La Torre Mocha de Guadalcázar renace con el nuevo Centro de Interpretación de la Naturaleza y la Biodiversidad
Este viernes, Guadalcázar ha vivido una jornada que quedará grabada para siempre en su historia. Tras dos décadas de espera, la emblemática Torre Mocha vuelve a abrir sus puertas, transformada en el Centro de Interpretación de la Naturaleza y la Biodiversidad (CINABI), un espacio único que combina historia, ciencia y emoción.
El acto inaugural comenzó con las palabras del alcalde de Guadalcázar, quien destacó que la reapertura de la Torre Mocha como Centro de Interpretación de la Naturaleza y la Biodiversidad (CINABI) representa “una apuesta firme por el futuro de Guadalcázar, por la cultura, la educación, el turismo y el desarrollo del municipio”.
El regidor subrayó que el CINABI es un centro único en España, un espacio donde se unen la naturaleza, la ciencia y la historia para ofrecer una ventana abierta al conocimiento. Recalcó también la importancia de que los primeros visitantes fueran los niños y niñas del CEIP Marqués de Guadalcázar, símbolo del futuro y de la vocación educativa del centro, concebido para despertar su curiosidad y amor por la ciencia y la naturaleza.
En su discurso, el alcalde recordó el valor patrimonial de la Torre Mocha —antiguo palacio del primer marqués de Guadalcázar, Diego Fernández de Córdoba— y celebró que “sus muros centenarios vuelven a tener vida con un propósito noble: educar, conservar y compartir”.
Por su parte, el coordinador del centro, Juan Manuel Fernández, tomó la palabra visiblemente emocionado para explicar que el centro alberga más de 6.000 piezas distribuidas en seis plantas, cada una dedicada a una disciplina: desde la malacología y los recuerdos del mar hasta la paleontología, la mineralogía, la entomología y la sericultura. Subrayó que en la planta baja se ha creado un espacio adaptado con una muestra representativa y un vídeo explicativo para que las personas con movilidad reducida también puedan disfrutar del recorrido, evidenciando la clara vocación inclusiva del centro.
Durante su intervención, quiso poner en valor la singularidad del proyecto, afirmando que “si el alcalde dice que es único en España, yo creo que va a ser único en el mundo”. Fernández concluyó con palabras llenas de emoción, señalando que los niños y niñas —a quienes considera el verdadero público del centro— lo comparan con “la torre de Harry Potter”, una metáfora que, según él, refleja la magia y el asombro que despierta el recorrido. “Espero que lo disfrutéis, porque cada rincón está pensado para sorprender y emocionar”, cerró entre aplausos.
Tras su discurso, llegó el corte de cinta antes de que los asistentes pudieran realizar el primer recorrido por las instalaciones.
Una carta de presentación al mundo: seis plantas y 6.000 ejemplares
El nuevo centro, que reúne más de 6.000 ejemplares procedentes de todo el mundo, se distribuye en seis plantas temáticas que representan todos los continentes y océanos. Se alza en el interior de la histórica Torre Mocha, uno de los edificios más singulares del municipio, vinculado al antiguo palacio del primer marqués de Guadalcázar, Diego Fernández de Córdoba. Este singular enclave, cargado de historia, se transforma ahora en un moderno espacio de divulgación donde la ciencia y la naturaleza dialogan con el patrimonio arquitectónico.
El CINABI nace sobre la base del antiguo Museo de Ciencias Naturales, completamente renovado y ampliado para ofrecer una experiencia museográfica actual, accesible y participativa, con un concepto diferente. El nuevo centro invita al visitante a realizar un recorrido fascinante por las principales ramas de las ciencias naturales, combinando rigor científico, innovación museística y atractivo visual.
Un recorrido por el CINABI
El recorrido comienza en la planta baja, dedicada a la recepción y acogida de visitantes. En este espacio se ha habilitado una muestra representativa de las colecciones para personas con movilidad reducida, además de una sala audiovisual polivalente preparada para proyecciones, conferencias y actividades educativas. Este primer contacto resume la esencia del centro: divulgar el conocimiento científico desde la accesibilidad y la participación.
La primera planta transporta al visitante a los ecosistemas marinos, con una sala dedicada a la malacología y los recuerdos del mar. Caracolas, corales, conchas perlíferas, peces exóticos y fósiles vivientes componen una muestra de extraordinaria belleza y valor científico. Entre las piezas más llamativas destacan las tridacnas, abalones, nautilus y cangrejos cacerola, auténticos testigos de la evolución de la vida marina.
En la segunda planta, dedicada a la paleontología, se encuentran algunas de las joyas del centro. La atención del visitante se dirige de inmediato hacia un fósil de gran tamaño de Mosasaurus, un reptil marino que habitó los océanos hace más de 80 millones de años. La colección incluye también trilobites, ammonites y un cráneo fósil de ballena del Mioceno, junto con reproducciones de piezas icónicas como el Archaeopteryx y el Keichousaurus hui, especies clave en la evolución animal.
La tercera planta se adentra en el mundo de la mineralogía y la gemología, donde más de 300 ejemplares procedentes de distintas partes del mundo muestran la riqueza de la Tierra en su estado más puro. Rubíes, esmeraldas, diamantes y amatistas se exhiben tanto en bruto como tallados, permitiendo apreciar la transformación natural y artística de las piedras preciosas.
La cuarta planta ofrece un doble enfoque: la sericultura y la biodiversidad local. En ella se aborda la historia de la industria de la seda en Andalucía y la cría de gusanos de seda, al tiempo que se exponen especies autóctonas del entorno de Guadalcázar. Esta planta combina ciencia, historia y tradición, ofreciendo una mirada a la relación entre el ser humano y la naturaleza a lo largo del tiempo.
Por último, la quinta planta está dedicada íntegramente a la entomología, con una impresionante colección de casi mil ejemplares organizados por familias. Mariposas, escarabajos, libélulas y abejas protagonizan una muestra espectacular que incluye piezas únicas, como la Graellsia isabellae, joya de la entomología española, y la Attacus atlas, la mariposa más grande del mundo.
Una apuesta por la divulgación y el turismo sostenible
El CINABI se consolida como un centro único por la amplitud y diversidad de sus colecciones, y por su innovadora integración en un edificio histórico. Cada detalle ha sido concebido para hacer del espacio un lugar de aprendizaje y disfrute para todos los públicos, con recursos didácticos, señalización accesible y actividades de divulgación adaptadas a diferentes edades.
El proyecto ha sido posible gracias a la generosa colaboración y cesión de materiales de Juan Manuel Fernández, José Machado y Joaquín Lora, cuyo compromiso con la conservación del patrimonio natural y cultural de Guadalcázar ha sido determinante para hacer realidad este centro.
Durante el fin de semana de inauguración, el Ayuntamiento de Guadalcázar ha organizado jornadas de puertas abiertas, y desde ya se puede visitar de lunes a domingo en horario de 10:00 a 14:00 horas, con entrada gratuita.
Se espera una gran afluencia de público, tanto local como de municipios vecinos, interesados en conocer este nuevo referente del turismo cultural y científico. Los primeros en disfrutar del centro han sido los alumnos del CEIP Marqués de Guadalcázar, que se han dejado sorprender por los insectos, los fósiles y las piedras, aunque su favorito son los dientes del megalodón, que —quién sabe— quizá habitaron las aguas de Guadalcázar cuando sus tierras estaban sumergidas en el mar de Tetis.
Los primeros vecinos de Guadalcázar en visitar el CINABI han quedado maravillados y coinciden en destacar los beneficios turísticos que el centro traerá a la localidad. Muchos ya han expresado su deseo de volver acompañados de sus familias.
Ahora el Ayuntamiento afronta un importante reto: aprovechar el potencial turístico que se espera, algo que, a tenor de las primeras impresiones, parece muy factible. En el ámbito turístico, el consistorio tiene intención de mostrar el centro en citas como “Sabor a Córdoba” o Fitur.
Un símbolo de orgullo y futuro para Guadalcázar
El CINABI es una declaración de intenciones. Representa la unión entre pasado y futuro, entre el legado patrimonial y la mirada hacia una sociedad más consciente y comprometida con el medio ambiente.
Con esta inauguración, Guadalcázar no solo recupera un edificio emblemático, sino que abre una nueva etapa de proyección cultural y turística, convirtiéndose en un punto de referencia para la divulgación científica no solo en la provincia o la comunidad, sino en todo el país.
Un legado para las próximas generaciones
El CINABI es el fruto de la colaboración, la paciencia y la pasión por la ciencia y la naturaleza. Un proyecto que ha contado con la implicación de vecinos y expertos, y que se erige como un homenaje a la curiosidad humana y al compromiso con el entorno.
Hoy, Guadalcázar ha demostrado que cuando un pueblo sueña unido, los sueños se convierten en patrimonio. La Torre Mocha vuelve a respirar vida, conocimiento y esperanza. Y con ella, todo un pueblo que celebra la llegada de un nuevo tiempo: el tiempo del CINABI.
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