria sobre la vida de la localidad.

Una memoria que habla de cómo las canteras de granito fueron motor económico del pueblo, de cómo le dio su característico tono grisáceo en las construcciones y de cómo se aprovechó para las distintas actividades la piedra que yacía en su subsuelo que ahora, gracias a esta ruta, tiene un nuevo aprovechamiento turístico para seguir contando y recordando la historia de Pedroche.

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