La Duquesa de Cardona niega que cargara el arma que dejó cojo a un guarda
La mujer acusada de un delito relativo a la protección de la flora, fauna y animales domésticos y lesiones por imprudencia grave, tras supuestamente herir a un guarda, que ha quedado cojo, en una cacería nocturna no autorizada después de que se cayera el rifle de un coche, ha manifestado ante el juez que ella no cargó el arma, ni la vio hasta después del accidente, de hecho ha declarado que si el rifle hubiera estado bajo su custodia, “esto no habría pasado”.
Así lo ha expuesto en el juicio en el Juzgado de lo Penal número 3 de Córdoba, que ha quedado visto para sentencia, después de que la procesada, que posee el título de Duquesa de Cardona, ha explicado que cazó por la tarde “una cierva” con su marido y otra persona y por la noche fue a recogerla, junto con el guarda de la finca y el administrador de la misma, si bien ha defendido que no disparó el arma en presencia de estos dos últimos.
En este sentido, ha detallado que cuando fueron por la noche el rifle iba en la parte de atrás del coche, aunque ella, según su testimonio, no dio orden expresa de que lo cogieran, al tiempo que ha mantenido que “el seguro estaba puesto”, de manera que le “sorprendió” que se disparara el arma al caer al suelo desde el coche.
Tras remarcar que ella no cargó el arma, la mujer ha expresado que desconoce quién la cargó, a la vez que ha subrayado que no estaba manipulando su teléfono móvil en el momento de los hechos y que el rifle se caería del vehículo en el momento de echar al animal muerto en la parte trasera.
Igualmente, ha negado que cazara de noche y ha indicado que el guarda no fue despedido, sino que “se le acabó el contrato”, al tiempo que ha resaltado que le ha dado “dinero”, le fue a ver al hospital “varias veces” y le facilitó un piso en la localidad cordobesa de Almodóvar del Río.
“MANIPULANDO EL MÓVIL”
Por su parte, el guarda ha precisado que la acusada “iba con el rifle”, que “llevaba silenciador”, al tiempo que ha aseverado que “estaba manipulando el móvil” cuando se cayó el arma. También, ha dicho que es “incierto” que abatieran a “la muflona” horas antes, porque “los animales se cogen en el momento de abatirlos”.
Además, ha apuntado que la mujer “disparó desde el asiento” que iba instalado en la parte trasera del vehículo, cuando “está totalmente prohibida” dicha práctica, así como “tirar con silenciador”, según ha mantenido el denunciante, quien ha afirmado que si el arma hubiera tenido “el seguro puesto, no se dispara”.
De igual modo, ha remarcado que “no se podía cazar” en esa época. El guarda, que ha pasado por cinco operaciones, ha dicho que no ha recibido ayuda económica de la procesada y fue “despedido estando en el hospital”.
Mientras, el gestor de la finca ha explicado que salieron por la tarde “a cazar jabalíes” y luego “por la noche” se llevó a cabo la caza “montada en el coche”, a lo que ha agregado que no le consta que estuviera autorizada la caza para ese día. Según ha declarado, ella “le dio un golpe o se movió sin querer” el rifle, mientras “estaba con el móvil”, de manera que el arma se cayó del coche cuando cargaban al animal, según ha relatado.
Al respecto, ha comentado que “el seguro estaba quitado” y que el arma la tendría que cargar ella, al tiempo que ha confesado que ha recibido “muchas presiones” al declarar.
EL FISCAL Y LA ACUSACIÓN
Entretanto, la Fiscalía solicita para ella una pena de un año de cárcel, cuatro años de inhabilitación para el derecho a cazar y otros tantos años de privación del derecho al porte o tenencia de armas, mientras que la acusación pide dos años y seis meses de prisión, 200.000 euros de indemnización, cinco años de inhabilitación para el derecho a cazar y otros tantos años de privación del derecho al porte o tenencia de armas.
Según recoge la calificación del Ministerio Público, la procesada estaba en la madrugada del día 15 de septiembre de 2015 en una finca del término municipal cordobés de Almodóvar del Río para realizar una cacería nocturna, de modo que avisó al administrador de la finca y al guarda de la misma para que le acompañaran, para lo cual contaba con un vehículo en el que iban a cargar las reses que pudieran ser abatidas.
No obstante, el fiscal detalla que la mujer “no contaba con permiso de ningún tipo de la autoridad competente, siendo época de veda”, al tiempo que llevaba un rifle de la marca 'Brno' al que acopló un silenciador y con la ayuda de un foco luminoso abatió a una muflona.
Tras ello, ordenó al guarda que fuera a recogerla y cuando fue a cargarla en el vehículo, con la ayuda del administrador, la acusada, que “previamente había cargado de nuevo el rifle”, lo dejó apoyado “sin seguro alguno y de forma inestable” en el coche, cuando “en un momento dado golpeó el mismo de forma no intencionada cuando se encontraba manipulando su teléfono móvil, lo que provocó que el arma cayera al suelo y se disparase”, alcanzando al guarda.
Como consecuencia del disparo, el hombre, de 36 años, sufrió una herida en el talón, que le tuvieron que reconstruir quirúrgicamente. Ante ello, ha necesitado un total de 676 días de curación, de los que 660 ha estado impedido para sus ocupaciones habituales y 16 ingresado en centro hospitalario.
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