“Es una condena contra la libertad de expresión”: Córdoba se suma a las protestas por la libertad del rapero Pablo Hasel

“Es una condena contra la libertad de expresión”. Bajo esta premisa, más de un centenar de personas se han concentrado en el Bulevar de Gran Capitán de Córdoba para pedir la libertad del rapero Pablo Hasel, encarcelado desde el pasado martes en Lleida por injurias a la Corona y a las instituciones del Estado, además de por enaltecimiento del terrorismo en sus letras y mensajes en redes sociales.

Los participantes en la concentración, que se ha desarrollado de manera pacífica y sin presencia visible de la Policía, se han manifestado “en son de protesta por unas dondenas que suman 15 años de prisión”, aseguraba un portavoz de los concentrados, José Belmón. “Esta es una protesta contra una condena que no es contra Pablo Hasel. Tenemos el récord de persecución política. Es una condena contra la libertad de expresión y eso nos afecta a todos”.

La lectura de un manifiesto se ha trufado de cánticos -“Libertad, Pablo Hasel”, “Libertad presos políticos”, “Amnistía”, han sido algunos-, mientras también se han escuchado algunas de las letras del rapero encarcelado y se ha puesto el acento en lo que consideran “la implacable persecución a miembros de la cultura y el arte por intentar ejercer su derecho”.

La protesta de Córdoba, que estaba convocada de manera simultánea a las que se han celebrado en cuidades de todo el país, ha contado también con la lectura de un escrito de Hasel cuando conoció su condena: “Se me ha condenado sin pruebas”, aseguraba.

En la concentración se han hecho eco de lo que consideran “impresionante ola de solidaridad, con miles de personas en la calle, pintadas, comunicados y actos solidarios a nivel internacional, al grito de Libertad de expresión, libertad Pablo Hasel”.

Asimismo, cuestionados sobre los incidentes violentos que se han producido en otras ciudades en las manifestaciones convocadas en apoyo a Hasel, los participantes en la concentración de Córdoba han apuntado a “provocadores” y a “tratar de darle la vuelta para criminalizar a los violentos. Es una táctica policial muy vieja”, han asegurado.